Quinta entrega, Iconos de la Ciudad de Barranquilla.

La esquina ubicada en la calle 71 # 32-136, en el famoso y tradicional barrio Olaya de Barranquilla, inicio como una gran tienda, un granero que vendía de todo para las familias que llegaban de Juan Mina, del norte, del sur y de varios corregimientos, esta tienda era atendida por la familia Fandiño Rueda, en cabeza del señor Roberto Rueda, quien falleció el 2 de marzo de 1978. El sector se convertía en un gran mercado en plena calle, ya que llegaban los pequeños campesinos con sus productos para colocarlos a la venta.

Desde 1978, Raúl Arturo Rueda Rodríguez, inicia como un ‘vacilón’ la venta de cerdo en el espacio público junto a  su esposa  Nelsy Barraza, preparaban y fritaban los chicharrones en la esquina llamada EL GUASIMO.

Este negocio de venta de chicharrones fue el segundo en la ciudad, el primero fue el del Negro Adán, ubicado en la parte trasera de la iglesia de Chiquinquirá.

El Guásimo Chicharrón, se convirtió poco a poco, en un punto importante y estratégico de la ciudad, donde llegaban las personalidades, como por ejemplo: Fabio Poveda, Edgar Perea, los jugadores del equipo Junior, Gustavo Castillo, médicos, abogados, los profesores,  los políticos, los ingenieros y todo el que quería disfrutar del delicioso chicharrón. El barrio Olaya, en los años 70’s, guardaba en sus entrañas a las famosas casas de citas (la Casa de Adams, Rene, María Lao, Manrique, Alfonso Villanueva, entre otras), muy famosas por su elegancia, acogedoras y con bonito material, eran frecuentadas por los ricos del norte y los que ganaban buen billete en la ciudad; Los asiduos visitantes cuando salían de perder sus fuerzas y energías, acostumbraban llegar al Guásimo para comer el chicharrón  levanta muertos y afrodisíaco acompañándolo con cerveza o gaseosa.

Por otra parte, a Raúl Arturo, los vecinos y ‘mamadores de gallo’, le llaman ‘Arturo Char’, porque  en unos de sus encuentros con los amigos, alardeaba de su forma de ganar dinero. Y por eso en la zona no lo conocen con sus apellidos Rueda Rodríguez, sino como ‘Char’. Este señor que nos atendió en su negocio, es el típico barranquillero, hablador, risueño, enamorado de la esquina, de la bola de trapo, del bolero, de la salsa, de la música costeña, jugador de siglo, de domino y cartas. “me siento orgulloso de ser barranquillero, del Guásimo, porque gracias a este negocio saque a mis hijos adelante, hoy todos son profesionales y eso me hace feliz” indico Raúl Arturo. Sus 6 hijos le han dado 17 nietos, el Guásimo se convirtió en su pequeña empresa.

El primer chicharrón costaba 150 pesos y era de media libra, hoy vale 9.000 pesos y el de libra cuesta 15.000 pesos, siempre es acompañado con bollo limpio y de yuca.

Desde sus inicios el Guásimo ha tenido sus puertas abiertas las 24 horas del día, para atender a sus comensales.

Por lo anterior EL GUASIMO, es icono referente de la ciudad de Barranquilla.

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