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Las épocas doradas del acetato, fueron los años  50, 60, 70, 80 y los 90, se vivió el esplendor, los artistas, se preocupaban por hacer un buen producto, musicalmente y desde el punto de vista de la estética.

La entrada de los CD, y el internet, han hecho que el disco – acetato no sea comercial, las formas de grabación y comercialización han cambiado para los artistas.

Pero en todas partes del mundo, mucha gente amante y fieles seguidores de los acetatos, son firmes a la filosofía, que esté, tiene mejor sonido, perdura en el tiempo y es mucho más agradable que el propio CD.

En la ciudad de Barranquilla, en la calle 38 entre carreras 43 y 44 están ubicados los guardianes del acetato, melómanos, que durante toda su vida, han defendido y luchado por que el acetato no muera.

Comercializan y son unos verdaderos historiadores de la música, especialmente, en temas de salsa, tropical, colombiana y africana.

Alonso Jiménez, más conocido como “el bembé de Alonso”, tiene su puesto de intercambio de discos en esta zona, los sábados y domingos programa música y es el momento propicio para vender y hablar de la música. “la gente busca los discos originales, por el sonido, el acetato no muere, hoy está más vivo que nunca” afirma Alonso

La afición al disco es como un amor, se convierten en coleccionistas, mucha gente en sus casas recopilan, desde 1000 a 10.000 discos, depende de la capacidad de dinero que tengan, muchos pagan por un  ELP, hasta 5 millones de pesos.

Héctor Obando y el Misael Acosta, son dos de los más experimentados melómanos de la ciudad de Barranquilla, que siempre están pendiente de los cambios, eventos y acontecimientos que genera el mundo del acetato, ellos afirman, que lo mejor que se ha dado en la música es el ACETATO.

Por todo lo anterior, reconocemos que la historia del acetato sigue vigente.

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