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Por: Alfredo Felipe Martínez Agamez

Entre el barrio Santuario y Sierrita, todas las tardes, el ex boxeador Felipe Orozco, dedica parte de su tiempo para enseñar el maravilloso arte del deporte de las narices ñatas a un grupo de niños y jóvenes.

“mi propósito es enseñar deporte a este grupo muchachos, para mantenerlos alejados de los vicios” afirma Felipe Orozco.
Cuando llegamos al lugar, fueron muchos los sentimientos que se lograron percibir, se observa además un despreciable abandono del estado; según Felipe, en las barriadas hay muchachos con talento en muchas disciplinas deportivas, pero que no cuentan con los recursos para poder llegar hasta el coliseo para entrenar.

Así como este grupo de jóvenes, en todas las localidades y barrios de la ciudad de Barranquilla y su área metropolitana, existen miles, que desean practicar algún deporte, pero no cuentan las oportunidades, ni con el apoyo de los padres, para iniciar el camino del sueño deseado, figurar y salir de inopia la que los ataca sin piedad y de esta manera escapar de las garras del violento y despiadado mundo del hampa.
Sería bueno que los mandatarios, los políticos, los empresarios, la sociedad en general, miraran un poco más con servicio social y llegarán con todo su aparato logístico a resolver muchas necesidades en el interior de las comunidades.
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