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Por: Jaime Colpas Gutiérrez
El jueves 23 de abril como a las 9 de la mañana fui a este barrio ribereño a comparar pescado fresco de mar en su pescadería “La Raya”.
Cuando ingresé observé todos los negocios remodelados y no reconocí su pequeño local vetusto que queda al lado de una tienda de esquina.
Pero al ver otro local edificado con especificaciones y materiales modernos, le pregunté a un moreno arreglador de pescado con su delantal, que si ese era el local de Jimmy, y me dio la dolorosa noticia que este había fallecido de un cáncer de próstata hace un año y que ahora habita en los espacios celestiales, quien llegaba a su sexto decenio.
Al tocayo lo conocí desde el año 77 del pasado siglo en los playones de la ciénaga de Mallorquín que con los años se fueron secando y se fue agrandando este barrio que nació como producto de la construcción del tajamar de boca de Cenizas que se llenó de familias de pescadores que abastecen el mercado local.
Cuando íbamos los muchachos de mi barrio Montecristo donde habitaban familias de pescadores profesionales como los Altamar.
Con la compañía de sus hijos José y Nando aprendí las destrezas de la pesca y fue cuando nos tropezamos con Jaime Serrano Durán y nos hicimos amigos, vínculos que se reafirmaron cuando a comienzos del siglo XX empezó a comercializar pescado en un localcito hecho con materiales de obra negra.
Con el nuevo siglo iba periódicamente a comprarle pescado en especial sábalos y mojarras blancas, que se fueron acabando con los años. Era mi contertulio cuando lo visitaba, porque era de poco hablar y respondía con una bella sonrisa y siempre hablamos del progreso de esa zona, que ahora se ha revitalizado con la construcción del tren y moderna playa de Puerto Mocho, obra del exalcalde Jaime Pumarejo.
A su hija Gloria, administradora de la pescadería quien conocimos ayer el moderno local, y a quien le dimos nuestro sincero pésame, le dijimos que la pronta partida de Jaime no fue en vano, porque logró materializar su sueño de tener una organizada pescadería digna de la calidad humana, este es su legado que le dejó a su señora Gloria Paez e hijos Michael y Frank, quienes colaboran con el negocio familiar.
También me enteré que legendario arreglador de pescado Pascual, un brioso negro timador de tragos y enamorado de las canciones de Diomedes Díaz había fallecido. Ahora en su reemplazo está Nelson, el moreno y también sonriente arreglador de pescado que nos dio la inaceptable noticia, y quién está supliendo la tarea del obsciso amigo de ir a la punta del tajamar en moto a comprarle las variedades de pescado a los anónimos héroes que nos surten de la riqueza marinera.
Amigo Jimmy vuela alto al más allá, dejaste un legado familiar, que deberá hacerte tu homenaje, cambiándole el nombre a tu fundacional pescadería que ahora deberá llamarse “Pescadería dónde Jaime, la Raya”.