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Por: Jairo Eduardo Soto Molina

“La uniformidad es la muerte; la diversidad es la vida”. Mijaíl Bakunin

La interculturalidad busca la integración a través de la interacción de los seres humanos que significa la influencia recíproca entre dos o más persona en ambientes culturales diferentes respetando esas diferencias para una sana convivencia. Es un dialogo a pesar de la diversidad natural de los grupos humanos que integran así mismo diferentes personas. De esta manera hay un enriquecimiento de los valores relativos. Los valores relativos son aquellos valores que varían conforme el contexto social y las cualidades de la persona: su clase social, historia personal, edad, sexo o nacionalidad. Los valores relativos no son compartidos por todas las culturas y varían con el paso del tiempo y de acuerdo con cada persona.

A mi modo de comprender el problema latinoamericano, esta sería la solución para unificar rasgos de identidad en nuestros pueblos que el mestizaje, quizás no ha permitido desarrollar. Pero más importante aún es la necesidad de decolonizar nuestro pensamientos, sentimientos y acciones que libere, emancipe e impide la alienación cultural e ideológica que hemos tenido con la cultura eurocentrista. La cual ha impedido de igual modo, desarrollar nuestros propios rasgos identitarios. Esa debe ser la génesis por esta querella por encontrar, no una solución, sino vertientes epistémicas liberadoras, formas de ayudar a transformar una realidad sustentada en propuestas y metodologías que no responden a los desafíos del mundo globalizado de hoy, con una migración en aumento y que presagia una entropía como método para relacionarnos, que por desfortuna aún se mantienen de espalda a estas corrientes filosóficas de la epistemología del sur. La interculturalidad y el bilingüismo, por otra parte, son necesarios en la construcción de ese nuevo ciudadano que requiere América Latina.

La combinación de estos dos modelos va a encontrar pertinencia y sentido para la adaptación creativa y no adopción ciega  de las ideas encontradas y pertenecientes a otros contextos para ser aplicadas a los nuestros y para que nuevos ciudadanos aprendan el inglés como segunda o tercera lengua; ya que ésta a su vez les posibilitará acceder y valorar esa cultura y articularse al mundo globalizado, sin que eso signifique el desdeño de la propia cultura en la construcción de su identidad cultural, local y regional, factor este que ha derivado en formas de pensamiento discriminatorios y neocoloniales. La pertinencia del inglés es porque es la lengua franca en el mundo ante la técnica, ciencia y tecnología.

Me causo risa que una dignataria en la red Twitter colocara el lema de nuestro escudo patrio, como imperativo necesario para cambiar el desmadre que existe hoy en la ciudad y el departamento con el problema de la inseguridad. Al contrario, ese lema lo que ha traído es el desorden y la libertad de hacer lo que le venga en gana a la gente. Denota el pensamiento colonial de nuestros políticos. La libertad debe ser para seres autónomos y el nivel de autonomía lo alcanzamos a través de los estudios avanzados, ni siquiera con   los técnicos o profesionales. Se tiene que erradicar ese pensamiento colonialista de nuestros mandatarios sean éstos de izquierda o de derecha. ¡Qué nivel de autonomía puede haber en un país como Colombia que ser un técnico, o un profesional es un privilegio y no un derecho? Un país donde solo el 10% de los bachilleres acceden a la Universidad pública o privada. De ese 10% solo se gradúa y llega a ser profesional el 6%, pero de ese 6%, solo el 10 % llega a cursar una maestría y de ese 10% de un 6% anterior llega a ser magister; Y de este 10% final solo el 0, 00023% llega a ser doctor.

Por eso la cuestión es como lo ha enfocado Petro, abriendo más universidades. No solo eso mejorando y transformando la calidad de la educación en Colombia que además es pésima, jerárquica y centralizada y con un propósito de control y represión. Por ello, mi abuela decía la culpa es del escudo cuando mi padre trataba de castigar a mis hermanas por ir a una verbena, por ejemplo, cuando tenía largas ausencias de la casa por diversas razones. Una vez me puso a observar al escudo ante mi pregunta de porque culpar al escudo. Ella con sus ojos relampagueantes me dijo mijo el problema está en el lema: Libertad y orden. Aquí todo el mundo en este país se cree en la libertad de hacer lo que venga en gana y cuando el orden trata de llegar ya es tarde. Pero el mismo orden da las garantías para que el desorden pase y las medidas no solucionan nada. Yo ahora lo llevo a nuestro sistema de justicia que es pésimo también. En un país como Colombia y el resto de América Latina salvo Chile, no hemos construido rasgos identitarios ni se han fortalecido los sistemas de educación y justicia para garantizar una sana convivencia.

Finalmente quiero referirme que he sido homenajeado en la Universidad del Norte, el solo hecho de presentar a su comunidad académica del su Programa de Lenguas Modernas mi libro: Clave decolonial para la enseñanza de las lenguas extranjeras, una teoría de cómo seleccionar la cultura desde esa perspectiva para enseñar las lenguas extranjeras. El propio rector, Adolfo Meisel Roca, a través de su secretaria me envió un mensaje: “Estupenda obra…Nadie puede compararse con tu creatividad y pasión, por eso no me extraña ni tu talento ni tu éxito. Felicidades por tu nuevo logro. Un motivo más para admirarlo. Le deseo lo mejor. Bendiciones. En el día de ayer a mi presentación media hora antes me invito a tomarme un tinto y a hablarme del libro que apenas una semana antes le había obsequiado. Palabras que me honran mucho y me impulsan a seguir produciendo con mucha humildad. “Estas palabras de uno de los intelectuales más serios y rigurosos del Caribe dan entero crédito en el ámbito de la investigación y la creación académica. Un reconocimiento desde otra institución que se anticipa a aquella que por razones politiqueras sufre atrofia administrativa y académica…” escribiría mi amigo “Mincho”, Ever Rojas Puello en el post de Facebook, donde destaqué ese mensaje.

Citas al cierre: La unidad es la variedad, y la variedad en la unidad es la ley suprema del universo. Isaac Newton. La experiencia del totalitarismo ha relevado un carácter fundamental de la democracia: su vínculo vital con la diversidad Edgar Morin

Tomémonos un tinto seamos amigos. Sigan siendo felices Jairo les dice.

Nota: El contenido de este artículo, es opinión y conceptos libres, espontáneos y de completa responsabilidad del Autor. Jairo Eduardo Soto Molina, Profesor de tiempo completo titular, investigador 1279 (80), Doctor en ciencias Humanas, Par académico Mini Ciencias-MEN