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Por: José Luis Martínez Juárez
El veinticinco de junio del año pasado, el portal digital semana, realizó un análisis titulado “abuso sexual de niños y niñas en Colombia: cifras de este grave delito”. El problema se centra en la impunidad que reina en los procesos judiciales que son cometidos en menores de edad. La situación se agrava cuando quienes se suponen que deben velar por la seguridad de este sector, son los actores principales en la violación de sus derechos, como fue el caso de la niña embera de trece años abusada sexualmente por siete soldados del Batallón San Mateo de Colombia.
Dentro del Plan Nacional de Desarrollo de Colombia, se ilustra de forma gráfica que el 76.6% de los colombianos consideran que la protección de los derechos humanos es muy baja. Para el año 2016, el 21% de los colombianos desconfiaban más del sistema de justicia judicial. Situación que contribuye a la no denuncia, por considerar que el sistema de justicia es impune.
El Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses, informó que entre enero y mayo del 2020, se practicaron alrededor de 7,544 exámenes médicos legales por presunto delito sexual, de los cuales más de seis mil cuatrocientos fueron realizados a amenores de edad, en un rango de los cero meses de vida a los 17 años. Cuando se habla de Abuso Sexual Infantil, se hace referencia a toda actividad de tipo sexual que se realiza con un niño donde no hay consentimiento o este no puede ser dado, incluyendo los contactos sexuales que se producen mediante el uso de la fuerza o amenazas, independientemente de la edad de los participantes.
Las estadísticas presentadas por las instituciones son un simple bosquejo de la gran dimensión de este problema social; los abusos sexuales contra infantes que se cometen dentro del seno familiar no se denuncian en su mayoría por las implicaciones legales que tendrán en contra del agresor. Junto a esto, viene el rechazo social al que se expone la familia, porque parece más importante aparentar ante los demás “la familia perfecta” que afrontar el problema sin pensar en las consecuencias emocionales de las víctimas.
La sintomatología producto de las consecuencias, transitan a lo largo del ciclo vital hacia formas diferentes de manifestaciones que son típicas de cada etapa. Algunos de ellos son la enuresis (emisión repentina de orina durante el día y la noche) y ecopresis (evacuación fecal involuntaria), dolores de cabeza y estomacales; también viene asociado su retraso en el desarrollo, así como ansiedad y retraimiento. Posiblemente se pueda presentar un estrés pos-traumático y conductas sexualizadas.
En los niños de edad escolar, aparte de los indicadores antes mencionados, pueden aparecer problemas externalizantes como las agresiones hacia otros niños, problemas de conducta y un bajo rendimiento escolar. Las víctimas adultas de abuso sexual infantil, a lo largo de los años pueden desarrollar problemas de depresión, ansiedad, baja autoestima o problemas en las relaciones sexuales. Muchos de ellos, tienen una percepción negativa de sí mismo, lo que puede ocasionar problemas en sus relaciones interpersonales.
Otra de las consecuencias a largo plazo del abuso sexual es la relación que existe con el abuso de drogas y alcohol, que también van asociadas con las conductas delictivas cometiendo crímenes contra la propiedad, conductas agresivas y violentas, así como una mayor probabilidad de que abusen de otros niños en comparación con el resto de la población.
Basta de seguir cerrando los ojos ante la problemática del Abuso Sexual Infantil, porque de ser así continuaremos en una sociedad donde se generen múltiples problemas que afectan el tejido social, entre ellos las adicciones. Algunos de los factores situacionales que generan una mayor probabilidad de que los niños sufran abuso sexual, está relacionado con la disfuncionalidad que existen en sus familias, además, contribuye a acentuar sus efectos una vez que se producen.
Lo que se necesita son programas de intervención por parte de los profesionales de la salud mental, así como otras profesiones involucradad; para lograr un mayor alcance es necesario considerar todas las variables que intervienen en la aparición de los efectos del abuso sexual infantil, con el objetivo de que los programas de intervención y tratamiento de las víctimas sea efectivo y se logre su estabilidad emocional.
Nota: El contenido de este artículo, es libre, espontáneo y de completa responsabilidad del Autor. Correo electrónico: psicologojoseluismartinez@gmail.com