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Por: Alfredo Felipe Martínez Agamez
MARAVILLOSO CAMINAR DE ALFREDO FELIPE
Llegar al municipio de Ciénaga Magdalena, es sin lugar a dudas encontrarse con la historia de lucha y gesta por la defensa de los derechos humanos.
Diciembre de 1928, quedó guardado en los anaqueles de la historia reciente de Colombia, como una fecha manchada de sangre, de odio y terror, como muchas en este país.
Colombia, en sus distintas épocas de existencia, ha vivido instantes de zozobra, terror y miedo, nuestros antepasados desde la llegada de españoles, ingleses, portugueses y de cuanto depredador arribó a estas tierras ha vivido el látigo del exterminio y el genocidio.
La guerra bipartidista de nuestro país, dejó millones de cuerpos decapitados y miles de litros de sangre derramada en las calles y ríos de los territorios; la incursión de guerrillas y paramilitares ha dejado una huella horrible en cada persona que ha podido sobrevivir al atropello; las guerras de los carteles de las drogas es otra indignante “cualidad” que nos ha marcado; pero sin lugar a dudas, algo que siempre se ha visto es la eliminación de personas con ideologías socialistas, progresistas, comunistas, sindicalistas, esta población ha sido durante toda la historia objeto de rechazo y prácticamente objetivo de muerte, así pasó, con los huelguistas y simpatizantes que ayudaron en la gran protesta de la zona bananera en el año 1928, donde los trabajadores reclamaban mejores condiciones salariales de la empresa United Fruit Company.
Recorrimos parte del municipio de Ciénaga, epicentro de la masacre, y se habla de muchos muertos, de miles y de unos cuantos, son varias las versiones, hasta GABO, escribe en 100 Años de Soledad y Álvaro Cepeda Samudio en la Casa Grande, también describe algo de esos acontecimientos, parte de esta historia.
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Nota: el contenido de este artículo, es opinión y conceptos libres, espontáneos y de completa responsabilidad del Autor.