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Por: Ruth Mery Pareja Benítez
Vuelvo a colocar el dedo en la llaga en un tema que desean abortar, la Salud Mental no puede ser el drama de una familia es un tema de agenda pública y debe estar como prioridad de nuestros mandatarios por ser considerado según la ley prioridad para los ciudadanos, usuarios de alto riesgo y vulnerabilidad en temas psicosociales. Existe un mutismo sin entender cuando se habla de suicidio que cada día se viene dando en jóvenes adolescentes al parecer sigue pasando por debajo de la mesa bajo la complicidad estatal sin implementar políticas públicas en temas de prevención, así como se hacen campañas para evitar el cáncer, problemas cardiacos, hipertensión de igual manera la salud mental debe considerarse de gran relevancia realizando campañas agresivas en Suicidio, consumo de sustancia psicoactivas, embarazos a temprana edad, considerarse una cátedra para brindar estrategias que brinden elementos que permitan dar resoluciones asertivas en momentos complejos como los que estamos pasando una pandemia que sigue arrebatando las esperanzas e ilusiones de muchas familias y jóvenes que no encuentran una salida a un problema que avisa, muestra señales que no son capaces de ser leídas por padres y cuidadores, como ocurrió recientemente en la ciudad de Barranquilla dos menores de edad deciden quitarse la vida para huir de un mundo inseguro donde no les dio la oportunidad de ser escuchados.
Hasta cuando este tema seguirá siendo un tabú que lleva a la ignorancia de no saber cómo realizar un abordaje adecuado en atenciones primarias que puedan detectar un trastorno de ansiedad una depresión considerado como la causa de altas cifras de suicidio, romper ese pacto de silencio entre medios de comunicación el cual posen una gran responsabilidad social y pedagógica para políticas de prevención. Según la ley 1616 de 2013 es un derecho dar prioridad niñas, niños y adolescentes en políticas de promoción de la salud y prevención del trastorno mental, “debemos hablar de una salud mental en resistencia, no es solo un estado de resiliencia”.
Hacemos parte de una sociedad históricamente agobiada por inequidades, desigualdades, violencia y una desestructuración continua de su tejido social, con poca participación y un ejercicio marginal de las ciudadanías “en tiempo de pandemia sólo deja al desnudo una realidad escondida este no es un tema de moda es un tema de salud pública sin atención”. La OMS reafirma y amplia una gama de actividades directa o indirectamente relacionados con el componente de bienestar físico, mental y social y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades.
Una mirada al panorama de la ciudad de Barranquilla y sus alrededores tristemente durante lo que llevamos en este 2021 van alrededor de 15 suicidio que han sido recopilado por medios de comunicación, que tímidamente generan la noticia, aclarando que estas cifras no serán las reales teniendo en cuenta lo manifestado por OMS Cada 40 segundo se suicida una persona a nivel mundial, como sigue siendo un tema silencioso muchos casos no son reportados quedando en la oscuridad de un túnel sin salida, vemos con enorme preocupación no se avanza en estrategias eficaces y eficientes de información para conocer cómo detectar una persona en riesgo, cuáles serían las señales para encender las alarmas y así evitar la pérdida de un ser querido familia, amigo o conocido. Un llamado a los dirigentes, mandatarios, maestros, estado, toda la comunidad en general esto no puede seguir siendo un tema en la oscuridad, donde el drama sigue creciendo y causando dolor, las leyes están aquí tenemos que garantizar la vida y dar aplicabilidad para evitar seguir concientizando que todos somos corresponsables de la vida y protección de los niños niñas y jóvenes este tema no es un asunto privado es un tema de agenda pública. Por lo tanto se hace urgente que frente este tema seamos proactivos no más silencio, dejemos el tabú y son los mandatarios quienes deben desde sus proyectos divulgar este tema de salud púbica que se hace urgente tocar sin temores, miedos, que no permiten avanzar y llegar a estrategias que sirvan para salvar vidas, prepararnos para una pos pandemia que dejara muchas lesiones en la salud mental.
Fuentes bibliográficas: Ley de salud mental de Colombia, tras cuatro años sin reglamentar. EL paciente colombiano. Ley 1616 de 2013. Salud mental.
Nota: El contenido de este artículo, es libre, espontáneo y de completa responsabilidad del Autor, Ruth Mery pareja Benítez, Psicóloga. Pedagoga. Especialista en estudios pedagógicos, especialista en gestión ambiental, especialista docencia universitaria. Diplomados en prevención de sustancias psicoactivas, intervención social y comunitaria. Trabajo con sectores vulnerables en temas de violencia intrafamiliar, abuso sexual y salud mental.