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Por: Madia Muskus
Para muchos el hablar de las matemáticas se convierte en un serio dolor de cabeza, algunos inclusive hacen la elección de las carreras con la premisa de que no se den matemáticas. Sin embargo, a pesar de estos prejuicios el desarrollo de esta ciencia básica que tiene como objeto el estudio entre las relaciones entre cantidades, magnitudes y propiedades, y las operaciones lógicas mediante las cuales se pueden deducir cantidades, magnitudes y propiedades desconocidas.
Además, desde la epistemología las matemáticas se fundamentan en realidad a partir de la relación sujeto-objeto, que posee una esencial dimensión material. Esta relación epistemológica es en sí una realidad incluso material diferente a cada uno de los constituyentes. Esta relación debe entenderse, además, en un contexto social, que influye en el movimiento del sujeto y, a veces, incluso modifica la realidad del objeto. Lo social como factor epistemológico implica la historia, y le da una dimensión histórica a la construcción cognoscitiva.
Con este fundamento epistemológico que involucra la relación objeto-sujeto, dentro de un contexto social, el aporte que nos ofrece las matemáticas frente a los ODS es múltiple y relevante.
Las matemáticas sirven para desarrollar modelados estos permiten trazar los cambios globales y las consecuencias sobre la biodiversidad. Gracias a las técnicas de optimización y análisis de datos son indispensables para la transición al uso sostenible de los recursos naturales, gracias a la IA inteligencia artificial podemos extraer datos como imágenes de satélites, el trazado de mapas de áreas que no se encuentran por datos empleando los métodos convencionales, la cultura científica y las matemáticas nos ayuda a tener una comprensión de los desafíos que nos rodean.
Las matemáticas se convierten en su ejercicio en una actividad creadora de belleza, en la que se busca una cierta clase de belleza intelectual, solamente accesible, como Platón afirmaba, a los ojos del alma, y en esto consiste en el fondo la fuerza motivadora y conductora siempre presente en los esfuerzos de los grandes creadores de la matemática.
Es un potente instrumento de intervención en las estructuras de la realidad a nuestro alrededor, ayudando en la aplicación de modelos fidedignos al mundo tanto físico como mental. En realidad, bien se puede afirmar que la mayor parte de los logros de nuestra tecnología no son sino matemática encarnada con la mediación de otras ciencias.
La visibilidad de la matemática en la cultura de nuestro país ha sido tradicionalmente bastante débil, y lamentablemente lo sigue siendo, como se pone de manifiesto claramente sin más que echar una mirada en derredor.
Para romper los esquemas tradicionales se hace necesario un ejercicio de divulgación matemática que permita tratar de cambiar las actitudes hacia las matemáticas de muchos que necesitan tal cambio, con la convicción profunda de que tales actitudes son altamente perjudiciales a la vez para un sano desarrollo de la cultura y para el progreso de la matemática.
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