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Por: GASPAR HERNÁNDEZ CAAMAÑO.

“…y lo asustó la sospecha tardía de que es la vida, más que la muerte, la que no tiene límites”. García Márquez en “EL AMOR EN LOS TIEMPOS DEL COLERA”.__________

El jueves santo 17 de abril del año 2014 falleció, luego de perder la memoria, el escritor colombiano Gabriel García Márquez, autor de la clásica novela latinoamericana “Cien años de soledad“, cuya obra literaria acaba de resucitar, en marzo pasado, al publicarse globalmente “En agosto nos vemos“, como póstuma. Acontecimiento que ha permitido recordar, en la magia del calendario, el nacimiento en marzo y la muerte en abril.

La novela póstuma de nuestro Nobel de Literatura, cuya edición generó polémica y estudio en el mundo de las Letras universales, ha traído La resurrección de Gabo, en razón a que sus otras novelas, como cuentos y discursos, están siendo objeto de nuevas ediciones por parte de sus herederos y agentes. En estos días he visto, en la estantería de La Nacional, una reciente edición popular de “Cien años de Soledad”.

Y en medios de comunicación social, tanto impresos como digitales, críticos literarios y divulgadores se han encargados de presentar Opiniones, Críticas y Ensayos sobre la extensa obra del Fabulador de Macondo, considerado por entendidos, entre ellos su compadre y colega, Mario Vargas Llosa, como un artista o genio, quien dio brillo y esplendor al llamado boom de la novela latinoamericana.

Amén de la reedición de la obra literaria, medios y redes están publicando aspectos de su vida, no sólo como novelista, sino como reportero y cineasta. En ese orden se ha venido conociendo o “desempolvando” fotografías y anécdotas de la estancia de García Márquez, por ejemplo, en Barranquilla y Barcelona, ciudades que marcaron tanto el inicio y el esplendor del escritor que vivió en “El rascacielos” como en la Zona Sarría de la Ciudad Condal.

En Barranquilla se inauguró recientemente, en uno de los costados de la Plaza de San Nicolás, un hotel de unas “estrellas” en el inmueble del Rascacielos, el cual fue restaurado y remodelado en toda su arquitectura, para hospedar a turistas que deseen soñar dentro de la magia garciamarquiana, pues paredes, pasillos dormitorios, comedores y salones están bajo el embrujo de los colores e imágenes de Macondo, del Caribe que habitamos. Un homenaje silencioso a Gabo, pero un homenaje. Hay que visitar ese lugar.

A Barranquilla vino, días atrás, la directora de la Biblioteca “Gabriel García Márquez“, considerada la mejor del planeta, ubicada en el barrio de Barcelona Saint Martí de Provencals y construida en el 2002, como un homenaje al escritor que entre 1967 y 1974 vivió inmerso en el mundo catalán. En dicha Biblioteca en días del pasado se lanzó, globalmente, la primera edición En agosto nos vemos. La directora vino a hablar de Gabo en El Carnaval de las Artes.

La Fundación Gabo para conmemorar los 10 años de la muerte de su fundador, organizó 10 eventos de carácter cultural y literario, tanto en la programación del Carnaval de las Artes, acá en Barranquilla; en el Festival Internacional de Cine de Cartagena, en la Feria Internacional del Libro de Bogotá y en la Universidad del “Corralito de Piedra”. En cada evento se conversó sobre las distintas facetas artísticas del escritor más relevante de la historia literaria de Colombia.

Y dentro de semejante resurrección no puedo olvidar la producción cinematográfica y televisiva que está adelantando Netflix de Cien años de Soledad, la célebre novela de Gabo que se está montando, como película, en el Municipio Tolimense de Alvarado, donde se ha recreado Macondo y preparado los 25 personajes de la tradición de los Buendía. En ella se viene trabajando desde años atrás. Y el guion lo creo Rodrigo, uno de los dos herederos varones del novelista, de la hija cineasta poco se sabe.

Rodrigo, el director de cine, en el libro “Gabo y Mercedes: una despedida“, cuenta, en la página 55, el instante del adiós, así:

“Cuando me aproximo a la habitación de los invitados la enfermera diurna sale a mi encuentro. “su corazón se detuvo“, dice nerviosamente. (…) Se ve destrozado, como si algo lo hubiera fulminado…, algo que no le causó más heridas que arrebatarle la vida“.

Frente a esa escena de muerte, rescato para ustedes, amantes lectores, una de vida como la siguiente, que se lee en la página 28 de “En agosto nos vemos“: 

“No le dejo ninguna iniciativa. Se acaballó sobre él hasta el alma y lo devoró para ella sola y sin pensar en él, hasta que ambos quedaron perplejos y exhaustos en una sopa de sudor. (…).

Él permaneció inmóvil hasta que tuvo el primer aliento para preguntar:

-Por qué yo?

-Fue una inspiración-dijo ella.

-Viniendo de una mujer como usted -dijo él-, es un honor“.

La próxima: “Carne Gobernada”,un íntimo Savater.

Nota: El contenido de este artículo es opinión y conceptos libres, espontáneos y de completa responsabilidad del autor.