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Por: Jaime Santamaría
Investigador REC-Latinoamérica/Profesor de filosofía Uninorte
Twitter: @Santamaria_1985/ Instagram: ja.santamariaa
Es difícil escribir para dar alguna recomendación o consejo. Hacerlo supone un lugar de autoridad moral, epistémica o política. No es mi caso, no me considero con ninguna autoridad o privilegio. Tampoco me siento con la distancia temporal para hablar con la sabiduría que dan los años y las canas. Mi lugar es la docencia. Hablo como profesor de filosofía y ética. He dedicado parte de mi vida en trabajar con jóvenes, tanto en colegios como en universidades, formal e informalmente. Sumado a esto, hablo desde la realidad de nuestra región; creo que he podido ver de cerca algunos de los problemas y dificultades más urgentes.
El pasado 12 de agosto se celebró el día internacional de la juventud y fueron varios los eventos que se organizaron para llamar la atención sobre la importancia y el liderazgo que deberán tener lxs jóvenes de cara a un futuro incierto y lleno de retos (¡quizá los más grandes que hemos conocido!). Es en este contexto que aprovecho y doy cuatro consejos a lxs jóvenes del Caribe colombiano. En el fondo es una invitación a cultivar y desarrollar cuatro actitudes claves para los tiempos que nos tocarán.
1. La filosofía debe estar en el centro
Les invito a ser filósofxs.
No se trata solamente de estudiar, sino de tener una actitud inteligente y sospechosa frente a los discursos que circulan. La filosofía no da respuestas, pero permite hacer las preguntas adecuadamente. Deconstruye y desbarata lo que aceptamos como “Verdad”. Además, la filosofía permite que una sociedad piense a través de conceptos y categorías. No basta con tener los datos y conocer la realidad, necesitamos herramientas teóricas para ordenar, argumentar y comprender lo que se nos presenta en el mundo real. Por esto, pienso que necesitamos bastante de la filosofía en el Caribe.
No hablo de la filosofía que repite datos de memoria y archiva información sobre pensadores ya muertos, sino de una actitud genuina que se toma en serio la realidad y los problemas. Piensa, cuestiona y trata de construir las categorías para asir lo que nos desborda. Si las generaciones pasadas gastaron sus vidas en la acción, a ustedes les tocará pensar el mundo antes de cambiarlo. Los retos que nos impone el cambio climático, las nuevas formas de dominación y fascismos, así como la brecha social, son solo algunos de los temas más acuciantes que piden filosofía.
Les invito a ser filósofxs.
2. No se olviden del arte
Les invito a ser artistas.
Si la filosofía tiene un amor por las preguntas adecuadas y un gusto especial por los conceptos, el arte agudiza la sensibilidad para cambiar las miradas. No tengan miedo ni vergüenza de ver buen cine, leer libros, construir redes para escuchar música y, por supuesto, crear —con todo el peso que tiene la palabra. Unx artista posea una actitud de creación constante, no se deja subsumir en los patrones y estereotipos; no se deja clasificar ni identificar a la ligera. Está abiertx al cambio y, más fácilmente, acepta la diferencia. Estoy convencido que una sociedad democrática, necesita muchísimo arte. Formas que nos hagan ver, oler, escuchar y sentir diferente; imaginar otros mundos posibles. Entre más cambiemos el modo cómo percibimos el mundo, es decir nuestra sensibilidad, más podremos configurar alternativas políticas novedosas.
Les invito a ser artistas.
3. No pierdan el rigor de la ciencia
Les invito a ser científicxs.
Si la filosofía piensa el mundo a través de preguntas y conceptos, el arte crea los modos de percepción, la ciencia tiene la difícil labor de, a través de un método riguroso, explicar los hechos repetitivos en la naturaleza y las causas de los fenómenos más extraordinarios. Su conocimiento y rigor son necesarios en un mundo abandonado a la autoridad de las redes sociales; ahí cualquiera habla de salud, política, moral y religión. Solo basta con ver la situación actual, la que atañe al COVID-19, para dimensionar la importancia de tener más centros de formación en biología, física y química. Los asuntos de la escasez de recursos y la sobrepoblación del planeta, el calentamiento global y el ritmo consumista frenético, son asuntos con los que tendrán que vérselas lxs científicxs. En el Caribe colombiano, un tema urgente será la inseguridad alimentaria.
Les invito a ser científicxs.
4. Tengan una causa política
Les invito a ser militantes.
Aunque la palabra militante tiene un peso peyorativo y negativo en nuestro tiempo, su sentido más especial señala el compromiso y entrega a una causa común. La palabra política, en su sentido más originario, señala la comunidad. “Polis” significa ciudad, comunidad o pueblo. Es necesario retomar estos sentidos reprimidos y olvidados para no dejarnos despolitizar por el consumismo, el mercado y las redes.
Son muchas las causas que necesitan de ustedes: defensa del medio ambiente y animales, defensa de territorios, minorías indígenas o étnicas, feminismo, LGBTI, etc. Todas son causas que nos unen en pequeñas comunidades; pueden adquirir muchas formas y rostros. Sin embargo, creo que estamos llamados a un modo nuevo de militancia, una en la que podamos juntar los modos particulares con los sentidos más globales; donde podamos unirnos y convivir con la diferencia y la discordia. No sé cómo, ya les dije que los filósofos no damos respuestas, hacemos preguntas. Pero creo que un asunto que nos puede articular —sin perder nuestra autenticidad— es la región Caribe. Unirnos para no dejarnos subsumir en la desesperanza y empezar a concebir nuevos modos de vida aquí. En nuestra región hace falta una red juvenil nueva que nos aglutine alrededor de un sueño diferente e inédito del Caribe. Ustedes son los llamados a darle forma a ese sueño. Yo me uniré porque creo en su pasión y potencia.
Les invito a ser militantes de La Causa Caribe.
Nota: Uso intencional del autor con las (X) para lograr un lenguaje incluyente.
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