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Por: Jenniffer Rueda Martínez

Hace parte de los trastornos del Neurodesarrollo y debe cumplir los siguientes criterios para ser diagnosticado

  • Deficiencias persistentes en la comunicación e interacción social en diversos contextos:
  • Las deficiencias en la reciprocidad socioemocional varían, por ejemplo, desde un acercamiento social poco común y dificultad de la conversación, pasando por la disminución en intereses, emociones y afectos compartidos, hasta la limitación en iniciar o responder a interacciones sociales.
  • Las deficiencias en las conductas comunicativas no verbales utilizadas en la interacción social varían, por ejemplo, desde una comunicación verbal y no verbal poco integrada, pasando por anomalías en el contacto visual y del lenguaje corporal o deficiencias de la comprensión y el uso de gestos, hasta una falta total de expresión facial y de comunicación no verbal.
  • Las deficiencias en el desarrollo, mantenimiento y comprensión de las relaciones varían, por ejemplo, desde dificultades para adoptar el comportamiento en diversos contextos sociales, pasando por dificultades para compartir juegos imaginativos o para hacer amigos, hasta la ausencia de interés por otras personas.
  • Patrones restrictivos y repetitivos de comportamientos, intereses o actividades, que se manifiestan:
  • Movimientos, utilización de objetos o habla estereotipadas o repetitivos (p. ej., estereotipias motoras simples, alineación de los juguetes o cambio de lugar de los objetos, ecolalia, frases idiosincrásicas).
  • Insistencia en la monotonía, excesiva inflexibilidad de rutinas o patrones ritualizados de comportamiento verbal o no verbal (p. ej., gran angustia frente a cambios pequeños, dificultades con las transiciones, patrones de pensamiento rígidos, rituales de saludo, necesidad de tomar el mismo camino o de comer los mismos alimentos cada día).
  • Intereses muy restringidos y fijos que son anormales en cuanto a su intensidad o foco de interés (p. ej., fuerte apego o preocupación por objetos inusuales, intereses excesivamente circunscritos o perseverantes).
  • Hiper o hiporreactividad a los estímulos sensoriales o intereses inhabitual por aspectos sensoriales del entorno (p. ej., indiferencia aparente al dolor/temperatura, respuesta adversa a sonidos o texturas específicos, olfateo o palpación excesiva de objetos, fascinación visual por las luces o el movimiento).
  • Los síntomas deben estar presentes en las primeras fases del periodo de desarrollo.
  • Los síntomas causan un deterioro clínicamente significativo en lo social, laboral u otras áreas importantes del funcionamiento habitual.
  • La discapacidad intelectual y el T.E.A. con frecuencia coinciden.

Si los retrasos en el desarrollo son graves se puede empezar a notar a partir del año, pero se diagnostica hasta los 5 años de edad.

También se puede observar, perdidas de autocuidado, motricidad afectada., retraso en el lenguaje, ir por la calle, tomarlo de la mano y él no te mira o solo de reojo, llevar juguetes de lado a lado sin jugar con él, saber el alfabeto, pero no responder a su nombre, mirar el mismo video o película varias veces.

No es una condición degenerativa, pero dura toda la vida la cual tiene su mayor prevalencia en hombres que en mujeres.

La falta de habilidades sociales y de comunicación puede impedir el aprendizaje a través de la interacción social.

En casa la insistencia de las rutinas y la aversión a los cambios, así como las sensibilidades sensoriales, pueden interferir con el comer y el dormir, y hacer muy difíciles los cuidados rutinarios (p. ej., cortes de pelo, intervenciones dentales).

RECOMENDACIONES

  • Identificar signos y síntomas desde muy temprana edad.
  • Buscar ayuda profesional, especializada y terapéutica.
  • Aceptar, concientizarse y educarse (familia).
  • Escolarización inclusiva.
  • Participación e integración social.
  • Formación vocacional.
  • No exceder, ni recargar en terapias, cursos, actividades, para evitar agotamiento físico, mental y sobreestimulación, permitir espacios de juegos en familia o espacios libres para dejar ser.

Amor, conocerlos, entenderlos, interpretarlos, comprenderlos, paciencia, apoyo, acompañamiento.

Sociedad, sensibilizar, aceptar, incluir, empatizar, no prejuicios ni juicios, permitirse conocer, no están enfermos y mucho menos se contagia.

Todos tenemos algo de todos, por lo tanto, todos tenemos algo de autistas.

Dejar una ventana abierta en el cuadrado que subjetivamente llamamos normal o anormal.

Nota: El contenido de este artículo, es libre, espontáneo y de completa responsabilidad del Autor  Jenniffer Rueda Martínez

Psicóloga