Telatiroplena.com, periodismo serio, social y humano

Por: Jenniffer Rueda Martínez

Es muy común que al iniciar cada año las personas hagan proyecciones acerca de las metas que quieren alcanzar en todas las dimensiones del ser humano: personal, espiritual, salud, familiar, académica, laboral, social, cultural; algunas realistas, otras no tanto, sin embargo como se está ubicado en el primero de los 12 meses que contiene el año, todo se vale y se cree que todo es posible porque nuestra interpretación del tiempo nos hace creer que vamos a tener de sobra para realizarlas, entonces nos decimos a nosotros mismos e incluso a nuestros allegados “este año si es verdad que voy a….” y empiezan a transcurrir los días y cada uno cae en su rutina y cotidianidad, normalmente la misma del año anterior, cuando repentinamente empiezan las expresiones como “vaya pero este año ha pasado volando”, y de nuevo estas en el mes de diciembre en el que te das cuenta, salvo algunas excepciones, que nuevamente paso un año más y repetiste la película de tu vida igual que en todos los años anteriores, sobre todo en este año 2020 tan particular en el que muchos tenían grandes expectativas y toco cancelarlas, modificarlas o adaptarlas a la “nueva normalidad”, muchos sueños frustrados, muchas ideas en el papel.

¿Pero porque deseamos tanto realizar algo, a la vez que procrastinamos?

La mayoría de las personas anhelan obtener logros, muchos se quedan solo en el pensamiento, otros en la palabra hablada o escrita, otros mueren en el intento, ya que por lo general o siempre los viven aplazando o al enfrentarse a los obstáculos que no van hacer el camino tan fácil, caen derrotados ante la primera dificultad; por ejemplo:

  • Este año por salud voy a lograr mi peso ideal, pero en su lugar no me ejército y sigo con malos hábitos alimenticios, o pago el año de gimnasio y no voy, compro la ropa deportiva y termina siendo ropa de estar en casa.
  • Este año voy a estudiar eso que siempre he deseado, presencial o virtual, pero uy no eso es muy pesado, no voy a poder cumplir.
  • Este año voy a buscar trabajo, pero no actualizo el curriculum, prendo el computador y me entretengo en todo menos en ocuparme en las páginas de búsquedas de empleo.
  • Este año voy a montar mi propio negocio, porque quiero ser independiente, ser mi propio jefe, pero no doy ni el primer paso para hacer las averiguaciones y los tramites, ahorrar o tener el dinero para invertir.
  • Este año voy a tener casa propia porque ya me cansé de pagar arriendo, pero no hago ninguna gestión para conseguirlo.
  • Este año voy a comprar carro, pero en cuanto veo los valores me digo a mi mismo “eso no está a tu alcance”, pero tampoco hago nada para que algún día si lo esté.
  • Este año me comprometo a compartir mas tiempo con mi familia, seres amados o amigos, pero sigo no teniendo tiempo porque sigo distraído en las mismas cosas de siempre.
  • Este año voy a ir donde ese especialista para tratar lo que ya hace años me viene molestando en mi salud, ya sea física o mental, pero no la verdad es que no tengo tiempo o cuando me dan el valor de la consulta me parece muy caro porque el dinero hay que destinarlo para otras cosas más importantes y eso de la salud mental y física puede seguir esperando.

Y así puedo seguir citándote muchas otras situaciones que no llevamos a la realidad, uno porque nosotros mismos en nuestra falta de amor propio nos autosaboteamos con pensamientos negativos y pesimistas (eso es muy costoso, no vas a poder, es muy difícil, es imposible, vas a fracasar, estoy muy viejo) haciéndonos creer que eso que queremos es demasiado grande y bueno para merecerlo, o dos están los saboteadores externos esas otras personas llámese familiar, amigos, compañeros, vecinos que cuando tu les compartes tus maravillosas ideas y como ellos no han logrado nada bueno en su vida entonces no quieren ver que otro si lo haga, por eso te frenan con comentarios imprudentes (no te metas en eso, eso no te conviene, a mi me paso así y mira como estoy, eso no da plata), o esta esa idea absurda de pensar que el día Lunes de la semana es el día perfecto para iniciar cualquier cosa, como si este día en si mismo trae una poción mágica en la que todo lo que hagas se va hacer realidad, y efectivamente llegan muchos Lunes y no pasa nada, o donde me dejas a los supersticiosos que el 31 de diciembre a las 12 de la noche tienen que atorarse con las 12 uvas, tirar la copa de cristal hacia atrás, colocarse ropa interior amarilla, salir a dar la vuelta a la manzana con una maleta, no sé qué cosa con las lentejas entre otras, mi querido lector, respeto tus creencias pero lamento decirte que la única formula es trabajar en eso que tanto deseas.

Es bonito soñar, proyectarse, trazarse metas, pero mas bonito es hacerlas realidad, esto contiene como todo una parte teórica y una práctica en la que tienes que desacomodarte, salir de la zona de confort, movilizarte, tocar puertas que tal vez algunas no se abrirán pero otras si, nadie te dice que va a ser fácil, de hecho las cosas más valiosas, importantes y duraderas de la vida toman tiempo, pasión, entrega y esfuerzo, eso te indica que de verdad vas por el camino adecuado, todo tiene un proceso el cual inicia dando el primer paso y luego un segundo y así sin detenerte, siempre hacia adelante quitando las piedras del camino, unas mas pesadas que otras, tomate tu tiempo para visualizarte, piensa y organiza tus ideas, apóyate en personas que Si conozcan del tema y hayan tenido éxito, has los ajustes que tengas que hacer en tu vida, ten mucha disciplina, se constante para que no te enfríes y sobre todo nunca dejes de tener fe en ese ser superior va abrir los cielos a tu favor y te va a dar las fuerzas cuando te falten, el día y el momento perfecto siempre va a ser hoy y ahora, que no se te pase otro.

Nota: El contenido de este artículo, es libre, espontáneo y de completa responsabilidad del Autor  Jenniffer Rueda MartínezPsicóloga