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Por: Percy Bustes
Luego de más de 10 meses fuera debido a la pandemia del Coronavirus, mi esposa y yo pudimos regresar a casa. Quise escoger un buen libro para leer en el vuelo de regreso. Encontré “El placebo eres tú” de Joe Dispenza quien es seudocientífico, especializado en cardiopatía e imagen cerebral. En este libro, el científico parte de la premisa “El cuerpo cree lo que le dice la mente”. Dice que los médicos lo experimentan a diario: Sustancias sin ningún poder farmacológico –conocidas como placebos- provocan cambios radicales y duraderos en el paciente. Sucede así, afirma Dispenza, porque pensamientos y emociones modelan constantemente el cerebro, el cuerpo e incluso las mismas células. Basta creer que es posible para que el milagro empiece a desencadenarse. Cambiando tu estado interno, puede cambiar tu realidad externa, reprogramando tu cerebro y tu organismo para que seamos capaces de ejercer nuestra capacidad innata de creación. Es un poderoso enfoque, refrendado por una nueva generación de científicos, que se perfila ya como una realidad.
Pero; Por qué es importante hablar de esto precisamente ahora?
Estamos pasando la peor crisis sanitaria de la historia originada por la pandemia, que a su vez ha generado tamaña crisis económica que nos va a afectar a todos indefectiblemente y además cada día vemos más países sucumbiendo a una crisis política que se veía venir desde antes pero que se ha acelerado justamente en estos tiempos de caos.
Mira, es importante hablarlo porque todo esto que está pasando, primero es temporal, no va a durar para siempre; segundo, ocurre en nuestro exterior, no todos lo vemos de la misma manera ni a todos nos va a afectar del mismo modo (así vivamos juntos). No importa lo que pase, lo importante es lo que hacemos con eso que ocurre. Los acontecimientos son neutros. La diferencia radica en cómo los asimilamos y qué hacemos con esa experiencia. Si es negativa: Nos dedicamos a lamentarnos, a victimizarnos o sacamos una lección, un aprendizaje?
Es un buen momento entonces para preguntarnos quiénes somos: Chofer? Abogado? Jardinero? Vendedor? Ama de casa? No! eso es a lo que nos dedicamos.
No somos cuerpo, o humanos; somos seres de luz en una experiencia humanaque venimos a trascender emociones de baja densidad para potenciar emociones de alta densidad que empiezan en la paz, esperanza, alegria, compasion, amor.
Para empezar este camino debemos activar la compasion hacia nosotros mismos por lo errores cometidos porque literalmente: No lo sabemos hacer mejor, estamos en una escuela. Todo esto es como anti natural para un ser de luz. Que somos energía, que somos amor, que nos desplazamos a la velocidad del pensamiento; estamos intentando encajar en un habitat que no es natural para el espíritu . Encima este cuerpo que estamos usando tiene una mente que nos da un sin fin de emociones para las que el espíritu no está habituado. Por eso hay que bendecir esa mente, hay que agradecerla aunque a veces no nos guste.
Al estar en esta aventura de la vida terrenal, nos hemos olvidado de dónde venimos, para qué hemos venido y qué teniamos que aprender. Hoy como sociedad, por la pandemia, estamos hablando solo de lo que ocurre con el cuerpo, pero todo esto tiene los días contados. Cada dia más personas empiezan este camino del autoconocimiento. Este cuerpo que tenemos hay que cuidarlo hasta que acabe esta experiencia terrestre. Cuando ya no lo necesitemos, el cuerpo se queda en la tierra y nosotros seguiremos evolucionando hacia otros planos como la energía de amor que somos. Recordemos que es la mente la que controla al cuerpo, el cuerpo sólo no puede sentir si no recibe la orden de la mente; lo que tenemos que aprender es a pensar diferente, aprender a no juzgar, a no condenar, a no acumular en nuestra mente rencores, odios, rabias, culpas, porque todo esto malo que acumulamos en el cuerpo va corroyéndolo, maltratándolo hasta que se manifiesta y de qué manera? Pues a través de enfermedades. Si se acumulan en la mente emociones de baja densidad estas hacen que el cuerpo se debilite.
Si tú sientes que debes cambiar de vida. Que no encuentras la paz, y decides que quieres evolucionar, que tus actos, pensamientos y palabras sean inspirados por el amor. Debes dejar tu personalidad en un segundo plano pues no te ha resultado ser como eres (digo, si esta es la conclusión a la que has llegado).
Es una decisión. Espiritualizar de una vez esta experiencia humana en vez de intentar humanizar aún más una experiencia humana, la cual nos trae unas emociones que hemos venido a trascender para potenciar el ser espiritual.
Debemos hacer un compromiso. Nuestra personalidad se opone a que desarrollemos, potenciemos nuestra parte espiritual pues pierde protagonismo. Entonces nuestra personalidad boicotea continuamente el trabajo interno. Nuestro Ego necesita alimentarse del victimismo, del conflicto, de la culpa, del miedo, del sentimiento de separación. El victimismo nos ayuda a no madurar, nos ancla en revivir la situación y en demostrar a los demás lo que hemos vivido y … Qué les importa a los demás? Lo importante es Qué haces tú con lo que has vivido? Lo puedes aprovechar para ayudar a otros o te vas a quedar enfangado en tu propia experiencia?
Como? Cada persona tiene un camino diferente. Si ves que no vives en paz y te das cuenta que deseas cambiar, entonces las herramientas llegaran a tu mente. Cada persona resonará con una filosofía diferente. Dicen que el maestro siempre llega cuando el alumno está listo.
Cómo identificamos estar sin paz: Estar muy pendiente del exterior, no sientes que todo esta correcto, siempre pendiente de la pareja, los padres, los hijos, muy pendiente del exterior. Si estas en paz, puedes desarrollarte y compartir con los demás, pero primero analiza si tu grado de felicidad no depende del exterior.
Por ejemplo: No es lo mismo vivir una pérdida desde una zona de paz , comprensión, aceptación y confianza en el proceso que estamos viviendo todos, que vivirlo desde una zona de victimismo, de no aceptación , de lucha y de reacción. Si la experiencia negativa la vivo desde la paz, voy a poder sacarle un aprendizaje a esa lección. Si no le saco un aprendizaje, voy a tener que repetir la lección. Así de simple.
Si nos damos cuenta que siempre cometemos los mismos errores, que tropezamos con la misma piedra, que le hacemos daño precisamente a las personas que más amamos (lamentablemente esto es lo más común); si vemos todo esto, ya hemos avanzado la mitad del camino del autoconocimiento y por ende, de la sanación. Cuando llegamos a este punto, y lamentablemente la mayoría de las veces es debido al sufrimiento, dejamos de echarle la culpa a los demás o a factores externos y reconocemos que todo es causado por nosotros mismos , los recursos llegan de alguna manera.
Lo que estamos viviendo es efecto de una causa inconsciente. Si nos responsabilizamos de ir a encontrar la causa y disolverla, el efecto cambia, nuestra experiencia vital cambia. Pero no deberíamos tratar de encontrar y resolver solamente, únicamente la causa concreta de lo que nos preocupa:
Este debería ser el sentido de nuestra vida. Observar todo lo que estamos viviendo y entender que es un efecto e irlo cambiando poco a poco para prevenir que en cualquier momento, un grado de incomodidad no lo convirtamos en sufrimiento. Podemos recibir avisos para cambiar nuestro patrón mental pero no es necesario llevarlo al grado del sufrimiento.
Aquí apostamos por observar qué tipo de roles estamos atrayendo a nuestras vidas, qué tipo de sentimientos son los más frecuentes en nuestra vida, ir a buscar la causa que está en nuestro subconsciente y a partir de esto, comprobar los cambios en nosotros y cambios en los demás que van a generar paz y armonía y entendiendo la ley de causa y efecto, que este sea nuestro estilo de vida. Tomemos decisiones de qué es lo que queremos vivir a partir de ahora.
Cuéntame si algo o todo esto te resuena. Dime si crees que es el momento de ver tu vida desde diferente ángulo. Si es así, ya has avanzado la mitad del camino…
Nota: El contenido de este artículo, es libre, espontáneo y de completa responsabilidad del Autor Percy Bustes +1 (951) 326-4186

