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Por: Alfredo Felipe Martínez Agamez
Llegué a ese emblemático lugar tipo 2 de la tarde, la verdad estaba lleno de familias que se veían reunidas en un ambiente de amor.

Video del disfrute de Mote:
https://www.facebook.com/reel/255293047266259
Lo tradicional de este lugar son los sancochos servidos en totuma y los asados, además te ofrecen las jarras de jugo de corozo o el popular guarapo de panela.
Le pregunté a uno de los administradores qué era la cosa en la tarde y noche, y me contestó que a las 4 pm iniciaba la rumba con salsa a todo timbal, música costeña y uno que otro ochentero.
Me enteré que el señor Welfrey Argote y la señora Deisy Tibabijo, tienen una importancia destacada en los inicios de este interesante lugar. A estos señores amadores del legendario deporte de “la pelota caliente”, como es reconocido el béisbol en la Costa Caribe, una vez terminados los encuentros deportivos se iban peloteros y fanáticos al patio de su casa a festejar, y allí en este intercambio extendido de line-out, nació lo que hoy se conoce como Rancho Bajero.
Decidí salir para dar una vuelta por el tradicional y popular barrio Abajo que tiene unas casas al estilo antiguo, y esquinas que son un placer recorrer. Saliendo me encuentro con mi amigo Richy a quien tenía años que no veía, él como siempre en sus manos tenía una botella de Old Parr, y me dice “voy para entro pilas ven te espero” le dí un abrazo y le contesté que yo regresaba.

Me regresé y de verdad lo que logré presenciar fue toda una manifestación de alegría y felicidad en los presentes, la gente de las décadas. de los 40,50,60 y 70 uno que otro joven, pero la gente disfrutando de su día, de su momento de éxtasis, –que vaina tan increíble–, una programación del carajo súper variada y para todos los gustos.

El calor, el sudor no es impedimento en ese lugar para el goce y la sana diversión.
Por lo que me dí cuenta, el losartán, amlodipino, metformina, diclofenaco, naproxeno, todos esos medicamentos se van para el carajo, la mejor medicina es el baile y la diversión entre amigos y amigas, eso sí el compartir de unos buenos tragos o cervezas. En este lugar son todos amigos y amigas, nadie se queda sin bailar, es la terapia semanal de muchos.
Por estar el lugar ubicado en el barrio Abajo cundo suena la música del Joe Arroyo y la de carnaval programada por el picotero del Will, se forma la propia recocha y la alegría desaforada.
La medicina para el alma es la música y el baile. Así me lo reafirmaban los veteranos y veteranas quienes daban muestra de tener una energía única y sin ninguna clase de prejuicios y acartonamientos.
Hoy el negocio está en manos de los tres hijos de Welfrey Argote (QEPD) y Deisy Tibabijo quien vive fuera del país.

¡Que viva la vida, disfrutar del último suspiro es la tarea!
Nota: El contenido de este artículo, es opinión y conceptos libres, espontáneos y de completa responsabilidad del Autor.