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Todos los días, vemos que llegan más jugadores a las calles de Barranquilla, en cada semáforo se aprecia mínimo un ser humano tratando de ganarse una moneda, la cual sirve para su sustento.
No solo son venezolanos, también hay colombianos; bailar en los semáforos es una forma de demostrarle al otro que se cuenta con un arte, callejero, pero es arte. Jonnhy Delgado, es un joven de 26 años, que se vino del hermano país de Venezuela, a ganarse la vida, con lo que él sabe hacer, bailar break dance. Diario se gana entre 20 y 50 mil pesos, que le sirve para su sustento en esta ciudad.
No importa la brisa, el calor, el sol y la caliente carretera, para que estos jóvenes se entreguen cada vez que cambia el semáforo a una nueva función.
Definitivamente, esto es supervivencia en una ciudad que es candela pura.
