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Por: Jenniffer Rueda Martínez

Desde épocas pasadas, se puede afirmar con toda seguridad y sin temor a equivocaciones que el tema de las organizaciones y su funcionamiento se viene presentando de una forma muy tradicional cuya estructura jerárquica nos muestra el típico panorama conformado por un líder que dirige a su grupo de subordinados quienes a su vez lo siguen, casi que sin objeción alguna se limitan a cumplir sus órdenes, cada uno desde su puesto de trabajo, cumpliendo su manual de funciones de acuerdo al cargo que desempeñan, se puede decir que se han caracterizado por un método donde reina el autoritarismo. Sin embargo, afortunadamente con el pasar del tiempo, la posmodernidad ha hecho de las suyas impactando de manera positiva muchos ámbitos, de entre los cuales el área organizacional no ha sido la excepción, mostrando una propuesta que llego a refrescar las antiguas prácticas, hago referencia a las organizaciones inteligentes las cuales a diferencia de las demás, esta se caracteriza no por funcionar por partes separadas, sino por el contrario reina el trabajo en equipo, lo cual nos permite apreciar el panorama completo desde un todo y no en fragmentos incompletos. En el presente escrito se realiza la exposición de un fenómeno que solo puede ser posible si se coloca en práctica activamente desde la aplicación de varias disciplinas de entre las cuales, se resalta el Pensamiento Sistémico, cuya teoría será argumentada a continuación.

Con relacion a lo anterior, se puede decir que se hace necesario que las organizaciones se atrevan a pasar por un proceso compuesto por invención e innovación, donde se motiven y se obliguen a movilizarse desde la oscuridad de viejos paradigmas fuertemente arraigados hacia la luz de nuevas ideas y propuestas, pero este es un trabajo que parte desde adentro de cada ser humano, desde lo puramente mental donde los dirigentes de las organizaciones deben romper patrones de pensamientos y conductas antiguos que se mantienen solo por el hecho de mantener la idea que mas que practica es facilista, el pensar que como algo siempre se ha hecho de una misma manera y ocasionalmente ha funcionado entonces es la única opción que existe de pasar durante épocas replicando el proceder de otros, inclusive si ha traído consecuencias negativas.

Así mismo, después de hacer el ejercicio de concientización y apertura a la construcción de nuevos mapas mentales en la cual se da la oportunidad de ampliar el panorama y de esta forma empezar a concebir el mundo en su totalidad y su funcionamiento como un sistema donde absolutamente todos tienen algo que aportar impactando ya sea de manera positiva o negativa de acuerdo a lo que se ofrece a los demás, el planeta es una sola casa donde todos tenemos un espacio, este lugar esta subdividido en zonas donde cada uno de acuerdo a sus fortalezas, capacidades, virtudes y cualidades tiene oportunidad de brillar.

Definitivamente una de esas zonas son las organizaciones las cuales se mueven por la consecución de unos objetivos, los cuales van a ser alcanzados en la medida que cada talento humano que conforma el grupo selecto de integrantes de una empresa posea un dominio personal que le permita desarrollar interés no solo por cumplir un horario y  una rutina en el puesto que ocupa sino en la entrega que realiza en el día a día para enriquecer y hacer realidad la proyección de la misión y visión que claramente se ha planteado la compañía.

Es preciso señalar que para que esto sea real, no debe haber lugar a individualismos, sino tener una visión compartida en la que no solo se va a pensar en como buscar el propio beneficio, sino que se enfocan en alcanzar el bien común, donde todos ofrecen lo mejor que tienen, lo cual les permite permanecer en un aprendizaje continuo, todos aprenden de todos, y todos a su vez saben de todo un poco, porque trabajan por una misma causa, pero conocen esa causa, su trayectoria y su fin. Aquí se hace necesario incluso tocar el tema de los valores, ya que ninguna persona se puede dar el lujo se creerse superior a otra por los años de experiencia, ni por la cantidad de diplomas que tenga colgados en la pared de su oficina, ni por los certificados que engordan su curriculum, la humildad es ese valor que te va a permitir pisar el freno cuando te sientas tentado a presumir cuanto sabes y en su lugar  más bien abrirte cada día a un nuevo aprendizaje y desde allí reconocer cuanto ignoras.

Además de resaltar la disciplina del pensamiento sistémico como la ultima panacea en el quehacer organizacional, se hará referencia a la metanoia como el cambio profundo de la manera de pensar, sentir y obrar que se requiere para dar un salto olímpico desde lo repetitivo de un aprendizaje adaptativo a lo transformador que puede resultar un aprendizaje generativo, lo cual sin lugar a dudas llevara a la organización por el sendero del éxito y a saborear las mieles de alcanzar otros niveles superiores a los acostumbrados. Sin embargo, es importante aclarar que todo lo que se ha dicho se ve muy bonito plasmado en un escrito, el verdadero desafío esta en cocinar las ideas, llevándolas a la practica diaria.

De ese modo, el pensamiento sistémico proporciona elementos que le permiten a los gerentes y administradores potenciar sus capacidades de planeación estratégica considerando elementos que le permiten superar las exigencias de la dinámica empresarial, lo cual si los va a fortalecer, pero no los va a librar de la realidad de enfrentar dificultades y crisis, la gran diferencia radica en la forma, métodos y técnicas de las cuales se van a armar para superarlas, en este punto es importante destacar que los canales de comunicación deben ser efectivos los cuales deben proporcionar cercanías de unos con todos, desarrollando el trabajo en equipo, la empatía y el sentido de pertenencia, debe quedar claro que cuando se alcance el éxito es un triunfo a todos, pero también cuando toque pasar tragos amargos, todos asumen la responsabilidad de beberlo, realizando una autoevaluación interna y no buscando el culpable afuera o en otro departamento. Es que resulta que lo más fácil en lugar de asumir es lavarse las manos y condenar con etiquetas que aseguran que los males de siempre provienen de las mismas personas o áreas de trabajo. En una organización de calidad todos ganan o todos pierden y lo mejor con dignidad y buena actitud, no generando más problemas ni estancándose en lamentaciones ni señalamientos, sino en reevaluar la situación buscando nuevas soluciones para elevar la producción y la satisfacción del deber cumplido.

De igual manera, no se puede caer en el error de engrandecer o subestimar a alguien por la labor que desempeña, las grandes soluciones por lo general no son tan obvias, los cambios asombrosos pueden provenir de esa persona o esa área que todos ignoran, recuerda todo funciona como un sistema, un circulo donde todos se mueven de manera armoniosa, equilibrada y funcional. Para esto se plantea una analogía en la que se propone imaginar un plato típico de la costa atlántica, “el sancocho”, donde los ingredientes son cada uno de los talentos humanos con los que cuenta la empresa, todos son importantes desde la proteína, las verduras, los carbohidratos, los tubérculos, la sal, el aceite, el agua, las especias. Los recursos materiales, económicos y tecnológicos que en el ejemplo estaría representado por la cocina, la olla, los implementos de cocina, el gas, la estufa, el guante para sostener. Todos sin excepción alguna los pones a funcionar en una mezcla que te va a dar como resultado en el tiempo de hervor y la atención adecuadas la sopa más deliciosa que en el caso de las organizaciones seria la consecución de los objetivos planteados, lo cual vas a servir en un plato el cual vas a ofrecer a muchas personas mostrando tu producto, alcanzando clientes satisfechos, comentarios positivos y aumento de las ventas.

En conclusión, el pensamiento sistémico se enfoca en la identificación de los fenómenos como un todo y no como unidades separadas, conforme a lo que se visualizaba desde el antiguo enfoque lineal, que en su lugar llega a reemplazarlo el enfoque circular.

En este sentido se entiende que las organizaciones deben funcionar de manera abierta, dinámica, transformadora y cambiante mirando hacia adentro pero también recibir lo que muestra lo externo, de acuerdo a los retos y desafíos que se le va presentando en su recorrido el cual se espera se permanente y no ser una más en la lista de las desaparecidas por sus malas prácticas y equivocadas decisiones, sino fuerte y posicionada ante la competencia.

El pensamiento sistémico favorece esa visión en los gerentes y líderes de las organizaciones, para que en la toma de decisiones pueda guiar a su equipo de trabajo, en un desempeño colaborativo que le ayude a reconocer lo que debe mejorar, cambiar, continuar y proyectar, superando el modelo mecanicista en el que se pueden resolver problemas simples, pero que resulta insuficiente si se consideran las complejidades del mundo actual.

Por ultimo y no menos importante, las organizaciones tienen que darse la oportunidad de vivir los procesos, tanto los que la llevan al éxito, como los que la exponen al fracaso, cada situación contiene en si un mensaje secreto que hay que detenerse a escuchar y que solo se va a superar si la lección es aprendida para escalar a un nivel superior y alcanzar la transformación en una versión cada vez más mejorada.

Nota: El contenido de este artículo, es libre, espontáneo y de completa responsabilidad del Autor. Psicóloga, Jenniffer Rueda Martínez