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Por: GASPAR HERNÁNDEZ CAAMAÑO.
Podría redactar, semana a semana, esta columna en telatiroplena.com, comentando, nada más, el horror que, a diario, registran los medios de comunicación, sobre la existencia de la niñez en Colombia, donde de cada 10 abusos sexuales 7 se cometen contra niñas, según la más reciente estadística.
La violencia en contra de los niños, en Colombia, es una pandemia, un mal endémico. Una aberración. Solo les evidenció los títulos de mis más recientes lecturas de noticias y opiniones de éste horror cotidiano. Vean. Lean:
1. “73.7 % de víctimas de abusos reportadas este año son menores de edad“(El Tiempo. 3/7/2021),
2. “Treinta años de la constitución: un balance agridulce para la niñez“(El Tiempo. 3/7/2021),
3. “Ser madre a los 12 años. Educación y derechos sexuales”. Florence Thomas. (El Tiempo. 9/6/2021).
4. “Embarazo en adolescentes“. Remberto Burgos. (El Heraldo. 5/7/2021).
5. “$50 millones por responsable de abusar niños en un jardín infantil de Medellín.”(El Heraldo. 7/7/2021).
Creo que esos titulares de prensa son suficiente muestra de ese horror que se describe a diario en éste país “de emociones tristes”, de gente que oye misa y grita que odia sin mayor comprensión lectora, no solo de los diarios, sino de la misma biblia.
De ahí que crea válida dar a conocer estas recomendaciones, para compartirlas y tratar de mejorar en el trato con la niñez en la búsqueda de un mejor país para la infancia.
De manual de redacción.
Desde 1989, cuando aún no se había extendido, globalmente, el uso del Internet y la insurrección de las Redes Social, que provocaron la creación de la cultura digital, el diario El Tiempo ha venido publicando manual de redacción, una obra que debe ser instrumento de trabajo, no sólo para periodistas, sino para otros profesionales de las Ciencias Sociales.
De la edición del 2017, que actualizó la del año 2005, he tomado estas recomendaciones para el tratamiento de la información sobre niñez. Las que no dudo recomendar a colegas periodistas, abogados, catedráticos, jueces y magistrados, padres de familia y a todo aquel lector que aún comprenda que él lleva todavía un niño en sus entrañas. Léanlas y difúndalas. Son las siguientes:
1. “Sea responsable en materia legislativa. Acate siempre las normas y recomendaciones establecidas en la Ley 1098, también conocida como el Código de la Infancia y la Adolescencia en Colombia.
2. No discrimine. Todos los niños y adolescentes gozan de los mismos derechos, no importa su etnia, color de piel o el idioma que hable.
3. Siempre piense en el bienestar del menor de edad. Todas las acciones o circunstancias que genere el periodista deberán estar encaminadas al bienestar del niño. Tenga respeto y consideración.
4. Respete los puntos de vista de los niños y adolescentes. Tienen derecho a expresar su opinión en todos los asuntos que les afecten. Esta opinión podrá variar según su edad y madurez, evalúe siempre las conversaciones a la luz de estos dos factores. De este caso se exceptúan las situaciones en las que los niños son víctimas de situaciones de violencia y vulneración de sus derechos.
5. Proponga en su agenda periodística temas de interés social y cultural para los niños.
6. Las palabras tienen la capacidad de transformar, empujar o aminorar; así que tenga cuidado en el uso del lenguaje.
7. Jamás utilice los términos “prostitución infantil”. Los niños no están en capacidad de decidir voluntariamente. La forma correcta es ” explotación sexual”. Tenga siempre en cuenta las claves para informar sobre violencia de género que se consigna en este manual.
8. Tenga en cuenta las condiciones de discapacidad, tanto físicas como mentales de los niños. No use calificativos como “personas discapacitadas”, “especiales”, “excepcionales” o “de capacidades diferentes”. La forma correcta es: “personas en situación de discapacidad”.
9. Cuidado con las fotografías y las imágenes. Siempre que los niños estén involucrados en hechos de violencia o en conflictos con la ley, no publique sus fotografías ni ningún tipo de dato personal. Reserve su identidad y busque otras formas creativas de representación.
10. Antes de entrevistar a un niño, busque su consentimiento. Asimismo, el de un adulto responsable (madre, padre o tutor). Explique siempre de qué se tratará la entrevista y la publicación. Tenga respeto a la hora de cumplir con lo pactado.
11. Recuerde que los niños son vulnerables en todas las partes del mundo. Aplique estas recomendaciones a la hora de cubrir información nacional e internacional”.
En el código de infancia.
Estas recomendaciones realmente están motivadas en las “responsabilidades especiales de los medios de comunicación” establecidas, desde el 2006, en los artículos 47, 48 y 49 del código de la infancia y la adolescencia. Norma jurídica que, al igual que la Constitución Política, deberían conocer quienes forman ciudadanía, como son: la familia, la escuela y los medios de comunicación social.
De ese articulado legal de responsabilidades periodísticas y, por ende, educativas, solo deseo recordar hoy, la siguiente:
“Adoptar políticas para la difusión de información sobre niños, niñas y adolescentes en las cuales se tenga presente el carácter prevalente de sus derechos“(numeral 3 del artículo 47 de la Ley 1098 del 2006).
Desearía saber cuál y cuántos medios de comunicación social, en Colombia, cumplen con el imperio de esa ley. Otra tarea para el semillero de investigadores D.I.A. de la Facultad de Derecho de la Unilibre de Barranquilla o para cualquier reportero. ¡Se la dejo ahí!
Enseñanza de Quintiliano.
Por último, comparto una enseñanza que encontré en la página 289 de “El infinito en un junco. La invención de los libros en el mundo antiguo”, de la ensayista española Irene Vallejo – premio nacional de ensayo.2021-, cuando cuenta que: ” En sus instituciones oratorias, Quintiliano afirmaba que el deseo de aprender depende solo de la voluntad, “donde no cabe violencia“. Se oponía a los castigos humillantes en la escuela -“apropiados solo para esclavos”, decís, demostrando que sus impulsos humanitarios tenían sus excepciones y boquetes-. Tal vez recordaba su propia infancia cuando escribía que los niños a los que se golpea a menudo sufren miedo, dolor y vergüenza, una vergüenza tan honda que quebranta la felicidad infantil. Por eso añade, siendo la niñez una edad desvalida, nadie debería tener un poder ilimitado sobre las criaturas más indefensas“(mayúsculas mías).
¿Será que, en nuestro país de jueces y leyes, algún letrado habrá leído a Quintiliano, el autor de lo más divulgados cánones del Derecho Romano? Me temo que no, ya que en Colombia seguimos matando la felicidad de los niños a puro golpes, no solo de chancletas, sino de titulares y mensajes en redes sociales.
La próxima. El infinito amor por los libros.
Nota: El contenido de este artículo, es libre, espontáneo y de completa responsabilidad del Autor.