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Por: Jorge Enrique Collazos Ramírez & José Gregorio Stevenson Díaz.
El articulo realizado el día siete (7) de abril del presente año 2023, para “Zona Cero”, por el Señor Milton Zambrano Pérez, donde afirma que “ya es hora que Barranquilla asuma los resultados de los historiadores más recientes”, es una aseveración contradictoria, dado que los historiadores contemporáneos brillan justamente por su ausencia en el plano académico e investigativo, en lo referente al aspecto del origen de la ciudad.
Basado simplemente en la excusa elemental, de una aglomeración espontánea, como si fuese un accidente de tránsito y ya. Se reunieron indígenas, negros libertos, cimarrones, lusitanos y españoles entre dos ciudades legítimamente constituidas como Santa Marta y Cartagena de Indias sin ningún tipo de repercusión y a placer decidieron quedarse allí. Contradiciendo justamente su propia afirmación histórico-legal que no podían fundarse ciudades y villas, sin un permiso oficial tal y como aparecen en las ordenanzas del Rey Felipe II, del 13 de julio de 1573, que mencionaba lo siguiente:
” Ninguna persona, de cualquier estado y condición, se haga por su propia autoridad nuevo descubrimiento por mar ni por tierra, ni entrada, nueva población, ni ranchería, en lo que estuviere descubierto o se descubriere sin licencia y provisión o de quien tuviere nuestro poder para la dar, so pena de muerte y de perdimiento de todos sus bienes para nuestra cámara…”
¿Pero qué pasaría si existiese esa licencia o provisión? ¿Qué pasaría si una “Real Cédula” echase por la borda tantas inconsistencias históricas? ¿Qué pasaría si Barranquilla(s), fuese anterior a las ordenanzas de 1573 y, por consiguiente, pudieran obviarse tantos condicionamientos y reglamentación colonial?
En el presente artículo demostraremos que existen documentos conocidos y reconocidos por los historiadores aficionados y titulados: palpables, fehacientes, auténticos que prefieren obviar o no analizar debido a que afecta su teoría errática de “aglomeración espontánea”, o la de la famosa “Hacienda “San Nicolás” de Nicolás de Barros y de la Guerra, encomendero de Galapa.
Los documentos que citaremos a continuación merecen investigarse, comprobarse y/o descartarse y que exista un pronunciamiento profesional, por parte del gremio de historiadores que según él, no ha escatimado esfuerzo alguno por descubrir nuestro verdadero origen. Durante su repetitivo y desgastante artículo solo hace alarde de las tácitas habilidades hermenéuticas de los historiadores con apartes como: “…campo de la historiografía… discurso histórico… investigador adecuadamente preparado… crítica histórica… sin ningún fundamento histórico… por lo que conviene entonces que se entere, o pronuncie frente a los escritos que mencionaremos a continuación, con todas sus dotes histriónicas y literarias que alardea de su gremio y potencialidades cognoscitivas, que los hace infalibles e irremplazables en el campo de narrar e interpretar la historia, olvidando que existen ciencias auxiliares, o pronunciamientos que merecen la atención de su cónclave.
¿A qué clase de resultados, investigaciones o nuevas fuentes, se refiere el señor Zambrano ? pues los últimos treinta y seis (36) años, han querido institucionalizar, a fuerza de la repetición una hipótesis plagada de errores e inexactitudes, como la de José Agustín Blanco Barros, en su libro “El Norte de Tierradentro y los orígenes de Barranquilla” publicada en 1987”, pues en su propia introducción vaticina que suscitaría discusiones y polémicas, quedando más que claro, que era una tarea no concluida. En ese orden de ideas aceptar dicha hipótesis, sería asumir y dar por un “hecho” algo “no demostrado”. Una seudo-teoría que no ha superado un debate académico, que se ha basado en conjeturas y pareceres, sin ningún documento de soporte, que sirva como elemento material probatorio que corrobore cuanto pretende sustentarse. Demostrando dubitativamente no uno, sino varios posibles orígenes, y basta con leer el título de su obra y sucesivas entregas.
Resulta entonces inconsistente como inconcebible, que el historiador Milton Zambrano Pérez, que se ufana de sus habilidades de “Historiador”, defienda la teoría de un “Cartógrafo”, que no perteneció en vida a su gremio profesional, y hoy por hoy, a todos quienes pretenden exponer una teoría fundacional o genésica de la urbe, sea descalificado por carecer de sus conocimientos como profesional de su ciencia específica, y sea exiliado a la palestra pública, por realizar la tarea que él y sus colegas no han deseado ejecutar, pues ya dan por sentado que Nicolás de Barros y de la Guerra, fue el fundador de la hacienda “San Nicolás” y por ende, es el inicio de nuestra amada ciudad de Barranquilla.
Recapitulando en su artículo solo quedan dos cosas muy claras, primero que el tema fundacional de Domingo Malabet, es literalmente para él un mito, muy a pesar de que dicha tradición oral, posee información valiosa (1620), y segundo, que sí lo que se afirma en lo tocante al origen de la ciudad, no lo dice un historiador, no tiene peso, sentido, ni valor, pues al carecer de sus “títulos académicos y/o habilidades históricas” que nos darían la autoridad para poder interpretar lo que a nuestra conveniencia queramos aprobar o no, por consiguiente estamos privados del juicio, la lógica, y la interpretación de cuanto es su campo y radio de acción.
De estas circunstancias nace el hecho de realizarle un cuestionario basado en documentos, que si tanto a investigado, como afirma, debería conocer: fuentes reales e investigaciones inconclusas, de lo cual no se han hecho informes o pronunciamientos oficiales por parte del apergaminado gremio histórico y que merecen respuestas, pero entonces citémosle el documento o fuente existente (no mítica) y el investigador sumado al año, para ver que han concluido y son los siguientes:
- Documento: Colección “Annales Minorum, Tomo XX”, Páginas 271-272, edición Quaracci, del historiador Franciscano Lucas Wadingo (1569):
- ¿Qué pasó con las investigaciones de Claudio Ropaín de León y su fuente principal el historiador Lucas Waddingo en su obra descomunal, quien ratifica que en el año de 1569 existía un (pueblo) o iglesia doctrinera denominada: “Barranquillas”, como casa religiosa dependiente de la Iglesia de Santa Cruz de Mompox?
- ¿Por qué no se pronuncian para desvirtuar, corregir o esclarecernos frente al particular, ya que se autodenominan las autoridades encargadas?
- 2 Documento: “Solicitud de la erección de Barranquilla en Parroquia de 1744”, en poder de Francisco Carbonell González, mencionado en el escrito de Carlos González – Rubio, “Ensayos Bolivarianos” página 64. Este importante documento, revisado y tocado por el autor, afirma contundentemente, que los habitantes de la época testifican que “Barranquilla (s)”, tenía más de doscientos (200) años de existencia ininterrumpida en esa latitud y/o lugar y se dedicaban al tráfico y comercio, por lo que remontaría su existencia hasta mediados de 1544, de lo que conviene preguntarse:
- ¿Dónde están los historiadores para buscar el destino del documento, confirmar o desmentir la existencia del mismo, el contenido y la autenticidad de dicho documento?
- ¿Acaso les resulta mucho más fácil, adherirse a la fundación de Juan José Nieto Gil de 1629, porque les conviene seguir con la teoría del encomendero de Galapa, Don Nicolás de Barros y de la Guerra? (Ambas sin documentos de respaldo, salvo indicios en línea de tiempo y espacio).
- ¿Qué ha hecho el historiador Milton Zambrano al respecto y en procura de proteger nuestra historia local, en materia de origen?
- ¿Qué pasaría si un “historiador aficionado” les destruyese su castillo de naipes con un documento inédito, relacionado con el origen de la ciudad?
- ¿Basado en el interrogante anterior, destruirían su propuesta y/o tesis (basado en un documento auténtico), sólo porque afecta su zona de confort y discurso trasnochado?
- 3 Documento: “Diccionario Geográfico histórico de las Indias Occidentales o América: con la descripción de sus provincias, naciones, ciudades” del Coronel Don Antonio de Alcedo. (1786-1789): Este importante documento, menciona a las dos (2) “Barranquillas” existentes en la provincia de Cartagena. ¿Acaso no es un tema completamente conocido por los historiadores locales?, que siguen repitiendo a diestra y siniestra la teoría del Norte de Tierradentro, sin mencionar otras fuentes reales e históricas (No mitológicas), que corroboran otras latitudes, basados en expediciones, recorridos y conocimientos en sitio, conviene otra vez preguntarse:
- ¿Qué se ha escrito sobre la existencia de dos poblaciones homónimas?
- ¿Qué las diferenciaban y donde se encontraban ubicadas?
- ¿Qué sucedía con las advocaciones religiosas?
- 4 Documento: “Informe sobre los terrenos del distrito de Barranquilla” de Domingo Malabet, (1876): Utilizado en un litigio jurídico, entre el Distrito de Barranquilla y La Compañía Nacional de Minas y Abonos, posee información auténtica, fidedigna de los linderos de las antiguas caballerías que conformaban parte del norte de Tierradentro, un croquis basado en escrituras y evidencias documentales y testimoniales, conviene elucubrar lo siguiente:
- ¿Qué han hecho los historiadores por investigar el destino de estos importantes documentos; Escrituras, croquis, informaciones y recopilación de testimonios?
- ¿Qué investigaciones han hecho, frente a la reconstrucción de la información recabada por Domingo Malabet, que ni siquiera el mismo cartógrafo José Agustín Blanco Barros se atrevió a recrearlo (cartografía), con la información recibida?
- ¿O acaso no le convendría al autor del Norte de Tierradentro, colocar los límites de Guaimaral y Carretal?
- ¿Si Domingo Malabet es un mito, por qué lo utilizó José Agustín Blanco Barros, como referente en su nefasta cartografía del Norte de Tierradentro?
- 5 Documento: “Mapa Portulano de Barranquilla – Bocas de Ceniza y Puerto Colombia Siglo XIX”, de Francisco Javier Vergara y Velasco (1903).
- ¿Qué pasó o como se explica el silencio conveniente de José Agustín Blanco Barros, frente a la cartografía de su antecesor Francisco Javier Vergara y Velasco, donde se muestra claramente la ubicación del “antiguo pueblo de indios de Camacho” (cerca al corregimiento la Playa) en un sitio muy distante de la inamovible y estática “Barranquilla” y donde quedaba ubicada realmente la Hacienda de San Nicolás?
- ¿Por qué no esclarecen ese desacierto del cartógrafo sabanalarguero entre estas dos latitudes distantes y coexistentes (Camacho –Barranquilla)?
- ¿Por qué Blanco Barros, siendo admirador y colega de su antecesor, omitió voluntariamente un dato trascendental, como la ubicación exacta de “Camacho” si fue encontrado en 1903 por un geógrafo, cartógrafo, historiador y militar?
- 6 Documento: “Libro Fundación de Barranquilla” Manuel de Calderón (1919)
- ¿Qué pasó con el libro perdido de Manuel de Calderón, en 1919, y que investigaciones se han realizado por parte de los historiadores contemporáneos por recabar posible información valiosa sobre La fundación de Barranquilla? del cual misteriosamente no existe un solo ejemplar.
- ¿Qué han hecho los historiadores por investigar o reconstruir dicho documento?
- 7 Documento: Libro “Las Misiones Franciscanas en Colombia” de Gregorio Arcila Robledo (1950)
- ¿Qué pasó con el concepto critico y profesional del historiador, lingüista y sacerdote franciscano Gregorio Arcila Robledo, que hacía parte del gremio de historiadores, quien afirmó que ese documento “Annales Minorum, tomo XX, “, página 271 y 272, edición Quaracci, donde afirma la posibilidad de que la “Barranquillas” de 1569, sea la misma “Barranquilla” actual, en su libro “Las Misiones Franciscanas en Colombia” de 1950? Conviene inquirir a los historiadores nuevamente:
- ¿Por qué ha sido convenientemente desterrado al olvido, para no tocar ese asunto o investigar esa posibilidad?
- ¿Por qué no aparece Arcila Robledo, en las compilaciones de los historiadores que han tocado el tema del origen de Barranquilla?
- ¿Por qué toda información anterior a 1629, es descartada prácticamente dándole tinte de falsa o apócrifa?
- 8 Documento: “Documentos inéditos y desconocidos sobre la fundación de Barranquilla” (1963), investigador Diego Llinás Manotas (Sabanalarguero)
- ¿Qué pasó con los documentos que estaban en poder de Diego Llinás Manotas, que pretendían demostrar que Barranquilla, si tuvo una “Fundación”, y que apareció publicado en el Periódico “El Tiempo” del tres (3) de abril de 1963, para impedir noticias falsas?
- ¿Qué clase de complot, se avistaba o tejía frente a la fundación de Barranquilla?
- ¿Por qué fue exiliado Llínas Manotas, al mismo olvido de Claudio Ropaín de León?
- 9 Documento: “Documentos de investigación” del Dr. Rafael Tovar Ariza,(1947) Este caballero, que fue el segundo Rector de la Universidad del Atlántico, y adelantó una serie de investigaciones personales acerca de nuestra urbe, y se atrevió de forma muy adelantada a su tiempo en afirmar que Barranquilla, tuvo sus orígenes entre los años de 1499 y 1550 , no estando muy lejos de la fecha inicial del origen de nuestra urbe, y que han preferido obviar, porque afecta su teoría controversial de 1629 y la saga histórica de José Agustín Blanco Barros, de lo que debemos preguntarnos seguramente:
- ¿Qué han investigado los historiadores apergaminados sobre esta teoría y salir de su zona de confort?
- ¿Por qué si existen nuevas tecnologías, repositorios digitales, bibliotecas en línea, no se realizan investigaciones alternas que pueden ir en contra de la tesis que rige en el hermético gremio académico?
10 Documento: “Nota Aclaratoria sobre Nicolás de Barros y de la Lama”, de D. Bossa Herazo. (1957) Este importantísimo documento menciona, notas del orden genealógico de Nicolás de Barros y de la Guerra (la Lama), y de su familia que demuestran la ausencia (1600-1605) de los consanguíneos del entonces recién nacido encomendero en Coro (Venezuela) y que tiene que ver con la expulsión de portugueses y otros reveses históricos, en la seleccionada genealogía de dicha estirpe portuguesa:
- ¿Por qué es prácticamente evitada dicha genealogía, y no utilizada cuando se mencionan los ancestros de Nicolás de Barros y de la Guerra?
- ¿Será por el obscuro secreto innombrable, en esa familia de renombre?
- ¿Por qué nunca se mencionan sus ancestros de la Lama?
- ¿Acaso José Agustín Blanco Barros, como otras tantas omisiones a placer, quiso ocultar otros hechos y datos que afectaban su hipótesis diezmada, con el paso de nuevas fuentes?
11 Documento: “Libro Norte de Tierradentro y los Orígenes de Barranquilla” de José Agustín Blanco Barros (1987). En su página 198, pretende hacer una pseudo-cartografia de “CAMACHO Y SAN NICOLÁS”, sin embargo, nunca logra ubicar, ni justificar en su libro, donde quedaba la Iglesia de la Cruz Vieja, ni los límites de los terrenos de Guaimaral y Carretal que englobaba la “Hacienda de San Nicolás”.
- ¿Por qué no esclarecer o justificar el por qué nunca apareció dicha iglesia doctrinera de “San Joseph” o Iglesia de la Cruz Vieja, en el “Avalúo de bienes de 1659”, de Nicolás de Barros y De la Guerra?
Peor aún en el desglose de su teoría considera tres (3) núcleos germinales: 1. El Pueblo de Indios de Camacho; 2. La hacienda “San Nicolás”; 3. Los establecimientos agropecuarios o hatos de menor magnitud fundados en el área desde comienzos del Siglo XVII o seguramente desde antes.
Conviene entonces preguntarse, si el mismo autor creyó tres posibilidades:
- ¿Por qué sus adeptos se casaron con una de las tres posibilidades?
- ¿Sólo porque el mismo Blanco Barros embriagado de gloria y majestad decidió darlo como “un hecho” y el más conveniente al ser su ancestro materno?
- ¿Era convenientemente más grandioso el ser descendiente directo de Nicolás de Barros y de la Guerra por línea materna?
12 Documento: “Libro Los inicios de Barranquilla, poblamiento en el bajo Magdalena Siglos XVI al XVIII” , de Armando Arrieta y Ruth Hernández Arévalo de 2007”, El profesor Arrieta, con un magister en historia de la Universidad Nacional de Colombia, menciona en su obra en un aparte denominado: “Las críticas a Blanco Barros”, páginas18 – 40 y siguientes, afirmando contundentemente :
“…Como consecuencia de lo anterior, se descarta que el camino real y la ribera de la laguna y del caño que sirvieron de eje de poblamiento inicial a la primigenia Barranquilla fueran propiedad del encomendero”.
En otras palabras, echa por tierra y coloca en tela de juicio la ubicación de las caballerías de Guaimaral, y naturalmente la “Hacienda de San Nicolás” mencionadas en el avalúo de bienes 1569, con respecto al antiguo camino desde esa barranca (Antiguo Pueblo de indios de Camacho y/o Hacienda de San Nicolás) hacia Galapa, por ello, exigimos respuestas claras y concisas:
- ¿Por qué tanto silencio frente a todo un capitulo, sobre las inconsistencias de José Agustín Blanco Barros, y siguen empecinados en una saga de libros enmarcados en un error descomunal e histórico?
- ¿Por qué a sabiendas que los terrenos del encomendero Nicolás de Barros y de la Guerra, no tuvieron injerencia sobre lo que históricamente ha sido el origen de Barranquilla, siguen obtusamente repitiendo ese relato, que carece de fuentes documentales?
- 13 Documento: “Barranquilla Paisaje aéreo” Memoria recuperada de una ciudad pionera, legado de la Scadta en sus 100 años”, de la Editorial Universidad del Norte, (2019), menciona en su página 44, el Señor Jorge Villalón Donoso; Licenciado en Geografía e historia de la Universidad de Chile y Magister en Historia Contemporánea de la Universidad de Tubinga (Alemania) y Miembro de la Asociación de Historiadores de Colombia y otros títulos, literalmente:
“Entre 1627 y 1635 se instaló un “español” poderoso de nombre Nicolas de Barros, quien construyó una casa de madera de dos pisos, 12 metros…”
- ¿De dónde, o que fuente desconocida, puede citar el apergaminado historiador que Nicolás de Barros y de la Guerra, era de nacionalidad española?
La nacionalidad del encomendero de Galapa 1602-1658, está más que confirmada en un documento ampliamente conocido por los investigadores y publicado por su propio ídolo de barro, el Geógrafo José Agustín Blanco Barros, en su obra “El Norte de Tierradentro y los orígenes de Barranquilla” de 1987, en la página 366, el “Testamento de Don Nicolas de Barros y de la Guerra (Archivo general de la Nación, Testamentarias de Bolívar tomo 35, f 26v a 32v), dicho documento autentico, dice :
“…En el nombre de Dios Nuestro Señor. Amén. Sepan quantos esta carta vieren como yo Don Nicolás de Varros vezino desta Ciudad de Cartagena de yndias, natural de la Ciudad de Coro en la Provincia de Venezuela, hijo legítimo de Don Pedro de Varros y de la Guerra y Doña María Arias Cavesa de Vaca…” de donde nacen otros interesantes interrogantes:
- ¿Si lo afirmado por el Señor Villalón Donoso, que es un tétrico error histórico, ampliamente demostrado, se justifica que porque fue mencionado por él, ya se convierte en dogma de fe?
- ¿Es válido el error “voluntario” de un historiador, y no la afirmación de un seudohistoriador que tiene la razón, pero que por no tener el título académico, no tiene voz ni voto?
- ¿Acaso el secretario de la Historia de Barranquilla, desconocía algo tan básico, como que la Familia Barros, eran descendientes de portugueses, un hecho más que esclarecido y documentado por los cronistas de indias?
- ¿Por qué el historiador Milton Zambrano Pérez, nunca se ha pronunciado frente al particular desliz del Señor Villalón, y si exhibió en la palestra pública al investigador local José Gregorio Stevenson Díaz, intentando enlodar su buen nombre, fama y reputación?
- ¿Por qué Zambrano siendo historiador y voz autorizada en temas de esta naturaleza, no corrigió o se pronunció frente al error de otro colega?
- ¿Qué documentos tal y como afirma Villalón, en la misma publicación y página, demuestra que la Familia Barros, donó terrenos para la creación de la Iglesia de San Nicolás?
- ¿Entonces si el gremio de historiadores peca voluntariamente con un propósito o interés particular, debemos los investigadores callar y ser cómplices de tales desaciertos a placer?
Esperamos su respuesta cómplice, y reforzada con respecto a la nacionalidad española de Nicolás de Barros y de la Guerra, sea basada en el “Libro de la república de españoles” y en documentos que podamos consultar, y no en pareceres o excepciones a la regla.
De todo lo anterior, queda entonces preguntarse, si Barranquilla es anterior a las ordenanzas del 13 de Julio de 1573, y no a la fecha sin fuentes de 1629, y todas las conjeturas realizadas, de donde conviene preguntarse:
- ¿Por qué tendría qué ceñirse “Barranquillas”, a dicho marco normativo posterior a su existencia?
- ¿Por qué los historiadores nunca mencionan siquiera, la existencia de un pueblo en Tierradentro denominado: “Barranquillas” en 1569, exactamente cuatro (4) años antes de la creación de los protocolos rimbombantes que quiso imponer el Rey Felipe II?
- ¿Por qué nunca se han hecho investigaciones frente al documento (extraviado) de 1744, de la “Solicitud de la erección de Barranquilla en Parroquia “, en poder de Francisco Carbonell González y revisado por Carlos González –Rubio, que demostraría por testimonio escrito de los naturales, que dicho asentamiento humano se remontaría al año, es decir veintinueve (29) años antes que promulgaran las ordenanzas del bosque de Segovia, existe la posibilidad de una existencia anterior ?
- ¿Qué pasa frente a la máxima del Historiador Fray Gregorio Arcila Robledo, que es mencionada en su libro: “Las misiones Franciscanas en Colombia”, página 163, “Cuando en un lugar hay iglesia es porque hay pueblo”?
Por todo y con todo lo anterior y retomando la frase de asombro del historiador no aficionado Milton Zambrano Pérez, y adecuándola a nuestros propósitos expositivos, conviene afirmar:
“Es increíble que una narración tan fantasiosa como la de “El Norte de Tierradentro y los orígenes de Barranquilla” se haya convertido por tres décadas y media, en el mito fundacional de Barranquilla”.
Es un mito, debido a que no existe un documento alguno, fecha o lugar específico, que corrobore sus afirmaciones, no existe un solo documento que una a Nicolás de Barros y de la Guerra, o sus ancestros portugueses con “Barranquilla”, nuestra urbe. Solo son pareceres circunstanciales o indicios, basados y circunscritos en una afirmación de Juan José Nieto Gil, que tampoco era historiador y tampoco brindó fuentes, por lo que se contradice el historiador, al cederle sus facultades al cartógrafo atlanticense.
Por estas razones y por muy cercanos que fueran sus dominios, la afirmación que Nicolas de Barros y de la Guerra, basta con analizar la infraestructura religiosa más antigua de la Ciudad “La Iglesia de La Cruz Vieja”, con la advocación a “San Joseph”, para darse cuenta que nunca tuvieron relación, conexión o injerencia,
- ¿Por qué Jorge Villalón Donoso, colocó de manera dudosa e inteligente?
“Los primitivos habitantes tuvieron en sus orígenes como santo patrón a san José y se construyó un lugar para actos religiosos en la actual esquina suroccidental de la calle 33 con carrera 44, conocido como la Cruz vieja “
Podemos comprobarlo en su libro: “Barranquilla Paisaje aéreo, Memoria recuperada de una ciudad pionera, legado de la Scadta en sus 100 años, de la Editorial Universidad del Norte, 2019, página 44, de esto nos conviene preguntarnos a propósito de la posible antigüedad de Barranquilla antes de 1573:
- ¿De qué antiguos primitivos habitantes habla Jorge Villalón Donoso, si no puede unirlos a la hacienda de San Nicolás de 1629?
- ¿Por qué no puede esclarecer quien fue el artífice de la estructura religiosa?
- ¿Por qué se le denominaría “La iglesia de la Cruz Vieja” de cuando databa o es la iglesia doctrinera que ya existía mencionada en 1569?
- ¿Por qué no hubo ninguna estructura religiosa en el avalúo de bienes de Nicolás de Barros y de la Guerra de 1659, en ninguna de sus propiedades?
- ¿Por qué en su última voluntad, Nicolás de Barros y de la Guerra (Testamento), no aparece alguna relación, devoción o donación a la Iglesia de San Joseph?
Es conveniente advertir que existe este tema “tabú”, en la comunidad de historiadores barranquilleros, frente a las fuentes documentales en asuntos no mencionados en nuestra historiografía local.
Las fuentes antes señaladas, que poseen relación o siembran dudas frente a la historiografía escrita, que demuestran la existencia de una población denominada “Barranquillas” o “La Barranquilla”, muchísimo antes de 1629 son literalmente vetadas. Dejando entrever y confirmar el trabajo “ausente” de los historiadores que “hibernan” emplazados en la teoría no discutida de José Agustín Blanco Barros, quienes no han realizado ningún esfuerzo por esclarecer los vacíos e incongruencias del Norte de Tierradentro o levantar frentes investigativos para descartar o comprobar: las tradiciones orales, el folklor popular, las fuentes descubiertas para interpretarlas a la luz de sus inconmensurables conocimientos.
Reiteramos por enésima vez, parte de nuestras dudas:
- ¿Qué investigaciones desde 1987 ha hecho la academia acerca del origen de la ciudad de Barranquilla, diferente a la hipótesis de José Agustín Blanco Barros?
- ¿Qué suceso tiene que ocurrir, o quien tiene que pronunciarse, para que sea debatida, analizada y descartada la hipótesis del libro “Norte de Tierradentro y los orígenes de Barranquilla?
- ¿Por qué no hizo mella las críticas del profesor Armando Arrieta y Ruth Hernández en 2007, acerca de las inexactitudes de la hipótesis del Libro del Cartógrafo sabanalarguero?
- ¿Por qué siguen empecinados en publicar, publicitar y repetir una teoría plagada de dudas e inexactitudes, solo con un interés económico?
- ¿Por qué José Agustín Blanco Barros, siendo cartógrafo nunca intentó crear un croquis de las caballerias mencionadas por Domingo Malabet?
- ¿Por qué no existe una convocatoria o concurso abierto por parte de la “Alcaldía de Barranquilla”, o “Corporaciones” que permita cotejar y verificar si la hipótesis de Blanco Barros, se ajusta a la realidad histórica que propuso, a mediados de los ochentas?
- ¿Por qué no existe un espacio, para que diferentes ciencias auxiliares e investigadores muestren sus propuestas frente al tema genésico de la ciudad?
- ¿Por qué excomulgan a Domingo Malabet y su mito galapero, y utilizan sus vacas multicolores a placer, a usanza de pan y circo?
Este es apenas la punta del iceberg, de parte de los documentos relacionados con nuestros orígenes de los cuales tenemos conocimiento, que no han cautivado el interés, la política pública de investigación, o una verdadera inversión en expediciones en la búsqueda de nuestro único verdadero origen.
- ¿Ahora resta imaginarse, que pasará con aquellos documentos de los cuales no tenemos conocimiento?
- ¿Por qué la propia Alcaldía de Barranquilla, niega la información cartográfica-histórica del litigio Barranquilla- Pto Colombia (No siendo confidencial) cuando se solicita con fines investigativos y académicos?
- ¿Qué clase de políticas gubernamentales, se han implementado en procura de la defensa de nuestro patrimonio (Hallazgo arqueológico de la Tenería) y otros, en suelo Barranquillero?
- ¿Qué ha hecho la Alcaldía y la Academia, o el Gremio de historiadores, por esclarecer nuestro único origen, para dar cumplimiento a la normativa sobre la implementación de la “Cátedra de historia de Barranquilla”?
Por eso, consideramos muy respetuosamente, que hay mucha tela por cortar….y el trabajo de los historiadores y otros investigadores de ciencias auxiliares de la historia….está por empezar….contrariando la máxima zambranista: “ya es hora que Barranquilla asuma los resultados de los historiadores más recientes”…pues hay muchísimos temas en el tintero, que merecen la atención y el escrutinio de muchos puntos de vista y ciencias auxiliares de la historia, así como el apoyo de investigadores y barranquilleros que amen su ciudad, y no solamente el pronunciamiento sesgado de un cónclave que excomulga a placer, a todos aquellos que no comulgan con su fe…Blanco-barrista…
Nota: El contenido de este artículo, es opinión y conceptos libres, espontáneos y de completa responsabilidad del Autor. los autores se hacen responsables del contenido del artículo. Jorge Enrique Collazos Ramírez & José Gregorio Stevenson Díaz.