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Por: Adlai Stevenson Samper

Desde hace varios meses venían preparando, con esplendida minucia propagandística, el gran día en que con pompa oficial, discursos nobles y bienintencionados comenzaría la era de la esperanza en matería eléctrica para la región Caribe cuando se le entregarían los restos exhaustos de Electricaribe en manos del gobierno nacional en los últimos cuatro años a los nuevos operadores Afinia y Air-E.

No se llamaban así, precisamente, sino EPM de Medellín y Consorcio General de la Costa, de Enerpereira (Alberto Ríos Velilla) y la mutación de sus denominaciones se debe precisamente a normas inspiradoras de marketing industrial, saneamiento jurídico y estrategia política para que los medios de comunicación, convenientemente alineados, desataran los ímpetus de la esperanza sobre el destruido sector eléctrico regional.

Terrible lavado de cerebro que incluyeron declaraciones de políticos celebrando el suceso, algunos arropándose en la gloria de la ida de la depredadora empresa española y otros aumentando el coro de la próxima bienaventuranza, creando un clima de expectación como si fuese un día histórico, un antes y después con unos nuevos operadores magnánimos, de alma noble que vendría en reemplazo de los hispanos.

No había empezado la ceremonia de entrega cuando reventó una noticia: aplicando la teoría de la “puerta giratoria”, desde 20 de marzo de este año la Agente Interventora de Electricaribe –colocada por la Superintendencia de Servicios Públicos- Ángela Patricia Rojas Combariza había sido nombrada Gerente de Caribe Mar de la Costa S.A.S. ESP, una especie de empresa de bolsillo transicional para efectos jurídicos, desempeñando los dos cargos –público y privado- de forma simultánea.

Todavía el gobierno nacional ni los operadores privados le han contado al país y la región Caribe cuales fueron las condiciones y el costo de la llegada de los nuevos operadores merced a una cláusula de confidencialidad sospechosa de negociados que se sumó a la pésima gestión interventora de la Superintendencia –rama ejecutiva- durante 4 años.  

Nada de esas pequeñas disgresiones en contra de la transparencia administrativa fueron recordadas el 29 de septiembre en el tinglado espectacular con el presidente Duque a bordo que vino a decirnos que nos lleva en su corazón y que ha tenido para Barranquilla varios detallazos para afianzar esos vínculos emotivos. Dijo, sin ruborizarse, que el puente nuevo sobre el río Magdalena era prueba de ello, el malecón del río y el horripilante invernadero llamado “Casa de Cristal”, cuando todos sabemos que el malecón fue una obra financiada por el bolsillo de los barranquilleros con préstamos bancarios, el puente en un 90% fue invento de Vargas Lleras en el gobierno de Juan Manuel Santos y la Casa de Cristal es una obra nimia, ridícula si se quiere, sin impacto social conocido.

Todos esos dislates pasaron en la ceremonia. Aplaudiendo de pie a los nuevos operadores con bombardeo publicitario sobre los alcances históricos del magno acto protocolario de cambio de manos mientras en varios sectores de Barranquilla se iba la luz en horas del día y de la noche de ese día saludando, energéticamente, la nueva administración.

Todo ese andamiaje es la construcción de falsas expectativas y es posible que los nuevos operadores, que vienen con todo a subir tarifas, sean una continuación de un estado situacional del sistema eléctrico de la costa Caribe al que no se la ha diseñado una transformación de fondo –excepto nombres y cambios de manos- reduciéndose a una escenografía de circunstancias.

Hay que prepararse pues el sistema juega y ninguna de la retorica de esperanzas difundida el día 0 de entrada de los administradores es cierta. Todo lo contrario, hay un clima de incertidumbre que se resolverá con toda la lentitud del caso esperando la inversión en los próximos años de 5.8 billones que, permítanme la duda, de ser cierta tal belleza de intenciones operativas, probablemente saldrá de los bolsillos de los consumidores.

Día magno e histórico, sí, pero en este sentido, no en el grandioso de cambios fundamentales con los nuevos operadores.

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