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Por: Alfredo Felipe Martínez Agamez

Como diría  el  gran Ray Barreto, el mano de piedra “Arrepiéntete” barranquillero, llego el momento de hacer un alto en el camino, esta pandemia del Covid-19, ha llegado como el mago que entra con su varita mágica y nos ha desnudado, nos ha quitado la máscara.

Ya está bueno de creernos ‘los Juan Pachanga’, ‘los Pedros Navajas’, deja de vivir una vida loca  y pensar que todo el año estamos en carnaval, y que lo más importante para tu vida es ser hincha furibundo del Junior. Abre los ojos, poco a poco, te has convertido  en la burla de Colombia, tu comportamiento y tus conductas adictas dejan mucho que pensar, el rumiar solo en: Esquina, deshonestidad, lujuria, juegos, baile, rumba desenfrenada, discordia, violación de las normas, corrupción, tramoya, hinchada futbolera y drogas; han hecho que hoy se vea una sociedad desajustada, indisciplinada y desobediente.

Lo anterior es producto de más de 30 años de confinamiento mental, que los politiqueros corruptos han logrado de Barranquilla, una sociedad de la estupidez.

Barranquillero, ¡ llegó el momento de romper paradigmas y encaminar esfuerzos al logro de una mejor sociedad !.

Desde este centro del pensamiento crítico,  le hacemos un llamado a la academia y sus especialistas, a las diferentes facultades de: Comunicación social, trabajo social, psicología, educación, sociología, filosofía, a los rectores de colegios públicos y privados, a los miembros de juntas de acciones comunales, y a los directores de medios de comunicación social, para que nos unamos en un gran frente social – pedagógico, que busque una hoja de ruta de lo que podrían ser las pautas para implementar acciones que ayuden a la construcción de una maravillosa sociedad barranquillera, cuyos  resultados se cristalizarían en un periodo no mayor a 20 – 30 años. De la misma manera, se necesita que las distintas fuerzas políticas logren hablar un mismo lenguaje y acaten las recomendaciones de la academia, de lo contrario todo continuaría como hasta hoy, sería un esfuerzo en  vano.

Ahora más que nunca barranquillero, debes escapar de la máquina de cortar tontos, que devora a todos aquellos, que no se preparan para la vida.