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Por: Madia Muskus

Psicóloga

La lectura es un proceso consistente en descifrar el código de la letra impresa para que ésta tenga significado y, como consecuencia, se produzca una comprensión del texto. Dicho de otro modo, leer es un esfuerzo en busca de significado; es una construcción activa del sujeto mediante el uso de todo tipo de claves y estrategias; puede decirse además que la lectura es un proceso constructivo y este ejercicio lleva a la comprensión. El nivel de compresión del ejercicio lector es del interés de varias disciplinas en las que se cuestionan sus paradigmas extendiéndose su interés a otros campos de interés para el ámbito cultural, mediados en un contexto que es concebido como un modelo cultural, el proyecto social y la tecnología.

El modelo físico de lectura basado en el libro impreso sufrió una etapa de crisis que llevaron a muchos a pensar que esta iría inexorablemente a la desaparición  de la cultura impresa, la muerte del libro y la desaparición de los lectores a causa de una pedagogía normativa que poco favorecía la formación de lectores asiduos y, por añadidura, de nuevas y seductoras formas de entretenimiento que parecen imponerse rápidamente, así como de sistemas de comunicación inéditos con mediaciones cada vez más artificiales con el predominio de la imagen.

En este panorama, la problemática de la lectura, como decíamos, se convierte en objeto de estudio epistemológico de las ciencias sociales y las humanidades, esto debido al interés por las actividades cotidianas del hombre común, por sus objetos y sus prácticas. Los estudiosos que incursionan en el campo de la filosofía, la historia, la lingüística, la antropología, la psicología y el psicoanálisis, incorporan nuevas formas de análisis e intentan renovar sus teorías y métodos con el fin de modificar concepciones y métodos fundados en mitos, a la vez que la lectura es considerada la vía regia al acceso a la información y con ello al progreso.

La escuela aísla la lectura de los fines en los que ésta se inscribe socialmente, a pesar de que leer constituye una actividad al servicio del ocio; en la escuela, la lectura se presenta, la mayoría de las veces, como una imposición del programa escolar, pero le falta la dimensión esencial de actividad de aprendizaje, de distracción o placer que la caracteriza fuera de la clase.

La lectura es un ejercicio complejo, que involucra la atención, la memoria, el razonamiento y la afectividad y por lo tanto, se relaciona con el pensamiento; la comprensión lectora es el producto de un conjunto de análisis visuales, fonéticos, semánticos y pragmáticos que interaccionan entre sí, es un proceso cognoscitivo mediante el cual se construye el significado de la información proporcionada por el texto.

Por otra parte, la escuela no parece ser consciente de la función fundamental de aprendizaje que la lectura ejerce en los estudios, en cuanto instrumento privilegiado de comprensión, de acción y de evaluación. La escuela ha fallado en esta tarea, muchos estudiantes saben leer y entender literalmente el texto escrito, pero se les dificulta ir más allá de lo textual para realizar una comprensión y valoración de lo leído, mucho más difícil les resulta, por lo tanto, relacionar lo leído con sus conocimientos previos o con su vida diaria.

Es importante establecer y definir estrategias que aumenten el nivel de comprensión lectora que permitan el desarrollo de criterios y niveles de interpretación más allá de lo básico, esto genera ciudadanos pensantes que pueden contribuir a la trasformación de la realidad del país

Nota: El contenido de este artículo, es opinión y conceptos libres, espontáneos y de completa responsabilidad del Autor.