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Por: Percy Bustes

Ya llegó mi jefe. Esta vez sí hablaré con él. Necesito ese aumento de sueldo. Trabajo casi once horas al día (él dice que en ventas no hay horario, pero me paga sueldo fijo). La última vez no me dejó hablar, parece que ya se las huele; empezó a decir que los ingresos habían bajado y que la empresa iba de mal en peor. Estoy a punto de abordarlo, pero llegan mis dos amigos (bueno, compañeros de trabajo); conversan muy amenamente, uno de ellos hace con las manos como una silueta de mujer, están hablando de una de las chicas de la oficina, mi jefe se moja los labios –¿Qué le estará diciendo? ¿De quién estarán hablando? — Me acerco y le digo:

-Jefe, necesito hablar con usted

-Habla, te escucho –me responde.

-Es personal –le digo

-Es laboral –me replica– Puedes hablar delante de tus compañeros, aquí no hay nada que ocultar.

En ese momento ingresa la señora de los desayunos, hace dos días que no me quiere vender nada porque le debo lo de la semana pasada; lo que ella no entiende es que, si no me atiende, voy a tener que bajar a la primera planta y comprar en el restaurant un sánguche y un café al contado, me voy a seguir gastando el dinero y nunca le voy a poder pagar. Le deja a mi jefe sobre el escritorio un jugo de naranja, un triple y una taza de té.

En medio de toda esta escena veo por el rabillo del ojo a mi esposa, ¿Qué habrá venido a hacer aquí? ¿Vendrá a hablar conmigo o le va a decir a mi jefe lo del aumento de sueldo? Me muero de vergüenza. ¡Tierra trágame! ¿En qué cabeza se le ocurrió venir hasta aquí?

En ese momento cierro la llave de la ducha y me doy cuenta que no me acuerdo si me lavé el cabello con champú o no. Miro el frasco y dice algo como “Dry Scalp Care”; ¿Qué querrá decir eso? …

Esta historia corta, muestra una persona que no tiene la capacidad de aterrizar en el presente, no lo disfruta, no lo aprovecha.

La mayor parte de nuestro tiempo la mente está fuera del presente, proyectando, preocupándose, fantaseando, imaginando el futuro o bien recordando acontecimientos, tanto agradables como desagradables, rumiando decisiones o vivencias. Gran parte de nuestra vida la estamos viviendo de manera virtual, en piloto automático.

Si decidimos escapar del presente idealizando, nos perderemos los desafíos que la vida nos pone por delante, no cumpliremos la misión que nos toca y no aprenderemos la lección que necesitamos.

Tenemos dos opciones: O ampliamos la ducha para que entren seis o más personas o empezamos a disfrutar cada momento, por intrascendente que parezca.

Afrontemos el presente con optimismo, incluso los momentos adversos. Y, como diría Robert Kiyosaki, autor de “Padre Rico, padre pobre” el mayor aprendizaje lo obtenemos de los fracasos y del sufrimiento que estos nos provocan.

Cada día son más las personas que entienden la importancia de quedarse unos minutos en la cama al despertar sólo para agradecer en silencio. Disfrutar el agua corriendo por nuestro cuerpo a la hora de ducharnos, sentir el aroma del jabón, automasajeranos con el peine, percibir el perfume de la loción, saborear el café, observar el cielo de la mañana, gozar cada momento del día sin contaminarlo con los remordimientos del pasado (depresión) o con las preocupaciones del futuro (ansiedad). La vida es muy corta, todos lo sabemos, pero vivimos como si no nos importara.

Ser consciente y enfocarse en el momento actual significa reconocer los sentimientos, pensamientos y sensaciones corporales presentes, mientras nos conectamos con el medio ambiente.

Sé amable contigo mismo. Hazte una prioridad.

Tómate un momento todos los días para enfocarte en tu respiración. Toma tres respiraciones largas y hondas. Enfócate sólo en la inhalación de la respiración profunda y exhala lentamente. Tómate un momento para sonreír cuando termines. Esto te enseñará a relajarte rápidamente en los momentos de tensión.

Quiero terminar compartiendo una frase de Confucio que grafica lo que me viene ocurriendo desde hace cinco años: “Tenemos dos vidas. La segunda empieza cuando nos damos cuenta de que sólo tenemos una”.

Nota: El contenido de este artículo, es libre, espontáneo y de completa responsabilidad del Autor.