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Por: Jorge Guebely
Enorme equivocación de un indígena en manifestación. No es cierta su leyenda en pancarta: Dios no es de izquierda, parece más de derecha. Normal, si ha sido creado o distorsionado por poderosos del poder político. Si lo maquillaron a imagen y semejanza de sus miserias humanas para perpetuarse en la cima de sus privilegios.
Como los de la tierra, los del cielo aparentan tolerancia para ocultar autocracia, amabilidad para ocultar brutalidad. Aparentan sabiduría, pero aman la ignorancia para construir feligresías, iglesias.
Zeus no perdonó a Prometeo el robo del fuego sagrado, antorcha del conocimiento. Prefería la ignorancia y la esclavitud de los humanos, su existencia en tinieblas.
La poesía, tan proclive a la vida, no perdonó a Zeus. Goethe, romántico y panteísta, elogió al titán rebelde. Escuchó su voz en el poema “Prometeo”: “¡No conozco nada más miserable bajo el sol que vosotros, dioses!”, le oyó decir.
No menos tirano el desconfigurado dios de los judíos, de católicos y protestantes. Creador de un edén terrenal a condición de pernoctar en la ignorancia. Paraíso de enajenados, satisfechos en el dolor del oscurantismo. Un estado poblado de estúpidos.
Tampoco la poesía lo perdonó. Adhirió a Lucifer, al ángel caído por rebelde, por portar luz a los humanos. Personaje celestial muy cerca de la tierra. Convertido en serpiente, entró al recinto de Adán y Eva. Desafió la maldición del poderoso celestial con tal de promover la consciencia humana. Existir para vivir, superar la ignorancia para alcanzar la cima del ser.
Lucifer, primer humanista de occidente, lo festejó Baudelaire. Poeta simbolista, tan lejos del artificio llamado dios, tan cerca del ángel caído: “Oh tú, el Ángel más bello y asimismo el más sabio”. Solo a él ruega: “¡Oh Satán, ten piedad de mi larga miseria!”.
Como los poderosos del cielo, los de la tierra aman la ignorancia, crean ignorancia, gobiernan por la ignorancia. “Agnotología” pura según el profesor Robert Proctor.
Entonces, normal si Uribe, dios de muchos colombianos, detesta la JEP. Si abomina cualquier esclarecimiento sobre falsos positivos, sobre militares criminales, sobre crímenes de Estado. Prefiere ignorancia popular para salvarse en las tinieblas nacionales.
Por generar ignorancia, agrede a Rodrigo Uprimny. Lo acusa de terrorista, abogado de las FARC. Tenebrosidades para ocultar su presunta responsabilidad política y moral -hasta posiblemente penal- en masacres de falsos positivos.
Vieja estrategia del poderoso: defecar sombras para fabricar feligreses, el alimento favorito de los dioses en la tierra. Lúcido Jovellanos en su sentencia: “La tierra no produce para los ignorantes sino malezas y abrojos”.
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