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Por: Alfredo Felipe Martínez Agamez
Como diría mi amigo Jairo, en su venta de queso de la calle 74 con carrera 43, en Barranquilla “ombe compa, ya vienen estos politiqueros con sus embusterías”
Y es que este término, bastante escuchado en los rincones de nuestro Caribe colombiano, hace referencia a los embusteros, mentirosos y personas que engañan.
Vemos como los politiqueros de partidos tradicionales y que siempre están disfrutando de las mieles del poder, desangrando y dilapidando el erario, llegan con unas caras, ¡óigame sin vergüenzas!, los virus del descaro y de las embusterías han mutado en ellos, y cada día se vuelven más detestables y cínicos.
Son tan grandes los embustes de estos depredadores, que se atreven a hablar de generación de empleos, de honestidad, de ética, de respeto por lo público, de armar debates sobre la educación pública y con sus voces altas dicen defender.
Embusterías, como escucharlos hablar que defenderán a los usuarios de las violaciones que hacen las empresas de servicios públicos y los bancos.
La embustería más grande es verlos en las fotos abrazando a los niños, viejos y jóvenes de los pueblos, veredas, y barrios de las ciudades, comiendo empanada y disfrutando de una mojarra en los patios donde el olor a boñiga y el tradicional grajo es fuerte.
Sacan pecho de sus títulos y doctorados, que ha muchos les enseñan el arte de robar y no de servir. Y también dicen que ellos construyen y hacen las cosas, como si el dinero público fuera de su chequera.
Las embusterías más grandes es que van en cuerpo ajeno, pertenecen a clanes familiares – mafiosos – politiqueros, que solo buscan satisfacer sus necesidades y más nada.
Estamos en plena época, donde las embusterías saldrán de pretil a pretil, los billetes salen y ruedan por todos lados. De usted depende que esta parranda de embusteros siga acabando con este país y con el futuro de nuestros niños, creyéndole sus engaños y mentiras; esperemos cual será la embustería nueva que tienen, conozco a uno que otro que baila hasta con los gays con el fin de conseguir los votos.
Ojo cuando le lleguen con el cuento chino y perrateado: ¡Yo soy hincha del mejor equipo del mundo!, ¡que viva mi selección Colombia! ¡Yo soy de la provincia y defenderé a la gente de la provincia!
Pilas que son puras embusterías, son unas lacras de cuello blanco y perfume fino.
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