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Por: Jairo Eduardo Soto Molina
Docente investigador, Doctorado en Educación UNADE
En el aniversario de Barranquilla, es inevitable recordar a dos grandes embajadores musicales que, desde orillas distintas del Caribe, llevaron con orgullo el nombre y el alma de la ciudad a escenarios internacionales: Nelson Henríquez, el marabino enamorado de la capital del Atlántico, y Nelson Pinedo, el “Pollo Barranquillero”, cuyo talento hizo brillar el folclor colombiano desde Cuba hasta Nueva York. Ambos artistas no solo compartieron escenarios y estilos, sino que tejieron una amistad y una historia de amor musical con Barranquilla que hoy, en su cumpleaños, cobra una relevancia renovada.
Nelson Henríquez: El Caribe venezolano que adoptó a Barranquilla como suya
Nelson Antonio Osorio Montero, conocido artísticamente como Nelson Henríquez, nació en Maracaibo, Venezuela, el 27 de enero de 1944. Desde joven se vio seducido por los ritmos tropicales y caribeños, iniciando su carrera musical a los 16 años. En su recorrido artístico integró agrupaciones legendarias como la Billo’s Caracas Boys y la Orquesta La Playa. No obstante, su gran salto llegó con la creación de su propia agrupación, el Super Combo Los Tropicales, con la que conquistó Colombia y otros países de América Latina. Allí surgió otro grane como Pastor López, con quien compartió un gran tiempo y forjó una excelente amistad.
Fue precisamente en Colombia donde Nelson encontró una segunda patria. Barranquilla se convirtió en el epicentro de su música y de su corazón. Su repertorio está lleno de homenajes a esta ciudad, con temas como “Pa’ Barranquilla me voy”, “Mi vieja Barranquilla” y “El Barranquillero”, ‘Carnaval de Mi Curramba’. que se convirtieron en himnos locales durante el Carnaval. La ciudad le devolvió ese amor con ovaciones, reconocimientos y múltiples Congos de Oro, el máximo galardón del Carnaval de Barranquilla. Además, forjó vínculos personales en la ciudad, incluyendo una hija barranquillera, lo que reafirma su conexión emocional y cultural con la región. Además, se casó con Belkis Farias, una hermosa marabina, a quien la conoció en Barranquilla con quien formó un matrimonio perfecto, quien luchó 10 años contra un cáncer y fallece en 2012. Nelson entra en una profunda depresión después de su muerte.
Henríquez falleció en Miami el 3 de marzo de 2014 a causa de un cáncer de pulmón, en un lunes de carnaval. La confirmación la hizo el empresario Saúl Campanella, uno de tantos amigos que dejó en esta ciudad y fue reproducida por el periodista Ricardo Ordóñez, de Emisora Atlántico, a través de su cuenta de Twitter, en donde también publicó que el cantante venezolano, con 37 años de trayectoria artística, sería cremado y sepultado en Maracaibo, donde vivió en la calle Delicias en un apartamento de un edificio del mismo nombre. No obstante, su legado continúa más vivo que nunca en cada fiesta popular donde sus cumbias y porros siguen marcando el compás del Caribe colombiano. Nelson Henríquez amó Barranquilla en donde gano tres Congos de Oro en los carnavales de 1973 1974 y 1975. Gran amigo de Esthercita Forero.
Nelson Pinedo: El Pollo Barranquillero que elevó el folclor colombiano al trópico latinoamericano
Napoleón Nelson Pinedo Fedullo nació el 10 de febrero de 1928 en el populoso barrio Rébolo de Barranquilla. Desde su infancia mostró aptitudes musicales, y en su juventud se vinculó a la escena tropical barranquillera. Su gran oportunidad llegó en 1953, cuando fue llamado a integrar la Sonora Matancera en Cuba, siendo el primer colombiano en formar parte de esta legendaria agrupación.
Desde la isla, Pinedo llevó con orgullo los ritmos colombianos como el porro, la cumbia y el mapalé, adaptándolos al estilo de la Sonora y logrando una fusión que marcó un antes y un después en la música tropical latinoamericana. Temas como “Momposina” de José Barros, “El ermitaño” de Rafael Escalona, y “Boquita salá” le dieron identidad y prestigio como difusor del folclor nacional.
Nelson Pinedo no sólo fue un cantante brillante, sino también un embajador cultural. Su paso por escenarios de América, Europa y Estados Unidos dejó una estela de admiración por la música colombiana. Su versatilidad, elegancia y dominio escénico le permitieron cantar en varios idiomas y con orquestas de renombre. A pesar de vivir muchos años en el extranjero, jamás dejó de reconocerse como hijo de Barranquilla, llevando su gentilicio con orgullo.
Falleció el 27 de octubre de 2016 en Valencia, Venezuela. Pero su voz sigue viva en la memoria de quienes escuchan su música, y especialmente en Barranquilla, donde es considerado un hijo ilustre.
Un puente musical entre dos Nelson y una ciudad
El vínculo entre Nelson Henríquez y Nelson Pinedo no es solo de coincidencias onomásticas. Ambos fueron artífices de una hermandad musical entre Colombia y Venezuela, entre la cumbia y el bolero, entre la nostalgia y la celebración. Barranquilla fue la musa de ambos, el escenario que los vio crecer, que los aplaudió y los adoptó como propios.
En el especial televisivo “Pa’ Barranquilla me voy”, se revive ese cariño profundo que Henríquez sintió por la ciudad. En entrevistas y presentaciones se refiere a Barranquilla como “una ciudad que me lo dio todo”. Menciona su admiración por Nelson Pinedo y reconoce que fue su inspiración para crear un estilo tropical con raíces costeñas, pero con proyección internacional.
Hoy, en el cumpleaños de Barranquilla, recordamos con emoción a estos dos Nelson que convirtieron a la ciudad en canción. Su legado no solo se mide en discos vendidos o premios recibidos, sino en la manera en que lograron que miles de personas, dentro y fuera de Colombia, conozcan, bailen y amen a Barranquilla. Son voces que no callan, que siguen resonando en cada esquina donde suena un picó, en cada Carnaval, en cada reunión familiar donde la música tropical une generaciones. Henríquez y Pinedo son, sin duda, patrimonio sonoro de la ciudad que los inspiró: la siempre alegre, siempre viva, Barranquilla.