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Por: Jorge Vergara Carbó

Colombia ha firmado hasta le fecha, 17 acuerdos comerciales discriminados así: CAN(1.973),Panamá y Chile(1.993), Caricom y México(1.995), Cuba(2001), Mercosur(2005),Triángulo Norte(2009), EFTA y Canadá(2011), EEUU y Venezuela(2012), UE(2013), Corea del Sur(2016), Costa Rica(2016) , Alianza pacífico(2016) e Israel (2020).

  • La Balanza Comercial.

De acuerdo a información del DANE, entre el período 2014-2019, la Balanza Comercial de Colombia (BC), esto es el valor en divisas entre exportaciones e importaciones, fue negativa con la mayoría de los países con los que tiene firmados acuerdos de intercambio comercial, o tratados de TLC.

Refirámonos al año 2019,  y al período 2014-2019, analizando primero los países con los que registramos una BC positiva, y en segundo lugar a aquellos con los que tenemos una BC negativa:

  • Chile. Colombia tuvo una balanza comercial positiva en el año 2019, de US$348 millones. La BC fue favorable en todo el período.
  • Venezuela. Arrojo una BC favorable en el 2019, de US$155 millones, siendo favorable en todo el periodo analizado. Siempre fue nuestro mercado tradicional, que perdimos a raíz de las posiciones políticas de nuestros gobernantes desde el 2000, hasta el punto que en el 2014, exportamos US$1.987 millones, y ahora solo exportamos US$196 millones. Sin embargo, no se puede dejar de considerar la incapacidad de la economía venezolana para pagarle a nuestros productores el valor de lo que le vendíamos.
  • Caricom. Se tiene  una BC positiva desde el inició de relaciones comerciales. En 2019, fue de US$1.160 millones pues se exportaron US$1.290 millones y se importaron US$130 millones.
  • Cuba. Es un comercio externo limitado. En 2019 se exportaron US$40 millones y se importaron US$4 millones, para una BC de US$36 millones.
  • Panamá, Colombia tiene una BC favorable. En 2.019 fue de US$2.785 millones. Fue positiva durante  el periodo analizado.
  • Costa Rica. En 2019, se tuvo una BC favorable  de US$179 millones. Fue positiva en todo el período analizado.
  • Comunidad Andina. Con este grupo de países, en 2019, Colombia una BC favorable de US$1.375 millones. Se mantuvo favorable durante todo el período analizado.
  • Triángulo Norte. Hacen parte de este acuerdo Guatemala, Honduras y el salvador. El Comercio con estos países registra una BC favorable de US$535 millones que se mantuvo positiva durante todo el período.

Los países con los que tenemos una BC negativa, son aquellos con los que tenemos mayor actividad comercial, a saber:

  • Mercosur. El comercio con estos países arrojó una BC negativa de US$2.263 millones, en el año 2019. Esa condición deficitaria se mantuvo durante todo el horizonte del análisis.
  • México. Las relaciones comerciales de este país con Colombia presentan una BC negativa por el orden de los US$2.345 millones. Situación que se presentó del 2014 al 2019.
  • Canadá. En general, la BC de Colombia con los países del norte de américa es negativa. En el caso de Canadá alcanzó los US$375 millones, en el 2019. Solo en el 2018, la BC fue favorable para nuestro país por US$87 millones.
  • EEUU. Es nuestro principal socio comercial. Las cifras de nuestro comercio exterior con ellos siempre has sido negativas. En el 2019, le exportamos US$11.290 millones y le importamos US$12.600, dando como resultado una BC negativa de US$1.309 millones que, sin embargo, no es la más alta de todas.
  • UE.  Este grupo de países son nuestro segundo socio comercial. Con ellos tenemos un déficit comercial en el 2019, de US$3.221 millones, la más alta entre todas. Déficit que se mantiene   en todo el periodo analizado.
  • Alianza Pacífico. Esta organización está integrada por Colombia, Chile, México y Perú. En el 2019, registramos una BC negativa de US$1.571 millones. Esta situación se presenta a lo largo del período analizado.
  • Corea del Sur. Con esta economía emergente, tenemos una BC negativa que se ha mantenido durante todo el lapso considerado para el estudio.
  • AELC-EFTA. De esta organización hacen parte  Suiza y Liechtenstein. Nuestro comercio von ellos presenta una BC negativa de US$254.4 Con la excepción del año 2016, cuando esa BC positiva y del orden de los US$9.1 millones,, en el resto del período el balance es negativo.

En síntesis: los colombianos exportamos durante el año 2019, US$26.213 millones, e importamos US$32.954 millones, lo que arrojo una BC negativa de US$6.741 millones.

Los Estados Unidos representan el 43.1%, de nuestras exportaciones y el 38.2%, de las importaciones.

A La Unión Europea le exportamos el 17.5%, de nuestros bienes y servicios e importamos el 23.8%.

  • Composición de nuestras exportaciones.

En el año de 2019, las mayores contribuciones a la formación de nuestra BC estuvieron a cargo del sector “Minero Energético” con un superávit de 16.667 millones de USD; le siguieron “Otros Sectores” entre los que se cuenta un dinámico Sector de “Servicios” con 1.756 millones de USD. Las cuentas positivas terminan en el comportamiento del  sector “Agrícola, Alimentos y Bebidas” con 357 millones de US$.  El Sector Industrial mostró una BC negativa por (31.981)USD, durante 2019. Síntesis, nuestro balance negativo fue del orden de los (13.201)

El año de mayores exportaciones en la historia del país, fue el 2012. Unos USD 60.135 millones, de las cuales el 66.9%, se le debieron a las exportaciones de petróleo, níquel y carbón. De esas exportaciones el petróleo representa el 52.5%, con un volumen de exportación de US$31.568 millones.

Este análisis demuestra que la colombiana es una economía dependiente del sector minero energético, propensa a la enfermedad Holandesa, como en efecto sucedió al apreciarse el peso colombiano con relación al dólar.

En el año 2012, tuvimos la TRM, más baja de los años 2000´s. Su valor fue de $1.768.23 por dólar y en el 2011, fue de $1.942.70 por dólar.

Hoy, la tasa de cambio es de US$3.827.55, producto de la caída de los precios del petróleo y del carbón, así también como del café. A pesar de ser una tasa favorable para que nuestras exportaciones hubieran crecido, especialmente las “No Tradicionales”, los resultados no se han visto. Lo que confirma que no es cierto que, por depreciar nuestra moneda, vamos a exportar más.

El sector externo colombiano presenta un panorama nada halagador.

Sus exportaciones siguen dependiendo del precio del petróleo y el carbón, que hoy están deprimidos y con tendencia de mediano y largo plazo a disminuir más, al sustituirse esos combustibles, por combustibles limpios hasta el punto que en menos de 20 años, su precio llegará a un nivel en que no será costeable explotarlo comercialmente.

Hoy, lo estamos experimentando con el fracking cuya explotación, económicamente, no es rentable cuando su precio esté por debajo de los US$60 el barril. De allí la pérdida económica que está experimentando Ecopetrol al haberse asociado con la OXI, para extraer petróleo en los Estados Unidos por el sistema de fracturación de las rocas.

Con unas exportaciones “No Tradicionales” que en vez de aumentar disminuyen, a pesar de contar con una TRM favorable para los exportadores, actualmente, arrojamos déficit en la balanza comercial y arrastramos un déficit en cuenta corriente que supera el 4.3% del PIB. Algunos expertos consideran que se requerirán veinte (20) productos de exportación con mercados y precios como los de las flores y el aguacate para poder reemplazar los ingresos que aportan a la economía colombiana los hidrocarburos.

  • La situación del Comercio Internacional de Colombia

Con el fin de analizar la realidad de Colombia, es necesario relacionar nuestros datos de exportaciones e importaciones con los de otros países similares y, por supuesto, con los de algunos países desarrollados, para apreciar el impacto que para sus economías tiene el sector externo colombiano.

El PIB de Colombia, en el año 2019, fue de $1.061 billones, equivalente a US$323.758 millones (TRM $3.277.14), las exportaciones e importaciones con relación al PIB representaron el 12.2%, y  el 16.3%.           

En el año 2019, México exporta 12.3 veces más que Colombia.

Los estados Unidos 42.6 veces; la China 67.5 veces; Japón 18.8 veces; Corea del Sur 14.5 veces; Brasil 5.9 veces; Chile 1.9 veces; Argentina 1.7 veces y Perú 1,3 veces.

Las exportaciones de Colombia crecieron de 1.999 al 2.019, 3.1 veces, mientras Brasil lo hizo al 4.4 veces, México al 3.2 veces, China, 12.2 veces, India 12.1 veces, Perú 7.4 veces, los Estados Unidos 2.2 veces y España 3.0 veces.

El valor de las exportaciones de México, Estados Unidos, China, Japón, India, Canadá, España y Corea del Sur, superan el valor del PIB de Colombia en el año 2019, que fue de US$323.758 millones.

Los Tratados de Libre Comercio.

La mayoría de los colombianos, nos preguntamos: Los TLC y demás acuerdos comerciales firmados por Colombia ¿han sido útiles para nuestra economía?

Lo primero que debo decir, es que los TLC no son ni  malos ni buenos por sí mismos.

Todo depende de lo que se haya logrado negociar pensando más en los intereses de Colombia y el bienestar de los colombianos que en intereses sectoriales, privados y, hasta personales.

  • Los malos negociadores.

Para alcanzar este tipo de acuerdos el país ha debido formar, entrenar y conformar un equipo de negociadores con suficiente preparación e información  acerca de los distintos sectores económicos del país y su realidad social que les permitan maniobrar en medio de sus complejidades políticas, muchas veces cooptadas por intereses particulares de sectores productivos o por estructuras comerciales transnacionales.

Solo si sabemos negociar podremos hacerlo con ventajas.

Esto nos lleva a preguntarnos: ¿tenemos gente preparada para negociar estos acuerdos y enfrentarse a profesionales especializados en esa temática con los países que hemos negociado?

De acuerdo con los resultados que arroja el sector externo colombiano,  podemos concluir que tales negociadores han carecido de la suficiencia y experticias necesarias. Estos acuerdos presentan un saldo negativo para el país, lo demuestran.

Las importaciones de 1.999 al 2.019, crecieron  4.5 veces, mientras las exportaciones lo hicieron 3.1 veces.

Estas últimas vienen disminuyendo fuertemente del año 2012, hasta la fecha.

  • No saber qué negociar.

Lo anterior, nos lleva a las siguientes preguntas:

  • ¿qué factores  inciden para que Colombia, pueda cambiar su canasta exportadora de tal forma que no dependamos del sector minero-energético y de los productos tradicionales, como el café y el banano?
  • ¿Qué es lo que hemos hecho mal, para no lograr resultados positivos?
  • ¿Cuál es la razón para importar en el año 2.019, US$7.006 millones, en el sector agropecuario, alimentos y bebidas?
  • ¿Acaso los negociadores de los TLC, no sabían que los países desarrollados subsidian a sus agricultores, hasta el punto que se han negado a tocar el tema de los subsidios en la Organización Mundial del Comercio (OMC)?

No solo es el subsidio que reciben, sino la infraestructura con que cuentan para comercializar sus productos. Buenos servicios públicos a bajo costo, créditos bancarios a bajas tasas, vías de comunicación y comunicación adecuada, asesoría técnica para aumentar la productividad, distrito de riego, silos suficientes para almacenar los excedentes y estrategias de comercialización.

En uno de mis escritos (publicados en La Libertad), sobre el TLC con los Estados Unidos afirmaba lo siguiente:

Es bueno saber, que el monto de los subsidios otorgados por el gobierno norteamericano a productos como el arroz,  ascienden al 423% de su precio, la cebada recibe el 309%, el azúcar el 61%, el sorgo el 55%, el trigo el 48%, el pollo el 33%, el maíz el 37%, la soya el 28%, las carnes varias el 21% y el algodón el 89.5%. Todo esto sin incluir otro tipo de ayuda que normalmente le otorgan con medidas de fijación de cuotas de importación como en el caso de la azúcar y toda la infraestructura de trasporte de carretera, fluvial y marítima con la que cuentan los agricultores gringos y la investigación y utilización de semillas mejoradas y  transgénicas”.

  • No aprender de otros y de la propia negociación.

No aprendimos de la lección, que nos dejó la apertura de “César Gaviria y Rudolph Hommes” que, de un solo golpe, bajaron los aranceles del 60% al 11%, una medida que ocasiono la quiebra del 55%, de las pequeñas y medianas empresas según datos de la Superintendencia de Sociedades.

Tampoco aprendimos del tratado en 1.994, entre México, Estados Unidos y Canadá “NAFTA”, cuyo gran beneficiado fue México, a pesar de que hubo problemas en el sector agrícola al principio con el maíz, un producto esencial en la canasta alimenticia de los mexicanos. Sin embargo, México que antes del tratado le exportaba a los Estados Unidos y Canadá, unos US$50.000 millones, en el 2019, exporta US$486.000 millones, de las cuales US$358.126 van dirigida a los Estados Unidos, a quién le importa US$256.374, arrojando una balanza comercial favorable con los estados Unidos de US$101.752 millones.

Una situación que llevó al presidente Trump a precipitar una renegociación del NAFTA logrando conseguirlo este año.

  • Una reforma agraria, más allá de repartir tierras.

¿No podemos darles a nuestros agricultores esas prebendas?

Contamos con tierra suficiente, no explotada, para producir por lo menos el 70%, de los productos alimenticios que importamos e igualmente los agroindustriales.

El Gobierno no puede seguir importando alimentos que podemos producir en Colombia para evitar que la inflación se dispare, por la diferencia entre los precios de los productos importados y los nacionales. Que por supuesto son más altos, porque los nuestros no cuentan con las ayudas que se les otorga a los agricultores en los países ricos.

El desempleo y la condición socialmente deprimida en la que vive hoy la gente del campo se deben, justamente, por importar alimentos que podemos producir, posiblemente a un costo mayor, pero con ello generamos empleo para nuestra gente y no para los gringos y europeos.

Productos como el arroz, maíz, sorgo, algodón, palma africana, legumbres, frutas y café, son un ejemplo de ellos.

Mariscos y peces, con dos océanos y grandes cantidades de ríos y lagos.

No solo podemos producir para el mercado interno sino también para el externo. Contamos con buenas tierras y un personal capacitado, falta es voluntad política para lograrlo.

Podemos también desarrollar la agroindustria, dejando de importar: pollos, carne, leche, aceite, entre otros productos.

  • Protecciones a la Industria.

Tampoco defendemos nuestra producción nacional arrasada por el contrabando (lavado de dinero) y el Dumping que nos aplican al vender al exterior a unos precios más bajos, que los del mercado interno, por la sencilla razón que en Colombia también lo aplicamos para la exportación de cemento e incluso la carne.

En el sector industrial, importamos 4.8 veces más, que lo que exportamos US$8.290 millones vs US$40.271 millones, producto de  que no existe una política pública de mediano y largo plazo para desarrollar este sector. Perdimos el horizonte desde los años 90´s, con una apertura económica que golpeó fuertemente a la industria al bajar los aranceles del 65% al 11%.

Hoy, ese sector ha sido golpeado, por la pandemia.

El fracaso de nuestro desarrollo industrial  es producto del modelo que aplicamos,, desde los años 40´s.

Decidimos, por efecto de las guerras mundiales, producir para sustituir las importaciones de productos básicos y de poca tecnología. Escogimos un modelo de “desarrollo hacia a dentro”. Contrario a lo que hicieron los países asiáticos e Indios de aplicar un modelo “hacia afuera”, y mejorando la calidad de vida de su gente al interior del país, como resultado de contar con un mayor nivel de ingresos. Esa situación hoy sigue dándose, probando que es sostenible.

Acabamos con el Instituto de Fomento Industrial, que permitió el montaje industrial del país.

Las empresas que se montaron pensando en el mercado externo se sostienen y compiten con las del resto del mundo, a pesar del Gobierno. Ejemplo de ello, es la empresa Tecnoglass que exporta el 90%, de su producción a varios países del mundo.

  • Conclusiones

En síntesis, los TLC, que fueron diseñados según los expresidentes Uribe Vélez y Juan Manuel Santos para conseguir:

  • a) generar 300.000 empleos,
  • b) lograr que  las exportaciones crecieran anualmente al 6%, y,
  • c)  favorecer a  las regiones costeras, en especial a la Región Caribe.

Ninguna de las tres promesas se cumplió. No generamos empleo. No crecieron las  exportaciones fue lo contrario disminuyeron 1.5 veces,  al pasar del 2012 al 2019, de unos US$60.134 millones a US$39.489. Incluso las exportaciones no tradicionales también disminuyeron al pasar de US$17.969 a US$15.032 millones. No se beneficiaron las regiones costeras, el beneficio se dio en  el “triángulo de oro”. Vez exportamos no se dieron, fueron las regiones del interior del país las grandes favorecidas.

En síntesis, los TLC no han sido lo mejor para nuestra economía, no porque ellos no generen beneficios, porque sí los generan. Pero, negociamos mal, olvidándonos que los TLC son de doble vía, lo que me otorgan se le otorga al socio.

Negociamos mal y hoy estamos pagando las consecuencias. Las cifras que muestra el DANE, así lo registran.

Para confirmar lo expuesto en el documento, reseño las palabras delSenador Jorge robledo quien, en un artículo de 15 de junio de 2.015, decía:

Mientras que algunos ingenuos esperan que los criollos defensores del TLC con Estados Unidos pidan excusas, van saliendo las cifras sobre el aumento de las importaciones: arroz: 2.557 por ciento; maíz, 98; soya: 65; carne de res y cerdo: 62; lácteos: 186; oleaginosas: 108 por ciento, según el Departamento de Agricultura gringo”.

No soy amigo de cerrarnos, pero le sugerimos al presidente Iván Duque, que ya que hace todo lo que le diga el presidente Trump, que haga lo que él hizo de sentarse a negociar con los países que tiene una balanza cambiaria negativa.

Presidente Duque, no podemos seguir siendo timoratos, revise los documentos que prepara el Banco de la república anualmente y las cifras del DANE y Analdex, sobre el comportamiento de los  TLC, para que verifique tal como se lo demuestro en este trabajo que es poco por no decir nulo los beneficios recibidos.

Es hora de que cambiemos el modelo exportador, no podemos seguir dependiendo del petróleo y el carbón. Es la hora de empezar los cambios que necesitamos en todos los sectores económicos, para generar empleo productivo y bien remunerado.

Por último no siga siendo “sordo y ciego” y creyendo en lo que dice “Alberto Carrasquilla”. Dele el visto bueno a la Renta Básica para reactivar la economía. Por no hacerlo, tendremos un decrecimiento del 10%, y no del 5.5%, como dice Carrasquilla.

Tampoco el año entrante creceremos al 6.6%, porque volver a tasas antes de la pandemia, se necesita por lo menos tres años. Así lo dicen los Organismos Internacionales como la Cepal.

Presidente Duque, el tema no es anular lo que ha funcionado, sino como lograr que el TLC funcione bien para ambas partes.

Es lo justo, que ambos países se beneficien.

Los colombianos no nos hemos beneficiado con los TLC.

Nota: El contenido de este artículo, es libre, espontáneo y de completa responsabilidad del Autor