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Por: Alfredo Felipe Martínez Agamez

Hablar de José Olivares, más conocido en el mundo musical como “Joche”, es traer a la memoria, la jocosidad, amabilidad, sencillez e irreverencia culta y bacana del barranquillero de pura cepa.

En mi encuentro con él, para hacer esta nota, en su casa, pude disfrutar y palpar del centro de operaciones de un artista integral al 1000%; Olivares, además de ser excelso músico graduado de Bellas Artes, es pintor, crítico de teatro, historiador, crítico conocedor de la historia musical, un verdadero artista, respetuoso de sus amigos, del público, y de su estructura como profesional de la música.

“Alfredo, te cuento mi hermano, que para ser músico, y vivir de este cuento, se debe estudiar todos los días, ir a la academia o perfeccionar con las clases personalizadas” afirma José.

Me quedé más que sorprendido, maravillado de la forma como este señor habla de su paso por la escuela de Bellas Artes, de sus profesores, quienes muchos fueron extranjeros y le marcaron la hoja de ruta para enamorarse de su profesión.

La naturalidad, la “mamadera de gallo” mezcladas con su bagaje cultural, su conocimiento y su amabilidad hacen de este setentón un ser humano extraordinario.

Desde que un profesor, le sugirió que le metiera mano al famoso Chelo, nunca se ha separado del instrumento, que, según él, es su hermano, su amigo y su socio en los negocios y proyectos.

En su hogar es un enamorado y cariñoso con su esposa, en la calle, es un elegante, coqueto y admirador de la mujer, reflejo claro del bacán barranquillero. El disfrutaba de una “fría” en la esquina del movimiento y yo me vacilaba una gaseosa y un yogur, y la gente nos miraban como extrañados, los dos estábamos en un viaje del carajo, hablando de música, clásica, de las raíces antillanas, de pintura y el José refiriendo cuentos, chistes y anécdotas vividas por él y de sus colegas músicos en el trasegar de la vida.

Gracias a José Olivares, a quien desde telatiroplena.com, le hacemos un pequeño homenaje, reconociendo que es uno de los músicos más importantes de la ciudad de Barranquilla, quien fue el pionero en hacer pachanga en formato de charanga con su Charanga Almendra, hoy jubilado de la Universidad del Atlántico, está dedicado a lo que siempre le ha gustado y a lo que un día le abrió las puertas de su corazón, LA MÚSICA.

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