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Por: Jairo Eduardo Soto Molina
“El comienzo del saber sólo es posible si se rompe el encantamiento y el equívoco permanente de un mundo en el que toda aparición es posible simulación, en el que falta el comienzo.” Emmanuel Lévinas
En nuestro país impera la simulación, entre cuyos sinónimos se encuentran los de mentir, falsear, aparentar, impostar, engañar, timar, desfigurar, encubrir, fingir… Esta simulación viene acompañada de una increíble violencia y criminalidad sistemática, y a eso es lo que podemos denominar “macabra simulación”, porque se impone con las características más repulsivas y horrorosas de la muerte.
Así es Colombia: el reino macabro de la simulación, en la academia, en la política, en la sociedad, en la economía, en la vida cotidiana. Tras una cara de civilidad, democracia, pluralismo, Estado de Derecho y mil calificativos por el estilo; diseñados por las clases que han dominado a este país; sus medios de comunicación e intelectuales orgánicos; se esconde la terrible realidad de injusticia, desigualdad, violencia estructural, persecución y asesinatos de quienes piensan y ven el mundo de otras maneras, distintas a las toleradas por la oligarquía criolla.
El engaño, la mentira, la impostura domina la sociedad colombiana, empezando por la universidad pública, donde se sigue viviendo del auto consuelo que creerse cada una entre las mejores del país, aunque carcomida por el neoliberalismo, sea profundamente conservadora y se haya convertido en un nicho de negocios sobre todo en los consejos superiores que supuestamente dirigen las instituciones. En la universidad cualquiera que sea, ya no importa que los profesores y estudiantes piensen y sepan , para que contribuyan a solucionar los problemas del pais, sino que deben funcionar como unas maquinas de decir mentiras y de expresarlas a través de parámetros cuantitativos, para engañar incautos, en donde aparecen ránquines de competitividad que inflan el currículo de instituciones, profesores, investigadores, estudiantes…, donde engañan hasta a Google Scholar o académico con citaciones inexistentes que logran montar en sus perfiles para aparecer como tremendos investigadores. En las universidades públicas hay más simuladores que en una academia para pilotos de aviación.
Se finge que Colombia es una democracia y un Estado de Derecho, porque hay elecciones periódicas, formalmente existe separación de poderes y libertad de prensa, pero todo es producto de un masivo engaño, que no se corresponde con la dura realidad que soportamos a diaria, en medio de las mentiras y los embustes, que finalmente indican que somos el país del mundo con más dirigentes sindicales asesinados, donde se asesina diariamente a un dirigente social y se han expulsado a millones de colombianos humildes de sus tierras, en medio de una desenfrenada violencia de clase, para que esas tierras queden en manos de los despojadores, terratenientes y del gran capital nacional y transnacional. Otros han tenido que abandonar el país por las persecuciones inmisericordes que les han hecho.
Todo esto relatado está en dos libros donde el autor VEGA, (2018). pretende desenmascarar a la sociedad colombiana que, según su decir, está dominada por el engaño, la mentira y la impostura, aparentando ser una democracia y un Estado de Derecho, conformándose así un texto sumamente crítico hacia la cúpula gobernante, las universidades y las clases dominantes. Vega Cantor es doctor de la Universidad de París VIII, historiador y economista colombiano. Es licenciado en Educación en Ciencias Sociales de la Universidad Distrital, Economista de la Universidad Nacional de Colombia, Magíster en Historia de la Universidad Nacional de Colombia y Doctor de la Universidad de París VIII. También es diplomado en Historia de América Latina por la Universidad de París I.12 Fue miembro de la Comisión Histórica del Conflicto y sus víctimas por parte de la Mesa de Conversaciones de La Habana y en la actualidad profesor de la Universidad Pedagógica Nacional.
La República Bolivariana de Venezuela le entregó el Premio Libertador al Pensamiento Crítico en el 2007 por su obra Un mundo incierto, un mundo para aprender y enseñar.6 Fue jurado del Premio Casa de Las Américas en 2013.7 Dirige la revista CEPA (Centro Estratégico de Pensamiento Alternativo fundada por Orlando Fals Borda8). Es integrante del Consejo Asesor de la Revista Herramienta, en la que ha publicado varios de sus trabajos
Les recomiendo estos dos libros para que comprendan la realidad de este país.
Cita al cierre:
“Quizá la conciencia surja cuando la simulación cerebral del mundo llega a ser tan compleja que debe incluir un modelo de sí misma”. “El gen egoísta” (1976), Richard Dawkins
Tomémonos un tinto seamos amigos. Sigan siendo felices Jairo les dice.
Bibliografía:
VEGA, R. (2018). Colombia: el macabro reino de la simulación. Tomo I. Desenmascarando la impostura. Bogotá: Teoría y praxis.
Nota: El contenido de este artículo, es opinión y conceptos libres, espontáneos y de completa responsabilidad del Autor. Jairo Eduardo Soto Molina, Profesor de tiempo completo titular, investigador 1279 (80), Doctor en ciencias Humanas, Par académico MiniCiencias-MEN