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Por: Jorge Vergara Carbó
Los resultados dados a conocer la semana pasada por el DANE, sobre el crecimiento de la economía en el tercer trimestre del año, muestra un crecimiento del 7%, a precios constantes, con relación al tercer trimestre del año anterior, un descenso de 5.7 puntos, con relación al segundo trimestre de este año, que creció al 12.7%. En términos corrientes el PIB del tercer trimestre de este año, creció un 22.6%, con relación al del tercer trimestre del 2021, y significó una disminución de 7.5 puntos, con relación al segundo trimestre de este año. Lo que muestra una desaceleración de la economía.
Los anteriores resultados muestran una economía “cuesta abajo”, al igual que está sucediendo en el resto del mundo, pero manteniendo una tasa de crecimiento aceptable a precios constantes en los tres primeros trimestres del 9.4% (PIB$714.3/652.8 billones), y a precios corrientes de un 24.9% (PIB$1050.6/841.2).
A fin de que puedan comprender el comportamiento de la economía colombiana, analizaremos las cifras del PIB a precios constantes y corrientes y por supuesto las variaciones que se han dado antes de la pandemia y después de la pandemia. Para poder proyectar el posible comportamiento del cuarto trimestre, que conoceremos oficialmente en el mes de marzo del año entrante, y determinar cuál sería el crecimiento de la economía en el año 2022.
PIB A PRECIOS CONSTANTES EN BILLONES DE PESOS
TRIMESTRE 2019 2020 % 2021 % 2022 %
I 206.0 207.7 209.5 227.7 8.7
II 215.0 179.4 (20) 212.3 18.3 239.4 12.7
III 223.0 203.1 (9.8) 231.0 13.7 247.2 7.0
IV 237.5 228.9 (3.7) 253.6 10.8 .?
TOTAL, PBI 881.5 819.1 (7.6) 905.8 10.5 714.3*
PBI US$ 268-984 238.630 227.522
TRM Dic 31 3277.14 3432.50 3981.16 5022.03**
PBI A $corie 1060.1 998.6 (6.1) 1177.2 17.9
- Tercer trimestre 2022; ** TRM a noviembre 18/22
Si bien la economía colombiana creció, durante el año 2021, a una tasa de las más altas de la historia del país 10.5% ($905.8/819.1), fue producto de la comparación con el peor año de nuestra historia económica (PIB menos 7.6%), por encima de la recesión del año 1.999 (4.2%), en el gobierno de Andrés Pastrana. Si ese comportamiento del 2021, lo medimos con el del 2019, antes de pandemia, el crecimiento tan solo fue del 2.7% ($905.8/881.5), que si bien no deja de ser importante sigue estando por debajo del potencial de nuestra economía.
¿CRECEREMOS AL 8%, EN EL 2022.?
Este año, al tercer trimestre la economía ha crecido un 9.5% ($714.3/652.2), con relación al tercer trimestre del año 2021. Las expectativas del gobierno de Gustavo Petro en cabeza de su ministro de Hacienda José Antonio Ocampo, es que la economía crezca este año en un 8%., según declaraciones dadas en entrevista en el periódico El Tiempo, del 20 de noviembre. La junta directiva del Banco de la República espera un 6.9%, y el Banco Mundial y el FMI recientemente en Washington en su último informe económico señalan un 7.6%. En todo caso las proyecciones para este año oscilan entre el 5% y 7%, para el año entrante la desaceleración será más fuertes y se proyectan tasas de crecimiento entre el 1% y 3%.
Para alcanzar la meta del gobierno Petro (8%), debemos lograr un PIB en el cuarto trimestre de $264 billones, superior en un 6.8%, al tercer trimestre de este año. Esa suma nos daría un PIB para todo el año de $978.3 billones, superior en un 8%, al del año anterior $905.8 billones. Para la proyección del FMI y Banco Mundial, el cuarto trimestre debería ser de $254.9 billones, y para la meta del Banco de la República, sería $254.0 billones.
Como pueden observar en el cuadro presentado en el documento, la cifra a lograr en las tres proyecciones supera no solo a la de los años anteriores, sino a todos los trimestres de este año. Si tenemos en cuenta que la economía ha venido siendo jalonada por la demanda y en especial el consumo de las familias, que represento en el año 2021, el 73.6%, del PIB, y en lo corrido de este año, representa el 74.9%, una diferencia de 1.3 puntos, lo que es significativo. Igual sucede con los gastos del gobierno, que pasaron de representar el 17.1% al 15.2% del PIB, al tercer trimestre de este año. El gasto de familias y gobierno paso del 90.7 % al 90.1%. Lo significativo del 2022, ha sido el crecimiento de la inversión, que a septiembre alcanzaba un 22,6%, del PIB, comparado con el 18.9%, del año anterior. Las exportaciones en el 2022, también aumentaron su participación al representar el 14%, contra el 13%, y las importaciones han pasado del 22.6%. al 26.8%. En síntesis, el gasto de las familias y del gobierno son los que explican el crecimiento de la economía. Para el cuarto trimestre se espera que disminuya el consumo de las familias por las medidas tomadas para frenar la inflación, al aumentar las tasas de interés, lo que ha hecho costoso y difícil el endeudamiento y por lo mismo disminuya la inversión. Variable esta última afectada por: la mala calificación de las firmas calificadoras reconocidas internacionalmente, el encarecimiento internacional y nacional del crédito, la dificultad para endeudarse y por supuesto la subida de la tasa de interés por la FED, que origina que los inversionistas miren a Estados Unidos atractivo para invertir llevando sus ahorros a ese país, para invertirlos en bonos del tesoro o en inversión física. Esto último a forzado la salida del capital de portafolio en el país, y limitado la inversión directa extranjera que sumado a una baja canasta exportadora ha ocasionado una depreciación del peso colombiano con relación al dólar que dificulta y encarece la consecución de créditos y limita la inversión de portafolio y la extranjera directa, sumado a la incertidumbre que implica un cambio de gobierno y en especial si este es de una ideología diferente a la que se venía aplicando en el país.
Esto es tan diciente, que los colombianos nos hemos empobrecido en términos de dólares, ya que el PIB en dólares que, en el año 2019, era de US$268.984 millones, en el 2021 fue de US$227.522, un 18.2%, inferior al del 2019. Para el año 2022, esperamos que la economía crezca un 6%, con relación al año 2021, lo que significaría un PIB a precios constantes de $960.1 billones, que, al dividirlo por la tasa de cambio de noviembre 18, $5022.03, tendríamos un PIB en dólares de US$191.177, es decir un 19%, inferior al del año 2021. Una pérdida de poder adquisitivo en dólares que significa menor ingreso per cápita, por lo tanto menos capacidad de consumo.
PIB DE ACUERDO AL GASTO A PRECIOS CONSTANTES $BILLONES
PBI CF + G + IBK + X – M
909.3* 669.3 + 155.9 + 172.3 + 118.7 — 206.9
%PIB 73.6 17.1 18.9 13 (22.7)
715.2 536.2 108.9 161.3 100.5 191.7
% PIB 74.9 15.2 22.6 14.0 (26.8)
1.177.2** 846.5 192.1 233.2 193.2 287.7
1050.5¨ 738.4 138.3 265.0 213.9 305.1
* año 2021; ** PIB 2021 a precios corrientes; ¨¨PIB a tercer trimestre 2022 corrientes
NO ES POSIBLE QUE LA ECONOMÍA ESTE AÑO CREZCA AL 8%. CRECEREMOS AL 6%.
Conocidas las cifras del PIB, tanto por el lado del gasto como de la producción podemos afirmar que lograr que la economía en el cuarto trimestre alcance un valor cercano a los $265 billones, no es posible Creemos que la economía podrá crecer a tasas entre el 5.4 %, y el 6%.
No es posible que el consumo de las familias siga creciendo, con niveles de desempleo del orden del 10.7% y una informalidad del 58%, que incluso en la Región Caribe la informalidad está por encima del 67%, y el desempleo por encima del 14%. En varios escritos sobre el tema del desempleo he manifestado que la tasa que se muestra no es real, porque está afectada por la población por fuera de la fuerza laboral, y en especial por el rubro otros que incluye a la gente que se cansó de buscar trabajo, a los pensionados y discapacitados. Esa cuenta en septiembre muestra un aumento con relación a septiembre del año anterior de 378.000 personas, cifra que no tiene justificación alguna ni por el lado de los pensionados, ni lisiados y menos por estar cansado de buscar empleo, por lo menos 200.000 personas, de esas 378.000, se incluyeron para no registrarlas como desempleados para que la tasa de desempleo fuera del 10.7%, y no del 14%, como es en realidad. Creemos que el DANE debe ser más riguroso en la encuesta mensual de las familias y depurar esas cifras. Si no conocemos la realidad de la tasa de desempleo, no podremos tomar políticas públicas claras para resolver ese problema estructural que cargamos en el país. Una inflación de alimentos que supera el 24%, sin ningún tipo de control por parte de las autoridades territoriales. Un déficit fiscal del 5.6$ del PIB, que puede terminar en el 8%, si incluimos el déficit generado por no haber aumentado la gasolina, y seguir manteniendo congelado el precio del ful oíl, un déficit en cuenta corriente que sigue creciendo 5% del PIB, un alto endeudamiento externo 70%, del PIB
¿ADONDE SE QUEDA LA PLATA DE LAS 1400 TONELDAS DE COCA?
Ante ese diagnóstico, no puede uno esperar cosa distinta a que la demanda baje ostensiblemente, por ello en los centros comerciales se palpa la disminución en el consumo de las familias, en el gobierno, y en la inversión. Pero esa Disminución no ha sido más alta gracias al capital de la droga que logra entrar al país una parte por canales distintos a los oficiales, recursos que no se contabilizan en las cuentas nacionales, y otra que entra por canales institucionales , tales como el giro de remesas enviadas por colombianos que viven en el exterior , por importaciones , por contrabando y por el lavado de dinero que se hace a través de empresas fachadas, o por amnistías decretadas por los gobiernos en su reforma tributaria. Recuerden que Alfonso López (1.974-1,978), hizo algo más elegante para legalizar no la droga, sino el dinero de la marihuana, creando la ventanilla siniestra en el Banco de la República, entidad a la que diariamente concurrían los marimberos con sacos llenos de dólares, para cambiarlos por sacos llenos de pesos. Personalmente viví esa época en Riohacha, en el año 1.997.
Hoy esas 1.400 toneladas de cocaína, según estudios reconocidos por organismos internacionales vale en Latinoamérica US$28.000 millones, en New York US$35.000 millones, y en Europa US$49.000 millones. Ese dinero no entra todo al país, mucho se queda en los países consumidores, pero podemos estimar que a Colombia de ese dinero le pueden entrar unos US$15.000 millones, anuales, a través de los distintos canales, lo que representaría un 6.6%, del PIB en dólares alcanzado en el año 2021, o un 7.8%, del posible PIB en dólares del 2022, que serían US$191.177 millones. Porque de entrar toda a Colombia la participación sería del 14.6%. Esto no debe sorprendernos porque de todos es conocido que nuestra economía al igual que otras de Sur América están influenciadas por el narcotráfico.
El otro mal, que tenemos y sufren todos los países latinoamericanos es la fuga de capitales, nos hemos convertido en exportadores de capitales, cuando justamente es lo que necesitamos para poder tener un desarrollo sostenido. El Banco Mundial, como el BID u otros, han hecho proyecciones de cuanto es el dinero fugado de Colombia, y se estima en unos US$250.000 millones, parte sacado legalmente, pero la mayoría en forma ilegal, especialmente el dinero de la corrupción y la evasión de impuestos. Hoy sufrimos fuertemente los choques externos, como ha sucedido en estos últimos meses, a raíz de la subida de la tasa de interés de la FED, por la falta de esas divisas y ante un modelo exportador que depende del precio de los commodites, lo que ha ocasionado una depreciación del peso con relación al dólar y otras monedas como el Euro, dinero de que repatriarse contribuiría a generar riqueza, pagando impuestos en Colombia, generando empleo y apreciando el peso colombiano, hoy afectado por la fuga de capitales legales la de Portafolio y por supuesto la de muchos colombianos que mediante mecanismos legales han sacado plata del país, bajo el pretexto de asegurarse su futuro por desconfianza del gobierno.
El gobierno, al igual que el resto de gobiernos del mundo con su banca central están concentrados en disminuir la inflación, pero todos sin excepción creyendo que es una inflación de demanda y resulta que es también una inflación de oferta, producto del retraso en la producción por la pandemia, la guerra de Rusia y Ucrania, la crisis de los contenedores y por supuesto el alto consumo de las familias por los estímulos recibidos y el gasto público. En Colombia es posible que terminemos el año con una inflación cercana al 13%, lo que obligara al Banco de la República a revisar su tasa de interés, y más si en la reunión de la FED prevista para el 13 y 14 de diciembre decide aumentarla como lo venía haciendo o decide suavizar sus aumentos, debido a que la inflación empezó a ceder en los Estados Unidos al pasar del 8.2%, al 7.7%, en octubre. Los síntomas de recesión mundial ya están golpeando el precio del petróleo hacia la baja, lo mismo que el carbón y el precio del café que está en niveles de US$1.53 la libra, cuando estaba por encima de los dos dólares.
CONCLUSIÓN
Ante ese panorama, que estamos viviendo podemos afirmar que hemos salido bien librado hasta la fecha. Sostener tasas de crecimiento del 10.5%. no es posible, pero lograr este año por lo menos una tasa del 6%, es excelente porque eso significaría un crecimiento con relación al año 2019, del 8.9% ($960.1/$881.5). Mientras países como Inglaterra y Rusia se encuentran en recesión, los Estados Unidos acaban de salir de recesión técnica al lograr crecer en el tercer trimestre con crecimiento por debajo del 1%., y unas proyecciones que apuntan a que el año entrante el mundo entre en recesión, lo que nos obliga a ser más cuidadosos en el manejo económico, ya que según proyecciones de Organismos Internacionales no caeremos en recesión pero si tendremos un crecimiento bajo entre el 1% y el 3%, lo que afectara el empleo, sumado a un año de elecciones territoriales, y de discusión de proyectos de ley necesarios pero conflictivos como la reforma laboral, la reforma pensional, el proceso de paz, la aplicación de la reforma tributaria, la reforma a la salud y a la educación, y principalmente la elaboración y presentación del plan de desarrollo “COLOMBIA POTENCIA MUNDIAL DE LA VIDA” que aspira a invertir $1.042.8 billones, con recursos del PGN, de las entidades territoriales y Ley de regalías.
Finalmente, destacar que el PIB por el lado de la producción, en lo corrido del año 2022, muestra un crecimiento del 9.5%, con crecimiento jalonado por el sector comercio mayorista, espectáculos artísticos y la industria manufacturera. Todos los sectores crecieron a excepción del sector agrícola que disminuyó en el 1.4%, justamente el sector que el gobierno tiene centrada sus políticas públicas para que crezca y principalmente en el sector de generación de alimentos, por ello le ha dado inició con su ministra Cecilia López a la reforma agraria comprando inicialmente tres millones de hectáreas para entregárselas a los campesinos para su explotación con compromisos serios que deben de firmarse y dotarlos de la infraestructura necesaria y la tecnología adecuada para producir alimentos y materias primas para la industria.
El país, puede y debe aprovechar la coyuntura actual con relación a la TRM, para dejar de importar alimentos y empezarlos a producir, como también presentar unas políticas públicas para impulsar el sector industrial exportador diversificando nuestra economía, son catorce TLC firmados los cuales debemos estudiarlos muy bien para sacarles provecho, no todo tienen que ser exportaciones de altos volúmenes físicos y en pesos, hay medianas industrias y pequeñas que con ayuda es posible que consigan mercado, aunque con una recesión mundial no será fácil conseguirlos, pero no imposible, pero de hacerlo estaremos preparados cuando se den las oportunidades.
TRANSICIÓN ENERGÉTICA Y ALTAS TARIFAS DE ENERGÍA COSTA CARIBE
Igualmente se requiere claridad en la política de transición energética. Hay 200 contratos firmados para exploración y explotación, esos contratos hay que ponerles el acelerador para aprovechar la coyuntura de estos dos próximos años, de precios rentables. La tendencia es hacia las energías limpias, lo que implica que tenemos que seguir invirtiendo en ellas. Nuestro país tiene una generación limpia del 89,7%, hídrica 97.9%, biomasa 1.1%, y el resto eólica y solar. La generación térmica es del 10.3%, siendo a gas el 80.2%, que es considerado menos contaminante que los demás productos fósiles.
Consciente de la transición energética, el gobierno debe revisar la política tarifaria para el Caribe Colombiano, que hoy paga la tarifa más alta del país, a pesar de tener que consumir nueve (9) veces más, que en el interior del país. Esa tarifa es producto de que nos cobran las pérdidas de energía no técnicas lo que significa $140, por encima de lo que pagan los del interior del país por ese concepto, y por el sobre costo por comercialización que significan unos $60 pesos por kilovatio, producto de una leguleyada del ministerio de Minas y Energía(Res 40272/20),por encima de los del interior del país, esto significa un pago de $200 por kilovatio, que no tenemos que pagar, y que por supuesto enriquecen a costa de los caribeños, a los propietarios de Aire y Afinia. Este sobre costo afecta a los usuarios y a las pequeñas y medianas empresas que no pueden por su nivel de consumo comprar energía en bolsa o mediante contrato de largo plazo, cuyo kilovatio hoy oscila entre $153 y $257, mientras la estamos pagando por encima de los $900.
Es hora de que este gobierno revise la estructura oligopólica de los generadores de energía, como la metodología del cálculo de la tarifa que está afectando la competitividad en todos los sentidos, pagamos un precio por encima de los valores internacionales, ya que el precio se fija por la oferta que hagan los generadores diariamente y se escoge el precio del que oferte más alto, y ese es el precio que pagamos todos. Igualmente revisar el cargo por confiabilidad que pagamos los usuarios y que en un principio se creó para respaldar las inversiones térmicas que por el apagón era necesario montar para que le garantizaran al país, que no se diera un nuevo racionamiento. Resulta que hoy todas las empresas cobran ese cargo sin ningún sustento técnico que lo respalde.
No ha sido un año, fácil para el gobierno, le ha tocado enfrentar el invierno más fuerte y no sabemos que vaya a pasar en diciembre en el Canal del Dique, como en la Mojana, y para complementarlo la economía desacelerándose y a puertas de una recesión mundial a mediamos del año 2023.
Creemos que este gobierno sabe exactamente lo que está pasando, la economía se desacelera, tenemos alta inflación 12.2%, alto desempleo 10.7%, que puede ser superior si se depuran las cifras, del DANE lo que de acuerdo al concepto nos ubica en una economía en ESTANFLACIÓN. No dudamos de la capacidad del gobierno de Gustavo Petro para enfrentar las situaciones adversas de la economía, por ello trazara las políticas públicas necesarias para evitar caer en recesión, y salir de la estanflación. También sus políticas diseñadas en el Plan de desarrollo “Colombia Potencia Mundial de la Vida” apuntaran a disminuir los niveles de pobreza extrema y monetaria, como también controlar la inflación, mantener el empleo productivo, darle un manejo eficiente a la economía y sobre todo brindando confianza al inversionista nacional y extranjero. Somos optimistas, y el pueblo respalda al presidente Gustavo Petro.
SEGUIMOS ESPERANDO LA REBAJA EN LAS TARIFAS DE ENERGÍA EN EL CARIBE.