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Por: Alfredo Felipe Martínez Agamez
Joda no sé a ti cómo te va, pero a mí me va como a perro en misa, como a rolo en Barranquilla a las 12 del día.
Ver, soportar y aceptar las vainas que yo no puedo cambiar en mí y en el otro. Aceptar que el otro piensa diferente a mí, que el otro se cree la última gota de agua, apreciar la forma desproporcionada que muchos demuestran su egocentrismo y superioridad, presenciar y escuchar discursos irracionales y hasta estultos de los que se creen dueños del tiempo, del oro y la plata, no joda…, es difícil pero no imposible cerrar los ojos, respirar profundo y lograr convivir con tantos seres humanos diferentes a mí.
Por otra parte, está la nota del aceptarte, entender que eres único e irrepetible, que tu molde se partió cuando lograste llegar a este plano terrenal, aceptar mis defectos y hasta mis fortalezas, Joda entra esa pequeña angustia existencial que obliga a buscar ayuda. Jajajajaja, no te hagas el súper humano o la perfección en pasta, todos tenemos nuestro guardado.
¡Por eso solo por hoy viviré como si fuera mi último día de sabrosura!
Nota: El contenido de este artículo, es opinión y conceptos libres, espontáneos y de completa responsabilidad del Autor.
