Telatiroplena.com, periodismo serio, social y humano

Por: Deisy Fernández Orozco

Todos los seres humanos, sin distinción de sexo, raza o posición económica, pasamos por diferentes procesos de crecimiento y desarrollo psicosocial, que evocan pérdidas, como lo es, el pasar de una etapa vital a, otra. Por tal razón es indispensable generar nuevos esquemas de pensamiento y  habilidades  que nos permitan afrontar la realidad desde la objetividad.

Toda pérdida, trae consigo una serie de cambios cognitivos, psicológicos, incluso fisiológicos, como respuesta al impacto emocional, causado por una experiencia de interrupción, de algo definitivo. El fallecimiento de un ser querido, un divorcio, la ruptura de una relación de pareja, de amistad y hasta  el cambio de ciudad o la culminación de un empleo, pueden causar tristeza y desolación. Ahora bien,  lo cierto, es que sea, cual sea el evento, no podrá ser un estado permanente, la persona que está atravesando esa difícil situación, tiene la obligación de sobreponerse y de seguir adelante con su proyecto de vida. Obviamente se requiere de un tiempo prudente para la absoluta restauración.  No es posible cuantificar ese tiempo de manera exacta, ya que  dependerá de la gravedad de la pérdida, de las habilidades sociales que se tengan y de las características de personalidad, debido a que no todos, reaccionamos de la misma manera ante los acontecimientos que se presentan. Cada uno, es un ser único que vive y entiende su mundo, de acuerdo a su historia y al entorno que lo rodea.

 Recuperar el equilibrio emocional y por ende la funcionabilidad en las diferentes áreas de interacción, dependerá de cómo se haya llevado el proceso de elaboración del duelo. Aclaro, no sólo se habla de duelo, cuando alguien parte del plano terrenal, Cualquier acontecimiento que implique separación, ruptura y que conlleve a sentir  dolor, requiere de una restauración, a través de la aceptación, del perdón y de una secuencia ordenada de las emociones. Por eso, un adecuado proceso de duelo, garantiza la sanación interior, porque nos restituye de nuevo, al propósito de vivir, entendiendo el para qué, pasan las cosas.

Superar una pérdida, no significa olvidar, difícilmente los seres humanos olvidamos, excepto cuando lo utilizamos como un mecanismo de defensa para evadir la realidad y esto no es sano. Superar una pérdida, significa aprender a vivir con los recuerdos, pero bajo un nivel de conciencia y responsabilidad  para con nosotros, dejando de lado el dolor y mirando el pasado con madurez y valentía, pero además, rescatando lo mejor de esas situaciones, a través de una postura constructiva y edificante. Siempre habrá algo bueno, en medio de todo, también es posible ganar, al perder, todo depende de la óptica con la que se mire.

La vida siempre traerá nuevas  oportunidades, pero también hace parte de tú compromiso personal crearlas y trabajar por construir una mejor calidad de vida. Siempre es importante empoderarte de lo que eres, reconocerte como una persona valiosa y aprender de cada experiencia por muy dolorosa que haya sido. El pasado ya pasó, lo relevante ahora es el presente y proyectar el futuro.

Sólo tú sabes el proceso que estás viviendo hoy, por eso te exhorto a revisar en tu interior y si aún  necesitas sanar algo, te invito a tener en cuenta las siguientes recomendaciones.

  • Reconoce la Pérdida en todos sus aspectos, acepta que hay situaciones irreversibles que no van a cambiar.
  • Libera las Emociones Reprimidas, expresar lo que sientes te ayudará a encontrar paz
  • Desarrolla nuevas habilidades y fortalece lo que se dañó, cree en ti y en tus capacidades para seguir luchando.
  • Date tiempo y permiso para sanar, ten paciencia, no será fácil, pero podrás lograrlo.
  • Fortalece otros vínculos, rodéate de personas que aporten valor a tu vida
  • Reconoce que como ser humano, eres vulnerable, por más fuerte que seas, vive tú dolor.
  • Busca ayuda si es necesario

“LO IMPORTANTE NO ES LO QUE LA VIDA TE HACE, SINO LO QUE TU HACES CON LO QUE LA VIDA TE HACE”

Edgar Jackson

Nota: El contenido de este artículo, es libre, espontáneo y de completa responsabilidad del Autor  Deisy Fernández Orozco, Psicóloga, especialista en pedagogía, Formación en psicoterapia, Instagram: @Psico_deisy  deisye2012@hotmail.com