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Por: Jorge Guebely

Nada justifica la traición de Márquez y Santrich al proceso de paz, excepto sus vidas. La tenían en peligro como la tienen quienes permanecen en él. Como la pierden los reinsertados ante la indiferencia, o inoperancia, o complicidad, del poder conservador colombiano. Ex-combatientes asesinados por balas cobardes sin avizorar el sueño de paz y justicia.

Pierden sus vidas como los otros soñadores de la justicia y la paz en Colombia. La perdió José Antonio Galán, el comunero, y su cuerpo apareció despedazado en diferentes plazas públicas. La perdieron espantosamente los campesinos liberales y sus líderes populares durante y después de la violencia partidista. La perdieron los líderes y militantes de la UP y hasta la vida de Jaime Garzón, el humorista, fue aniquilada. Basta mirar las manos del poder conservador para ver los choros de sangre. Poder con palabras de paz, pero acción de guerra. El peor traidor de todos los acuerdos de paz en Colombia.

Poder que huye de la verdad para imponer sus mentiras. Prefiere abolir la verdad de la JEP, la que Uribe padre quiere derogar y Uribe hijo propone reemplazar con formularios de internet. La verdad de los ex-Farc asesinados antes de develar la verdad en la JEP. La verdad de la Comisión de la Verdad antes de que publique sus verdades. Poder conservador que ruge ante la verdad como un demonio herido ante un crucifijo, como un vampiro huye de la luz. Su éxito reside en la mentira.

Desgastado por sus ficciones, se dedica a tejer nuevas falsedades. La ministra de relaciones exteriores, absurda funcionaria, culpabiliza al Partido de los Comunes sobre la deserción de Santrich y Márquez. La Fiscalía anuncia, con algarabía mediática, el esclarecimiento de asesinatos sobre líderes sociales sin que ninguno esté esclarecido. El Centro de Memoria Histórica insiste en cambiar la historia nacional por una oficial. Si la verdad nos hace libre según Jesucristo, las mentiras del poder conservador nos esclavizan en el deprimente espectáculo del oscurantismo.

Y ninguna grandeza humana hay en el oscurantismo, igual se procede de algún dios enfermo o de alguna patria fermentada. Nos aniquila el ser social, nos arruina el ser humano de cada individuo. Actúa como un atraco metafísico, como una parrilla donde se asan todas las conciencias. La estúpida consciencia de los crédulos.

“La ignorancia y el oscurantismo en todos los tiempos no han producido más que rebaños de esclavos para la tiranía”. Ácida verdad de Emiliano Zapata que carcome la vida de nuestro pueblo. estúpidamente

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