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Por: Roque Ortega Murillo
A pesar que el paro logro tumbar la reforma tributaria, obligar la salida del ministro Carrasquilla, la cancelación de la sede de la copa América y la compra de nuevos aviones para la fuerza área, finalmente el gobierno de Duque ha dilatado un dialogo patriótico con los organizadores de la protesta y ha logrado enfriar la efervescencia de las movilizaciones mediante una estrategia antipopular, sorda y muda a cualquier solución a las demandas exigidas. Poco a poco todas las organizaciones participantes del paro han dejado solos a los jóvenes y a merced del abuso brutal de la policía. Los jóvenes son quienes siguen poniendo los muertos, a quienes siguen violando y a quienes siguen desapareciendo, mientras día a día el gobierno se reafirma en el autoritarismo y la represión de las dictaduras.
En presencia de un autócrata tan desconectado de la realidad como apoyado por partidarios de la ultraderecha dirigida por el megalómano Álvaro Uribe, quien se cree y actúa como un monarca por designio celestial. Sin duda, estamos en un régimen violador de todo cuanto son derechos humanos y que le importa un carajo legislar para los más necesitados pues ante los reclamos legítimos solo responde con plomo. No paran los asesinatos contra los muchachos en resistencia, sobre todo en Cali, donde impera un auténtico régimen de terror.
Duque goza de poder absoluto, es el rey cuyo régimen es apoyado por un Congreso terrateniente al que tampoco le interesa realizar reformas de fondo que nos puedan sacar del atraso social, político, cultural y económico, que nos lleve a disminuir la desigualdad y la pobreza verdadera razón del estallido social. Estos congresos junto con el presidente se siguen burlando de los colombianos: en un solo día hundió la propuesta matricula cero para los estudiantes, sin embargo, a “pupitrazo” limpio, creo tres proyectos para aumentar la burocracia en la Procuraduría, la Registraduría y la Defensoría. El primero de ellos, la reforma impulsada por la procuradora Margarita Cabello, logró la creación de 600 nuevos cargos, además le dio más poder para perseguir a la oposición. En la Registraduría se aumentó la nómina de una manera sustancial y en la Defensoría se crearon más de mil puestos.
Este Congreso legisla de espaldas a quienes le eligieron; de manera vergonzosa y sin escrúpulos, se arrodillaron ante la mermelada de Duque como ante la mayoría de los grandes medios de comunicación, serviles del poder, ávidos por seguir saqueado al país. Es el único Congreso que actúa virtualmente en el mundo, no logra encaminar los grandes debates nacionales, ni realizar control político al dictadorzuelo, sólo sirve para patrocinar el tape-tape y para llenarse los bolsillos a costa del erario. La ley del embudo: “Lo ancho pa’ ello y lo angosto pa’ uno” como dice la famosa canción vallenata de Hernando Marín.
Salvo unos pocos congresistas, de la oposición, hay que decirlo, la mayoría no han interpretado las exigencias de los colombianos quienes en más de un setenta por ciento han apoyado el paro nacional; tampoco han cuestionado, ni rechazado el abuso desmedido de la fuerza por parte de las autoridades, ni le ha cuestionado a Duque la manera represiva con la que ha enfrentado la protesta social. Es un Congreso cómplice del desastre al que nos ha llevado este presidente de pacotilla. El deber de las nuevas ciudadanías y de los jóvenes es votar por un nuevo Congreso. No podemos seguir eligiendo a los mismos con las mismas, si no, todo este sacrificio habría sido en vano; no habría valido la pena el sacrificio y toda la infamia que ha sucedido, especialmente los asesinatos de los pelaos. No podemos seguir siendo condenados a otro cien años de penuria y desasosiego.
Otro proyecto de ley que también hundió la aplanadora de bancadas gobiernistas fue el de la especialidad agraria en el que se buscaba preparar jueces para enfrentar el conflicto por el uso y la tenencia de la tierra, es decir, democratizar el campo. No les interesa desarrollar un Estado moderno en donde se instaure una reforma agraria equitativa y atendería la causa principal de 200 años de violencia para poder lograr una pacificación del país. La no aprobación de este proyecto es una cachetada al proceso de paz.
A fecha de hoy, los jóvenes se conviertes prácticamente en únicas víctimas de una verdadera carnicería a manos de agentes del Estado en la que, parecería, se devela una estrategia sistemática para acallar la protesta social. Además, no sabemos con certeza, cuántos muertos y desaparecidos ha dejado este paro. Cotejando bases de datos oficiales nos reportan 24 asesinatos y 84 desaparecidos, mientras que las ONGS han reportados 47 crímenes y 700 personas no localizadas. Aunque solo sean las cifras que presentan Fiscalía, Procuraduría y Defensoría del Pueblo, son toda una vergüenza para un gobierno que logra establecer un triste récord de violaciones a derechos humanos similar a Birmania, en donde impera una reconocida dictadura militar. Aquí, en cambio, una dictadura democrática.
No quiero ser pesimista en cuanto los alcances que puedan conseguirse resultado del paro, diciendo que todo este esfuerzo ha dejado una estela de dolor y sufrimiento innecesarios, que lo peor esté aún por venir y que seguirán cometiendo crímenes selectivos a los artistas como el cometido contra el cantante caleño Junior Jein, un destacado líder afrocolombiano. Al arte lo están manchando de sangre y una sociedad que no valora y protege sus expresiones artísticas y culturales está condenada a retroceder al oscurantismo.
A los jóvenes solo les queda, en esta situación tan incierta, organizarse y proyectarse para participar en política e ingresar en al Congreso desde donde puedan hacerse a curules para tratar de cambiar este país con propuestas liberales, progresistas y verdaderamente democráticas y así derrotar a una clase política retardataria y anacrónica. Tienen ellos un compromiso histórico de buscar representación como clave para construir un país moderno en donde se materialice un pacto por la vida y no por la muerte. No los dejemos solos y nadie como ellos sienten que esta linda tierra se merece la oportunidad de lograr un poco de felicidad y alegría.
Colofón. Cuando la Fiscalía va a presentar la investigación y captura de los civiles, quienes dispararon a los manifestantes en Cali, presuntamente apoyados por los policías, tal como se ven en los videos conocidos por la opinión pública. ¿Será que en este país se instauro legalmente los grupos de autodefensas para defender a la gente de bien?
Fotos: Roque Ortega
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