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Por: Jairo Eduardo Soto Molina

“El primer instante de lucidez en que caí en la cuenta de que estaba convertido en un hincha intempestivo” Gabriel García Márquez

En el vasto y apasionado mundo del fútbol, cada equipo tiene su propia identidad, su propia fuerza, y su propio grito de batalla. Para el Júnior de Barranquilla, ese grito retumbante es “¡Júnior Manda!”, un lema que trasciende las barreras del estadio para convertirse en un símbolo de poderío y determinación. Esta frase refleja el profundo arraigo y la pasión de los seguidores del Junior de Barranquilla por su equipo, considerándolo como un símbolo de identidad y orgullo local. La historia del fútbol está llena de ejemplos donde la pasión de los hinchas se convierte en un impulso invaluable para los jugadores en el campo. En el caso del Júnior, este grito de combate, proclamado con fervor por la barra de hinchas conocida como “Los Cuervos”, se erige como una inyección anímica que traspasa las filas del equipo, recordándoles la jerarquía y el legado que representan al vestir la camiseta tiburona.

La analogía con los ejércitos de la Edad Media no es gratuita. Al igual que los guerreros de antaño, los jugadores del Júnior enfrentan cada partido como si fuera una batalla, armados con habilidad técnica y pasión desbordante. Y cuando escuchan el rugido de “¡Júnior Manda!”, sienten el respaldo de una afición que no solo les alienta, sino que también les exige alcanzar la grandeza que el club merece. Los resultados hablan por sí solos. El Júnior de Barranquilla se ha alzado como líder en su grupo en la Copa Libertadores, un torneo que representa la cima del fútbol sudamericano, y ha brillado en las finales del torneo nacional. Detrás de cada victoria, cada gol, está el eco de “¡Júnior Manda!”, una consigna que impulsa a jugadores y seguidores a alcanzar nuevas alturas en la búsqueda del éxito.

El triunfo del Júnior en el estadio Rodrigo Paz Delgado de Quito representa una victoria significativa que ha desafiado el mito de la altura. Quizás ese grito de combate gritado con el alma por los 2.000 hinchas rojiblancos presentes les funcionara en la mente a los gladiadores tiburones como si estuvieran el metropolitano. El Júnior demostró su capacidad para adaptarse y superar las dificultades que impone jugar en una ciudad con altitud elevada como Quito. Este resultado desmitifica la creencia de que la altura siempre juega en contra de los equipos visitantes. Junior hizo un esfuerzo de superación del desafío físico que cada jugador tenía, ante el trajín de estar jugando cada 3 días.

El equipo barranquillero pudo haber implementado una preparación física y táctica y estrategias adecuadas para contrarrestar los efectos de la altura, lo que demuestra la importancia de una planificación meticulosa y una ejecución precisa en el fútbol profesional. La mentalidad ganadora y determinación del Júnior fueron fundamentales para enfrentar el desafío de jugar en condiciones adversas. Su capacidad para mantener la calma y concentrarse en el juego, a pesar de las condiciones difíciles, destaca su profesionalismo y ambición.

Esta victoria puede marcar un hito en la historia del club, mostrando su capacidad para competir en diferentes condiciones y enfrentar desafíos con valentía. Es un paso importante en la consolidación del Júnior como un equipo competitivo a nivel internacional. En resumen, la victoria del Júnior en Quito no solo es un triunfo deportivo, sino también una demostración de determinación, preparación y capacidad para superar obstáculos, desafiando así el mito de la altura en el fútbol sudamericano.

En conclusión, “Júnior Manda” no es solo un grito de combate, es un estandarte de orgullo y una fuerza motriz que impulsa al Júnior de Barranquilla hacia la gloria futbolística.

Frase al cierre:

“Junior es Un Sentimiento, Aguante Huevo & Corazón” – Esta expresión resalta la conexión emocional y el compromiso inquebrantable de los aficionados con el equipo, destacando que el apoyo se basa en el corazón y la entrega total. Estas frases encapsulan el fervor y la devoción de la afición por el equipo Junior de Barranquilla.

Nota: el contenido de este artículo, es opinión y conceptos libres, espontáneos y de completa responsabilidad del Autor. Jairo Eduardo Soto Molina, Profesor de tiempo completo titular, investigador 1279 (80), Doctor en ciencias Humanas, Par académico MiniCiencias-MEN