Telatiroplena.com, periodismo serio, social y humano

Por: Jenniffer Rueda Martínez

Cuando hablamos de depresión, nos referimos a un trastorno de la salud mental que produce un cambio, alteración en el funcionamiento, en el desarrollo esperado en el equilibrio psíquico o mental de la persona que lo padece.

A. Cinco (o más) de los síntomas siguientes han estado presentes; al menos uno de los síntomas es estado de ánimo deprimido o pérdida de interés o de placer. Puede presentarse en cualquier edad, pero es más frecuente en la etapa de la pubertad y en adultos mayores. Para diferenciarse de un evento de tristeza, el trastorno depresivo se debe presentar casi todo el día, casi todos los días, durante al menos dos semanas mínimo.

1. Tristeza, vacío, desesperanza, llanto fácil. En niños y adolescentes, el estado de ánimo puede ser irritable. Vacío y dolor profundo en el pecho, constante, que te lleva a desesperar porque se torna insoportable.

2. Disminución importante del interés o el placer por todas o casi todas las actividades. Si no encuentras razones dentro de ti, hay esperanza cuando tienes un sentido de vida el cual te mantiene enganchado a la vida, ya sea un familiar, madre, padre, hermanos, hijos, estudio, trabajo, pasión, propósito. La angustia aumenta cuando incluso eso que era lo más importante para ti, ya deja de serlo y ya no encuentras razones ni motivos para vivir.

3. Pérdida importante de peso sin hacer dieta o aumento de peso o disminución o aumento del apetito.

4. Insomnio o hipersomnia. En las noches y madrugadas ocurre un fenómeno en el cual todo lo ves más grave, tu sentir, más el silencio, la oscuridad y la incertidumbre de que se acerca un nuevo día y no sabes cómo lo vas a vivir hace que todo se torne más aterrador.

5. Agitación o retraso psicomotor (sensación de inquietud o de enlentecimiento).

6. Fatiga o pérdida de energía. Querer estar acostado todo el tiempo, no hay aliento ni para tomar una ducha.

7. Sentimiento de inutilidad o culpabilidad excesiva o inapropiada. Asumes culpas que no te pertenecen y de una forma exagerada y absurda. Todo pasa por mi culpa, todos sufren por mi culpa, voy a librar a todos de mí.

8. Disminución de la capacidad para pensar o concentrarse, o para tomar decisiones.

9. Pensamientos de muerte recurrentes (no sólo miedo a morir), ideas suicidas recurrentes sin un plan determinado (idea parasita que se te pasa repentinamente cuando estas realizando cualquier actividad), intento de suicidio o un plan específico para llevarlo a cabo (fijar fecha, hora y método, despedirse). Quieres vivir, pero con amor a la vida, con alegría, con paz, con tranquilidad, como te sientes incapaz de conseguirlo y no quieres pasar el resto de tu vida sintiéndote así con ese dolor profundo y constante, prefieres acabar con ella, desesperanza.

B. Los síntomas causan malestar clínicamente significativo o deterioro en lo social, laboral u otras áreas importantes del funcionamiento.

Se puede actuar en la prevención en la práctica diaria de hábitos de vida saludable y no esperar a que el asunto se torne grave

Diariamente debes:

Dormir bien: 8 horas en las noches.

Alimentación saludable: Rica en proteínas y vegetales.

Actividad física.

Meditación y técnicas de relajación, respiración consciente.

Fortalece tu relacion espiritual con tu Ser superior.

Prográmate y entrénate para pensar, hablar y actuar de manera positiva, aunque la realidad te muestre lo contrario.

Realiza actividades que te gusten, te apasionen y disfrutes para activar las hormonas de la felicidad.

Relaciónate con personas agradables que te aporten, te sumen y te edifiquen.

Renuncia a todo lo que te genere toxicidad.

No te preocupes, más bien ocúpate estudiando y trabajando.

Cuando ya tienes el trastorno depresivo

Si te sientes deprimido, crees que eres capaz de lastimarte o suicidarte, pide una cita con un profesional de salud mental de carácter urgente. Mientras ese momento llega habla con un amigo o un ser querido, cualquier proveedor de atención médica, un líder religioso u otra persona en quien confíes. Si hay solución, si se puede tener bienestar y calidad de vida con un buen tratamiento, si se puede superar.

Amigos y familiares

No minimizar la importancia que tiene con expresiones como: “estas exagerando, a todos nos pasa y lo superamos, sal, diviértete, piensa positivo, quieres llamar la atención, alégrate”, esto lo único que causa es que la persona se sienta peor porque, aunque quiera no es capaz de lograr sentirse bien.

Desarrollar la escucha activa cuando decidan contarnos como se sienten.

Tener empatía, comprensión, humildad ante el relato de la persona afectada.

Acompañar, apoyar, no dejar solo, dar voz de aliento, de esperanza, ayudar a salir adelante, mostrar alternativas y facilitar que estas ocurran.

Cero reproches, ya con lo que lidia es suficiente, el tratamiento al paciente y a la familia van dando salida, solución y respuesta a todo.

Aporte bibliográfico: DSM-5

Nota: El contenido de este artículo, es libre, espontáneo y de completa responsabilidad del Autor, Psicóloga, Jenniffer Rueda Martínez.