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Por: Jairo Eduardo Soto Molina

“El pensamiento decolonial, es poco conocido, y más como herramienta de transgresión o alternativa al proceso de la globalización”. Yoyito Sabater

Saliendo de una de mis clases una joven que caminó conmigo hasta la entrada de la universidad donde el famoso chino tiene su venta de tintos me formuló esta pregunta del título. Reflexioné por uno momento y luego le expresé lo siguiente:

La decolonización del pensamiento, sentimientos y acciones de los seres humanos es un proceso complejo que implica un compromiso consciente y continuo para desaprender y descolonizar las formas en que hemos sido socializados y enseñados a pensar, sentir y actuar. Algunas estrategias para promover la decolonización incluyen:

Desaprender y cuestionar las narrativas y estructuras dominantes: esto implica desafiar y cuestionar las narrativas, estructuras y sistemas que perpetúan la opresión y el dominio. Es importante cuestionar y desaprender las ideas y concepciones que nos han sido inculcadas y que perpetúan la supremacía de un grupo sobre otro.

Reconocer y valorar las perspectivas diversas: es importante reconocer y valorar las perspectivas de los pueblos indígenas, de las minorías étnicas, de las mujeres, de las comunidades LGBTQ+, entre otras. Esto implica entender que existen múltiples formas de conocimiento y experiencia válidos.

Promover la inclusión y la participación: esto significa crear espacios seguros y abiertos donde las voces y perspectivas de todas las personas sean valoradas y consideradas. Esto implica no solo reconocer la diversidad, sino también fomentar la participación y significativa de todos los participantes.

Practicar la solidaridad y la justicia: esto implica ser solidario con los demás y trabajar juntos para abordar y superar las desigualdades y la opresión. También significa comprometerse a actuar con justicia y equidad en todas las situaciones.

Aprender de las culturas y prácticas que han sido marginadas: esto significa buscar oportunidades para aprender de las culturas y prácticas que han sido marginadas o excluidas, y reconocer el valor y la importancia de estas perspectivas.

La decolonización del pensamiento, sentimientos y acciones de los seres humanos es un proceso complejo y continuo, que requiere un compromiso consciente y activo para desafiar y cambiar las estructuras y sistemas que perpetúan la opresión, la exclusión, la inequidad y la dominación. Es importante reconocer que la decolonización es un proceso que requiere tiempo, paciencia y reflexión continua, pero que es esencial para construir un mundo más justo y equitativo para todos.

Tomémonos un tinto seamos amigos. Sigan siendo felices Jairo les dice.

Nota: El contenido de este artículo, es opinión y conceptos libres, espontáneos y de completa responsabilidad del Autor. Jairo Eduardo Soto Molina, Profesor de tiempo completo titular, investigador 1279 (80),Doctor en ciencias Humanas, Par académico MiniCiencias-MEN