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Por: ROQUE ORTEGA MURILLO

El hombre es la concretización de una obra maestra, por consiguiente, es arte andante, con capacidad de vivir su realización artísticamente.  Sin embargo, al no vivir en consonancia con la creación de una manera bella y creativa, enferma. Pero como el mismo hombre es producto de una energía universal perfecta, tiene el potencial de auto curarse mediante el movimiento y la respiración.  El Qi Gong Li, según la Tradición Oriental es la habilidad artística de aprovechar el soplo-la energía, el Qi- para que el ser se funda con su universo y busque el espacio que le corresponde.

El Qi Gong es un arte milenario que hace parte de la Tradición Energética Oriental y lleva al hombre a recuperar su capacidad innata de sanarse por medio del movimiento de su Soplo, a través del vehículo creativo por excelencia, que son sus propias manos. Todo ello lo va a realizar utilizando la respiración o alimentación celeste, moviendo suave y cadenciosamente su templo para armonizar mente y espíritu. Es el mecanismo más sutil de acceder al Qi o energía y una forma de curarse poéticamente.

La práctica del Qi Gong, además de aquietar el pensamiento y lograr un estado de relajación, cosa maravillosa de este prodigioso arte, es poder hacer prevención y curar múltiples enfermedades como la hipertensión, la artritis, fortalecer el sistema inmunológico, etc. Dice el maestro de Medicina China, José Luis Padilla: “el hombre es un proyecto divino, diseñado para no enfermar y puede vivir en un estado de perfección ejercitando esta práctica, moviéndose con arte y sentido, haciendo con sentido de Universo, recobrando  una actitud que comience  por unos minutos disciplinados “todo una revolución espiritual que, grano a grano, intención a intención, gesto a gesto, respiración a respiración….puede alcanzar la esperanza de oasis, sustentada por la serena soledad acompañada del desierto.”

Aseguran los sabios antiguos que al ejercitar el Qi-Gong es la clave para alcanzar la longevidad a plenitud, sin deterioro mental y físico, la fuente de sus poderes supra normales y de sus experiencias espirituales.

El maestro Wong Kieu Kit acota: “Las habilidades extraordinarias que la práctica del Qi Gong proporciona se pueden ver como prodigios increíbles… nuestro espíritu llega a tal estado de pureza y desarrollo, cuando nos hemos liberado espiritualmente de nuestras limitaciones personales e individuales y no estemos sujetos a la cotidiana construcción mental de tiempo y espacio. En lenguaje taoísta, esto es alcanzar la longevidad.”

En estos tiempos modernos donde el hombre ha perdido la relación armoniosa con la creación, donde se ha preocupado por cultivar lo externo de su espíritu conformado; olvidándose de alimentar lo interno, el Qi Gong, es una herramienta para poder sintonizarse y fundirse con esa fuerza inconmensurable que mantiene y entretiene el universo. Una hermosa posibilidad de vivir en el goce y en estado de salud sana permanente.

No por casualidad los EE. UU el país más poderoso del planeta azul, con un desarrollo tecnológico y científico fomenta en las universidades, y en el campo empresarial, la práctica de la meditación Qi Gong, logrando resultados asombrosos, mejorando el estado mental, anímico y emocional de sus practicantes. Millares de personas en el mundo han dejado testimonio de curación de enfermedades tumorales, autoinmunes e infecciosas ejercitando este arte milenario y mágico que te lleva a evidenciar el misterio y el arte.

El premio nobel peruano Mario Vargas Llosa, después de largos años de práctica de Qi Gong concluyó: “A mí me ha convencido. Al extremo de que me atrevo a soñar que si los miles de millones de bípedos de este planeta dedicaran cada mañana a ser Qi Gong habría menos guerras, miseria y sufrimientos y las colectividades serían más sensibles a la razón que a la pasión-que ya no es posible-podría terminar despoblándola”.

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