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Por: Percy Bustes

 “Somos el resultado de los libros que leemos, los cafés que disfrutamos, los viajes que hacemos y las personas que amamos” -Airton Ortiz

Mucho se habla hoy en día de la importancia del Autoconocimiento. Este te permite saber qué queremos de la vida y cómo gestionar nuestra emociones. En mi caso, para entrar en este tema tan importante, empecé por leer cómo era yo según mi horóscopo. Para los nacidos dentro del signo de Leo, la cosa pintaba así: “Los Leo son líderes natos. Han nacido para ser independientes, fuertes y ambiciosos, algo que les ayuda a conseguir lo que se proponen. Incluso si se presentan obstáculos en el camino, las personas de signo Leo los superan sin temor. A veces, sacan su peor cara y muestran su mal genio, prepotencia y arrogancia. El orgullo puede controlarles en momentos determinados e incluso mostrar actitudes infantiles que les impide razonar.” No sonaba tan mal, aunque con algunas incongruencias: “líderes natos … con actitudes infantiles…” 

Seguí indagando (durante varios años), hasta que llegué a la más seria de las técnicas de autoconocimiento: El Eneagrama de la personalidad. Haciendo una breve evaluación, me identifiqué inmediatamente con el Eneatipo 8: EL QUE QUIERE TENER EL CONTROL: Agresivo, dominante, autoritario, beligerante, reactivo y vengativo.

-Le gusta estar al mando de las situaciones para no someterse al control de los demás; se siente fuertemente atraído por el poder.
-Se esconde y protege tras una coraza fuerte y dura; sin embargo, tiene un lado muy tierno y vulnerable, que sólo muestra a personas que se lo ganan.
-Es muy directo, franco y honesto; suele intimidar con su mirada a las personas que lo rodean.
-Vive a la defensiva por miedo a que le hagan daño; por eso es tan híper reactivo, mostrando su furia y su rabia cada vez que se siente agredido por los demás.
-Sus repentinos estallidos de rabia y agresividad provocan que en ocasiones pierda el control sobre sí mismo; no soporta que le digan lo que tiene que hacer.

Ya no suena tan bonito, aunque me explica muchas cosas. De hecho, tengo muchos problemas con las personas que me rodean, me gustaría de alguna manera solucionarlos pero siempre caigo en lo mismo. Luego vienen la culpa y el remordimiento, trato de reparar en algo lo que dije o hice y … la historia se repite.

¿Por qué soy así? ¿Cómo puedo mejorar?

La explicación empieza en la niñez (¿Cómo no?). Hay mucho material escrito que explica de dónde viene todo. Yo recomendaría ‘Las Cinco Heridas del Alma” de Lise Bourbeau; habla del Rechazo, Abandono, Humillación, Injusticia y Traición; que todos sufrimos (o creímos sufrir, o sentimos que sufrimos) en los primeros años de nuestra niñez. Esto nos marca para toda la vida o por lo menos explica el porqué de muchas de nuestras reacciones. Recuerda que el 95% de las decisiones que tomamos lo hacemos de manera inconsciente. Entonces si en mi caso, ya no quiero que me dominen el egocentrismo, la autosuficiencia, la ingobernabilidad, la intolerancia, la impaciencia, la ira, el narcisismo que empezaron en la adolescencia y continuaron durante mi vida adulta, debo sanar las heridas que me hicieron así. ¿Cómo? pues primero reconociendo que tengo esos defectos, aceptarlos, ponerlos sobre la mesa, revisarlos y entenderlos. Una vez que aprendo a vivir con ellos (mis defectos), puedo controlarlos, superarlos y empezar a vivir sin esa carga tan pesada.

El resultado será que podré entonces levantar mi autoestima y empezar a ver mis cualidades, comprender que puedo dedicarme a lo que más me gusta (y vivir de eso), sin culpas ni remordimientos y empezar una nueva vida, pisando firme el presente (lo pasado ya pasó, no lo puedo cambiar; el futuro es incierto, muy incierto). 

Entonces, ¿Cuál es mi meta? ¿Comprar una casa? ¿Comprar un nuevo auto? ¿Tener dinero en el banco? ¿Conocer Turquía? … Estas metas son válidas, pero la mía es Crecer Espiritualmente. ¿Y eso qué es? Pues primero que nada, no tiene que ver nada con la iglesia ni con la religión.

Crecimiento Espiritual primeramente es conectarte con tu Poder Superior, Dios, Presencia Universal o como quieras llamarle. Es la capacidad de saber que hay algo más allá de lo que vemos, de sentirmos parte de la gran energía que nos rodea a todos, de entender que fuimos creados a imagen y semejanza de nuestro padre: Dios y que tenemos por derecho TODAS las cualidades inherentes a él. Crecimiento Espiritual es entender de una vez por todas que todos somos hijos de Dios y por lo tanto somos hermanos. Sí, hermanos. Por eso no tiene sentido seguir tan divididos y enfrentados. Quiero cambiar el mundo, pero lo único que verdaderamente puedo cambiar es a mí. Por eso, empezaré (nuevamente) a trabajar en MI honestidad, a trabajar en MI humildad y sobretodo en MI tolerancia.

Si puedo positivamente cambiar y mejorar mi honestidad, humildad y tolerancia habré cambiado el pedacito de Universo que me corresponde.

Nota: El contenido de este artículo, es libre, espontáneo y de completa responsabilidad del Autor. Percy Bustes