Telatiroplena.com, periodismo serio, social y humano.
Por: Jorge Guebely
De macho ilustrado es la personalidad de Luis, personaje de la última novela de Márvel Moreno, “El sueño de las amazonas”. Macho culto no menos cruel que el salvaje. Evita los golpes físicos para propinar los psicológicos. Victimiza con palabras amables, pero destruye con la misma sevicia de un verdugo medieval.
Cultura de la fuerza bruta, enfermiza, propia de las familias llamadas de bien. Hogares donde el infierno es silencioso, pero brutal. Donde los buenos modales actúan como armas perversas para ejercer una violencia educada y feroz.
Cultura con la que familias tradicionales han gobernado este país durante dos siglos. Desde los gobiernos victimizan amablemente a los colombianos corrientes. Ejercen sobre ellos el terror con sonrisas fingidas. Se atemperan y adornan con impactantes frases vacías para ejercer el poder.
Machismo aplicado, la del presidente Duque quien interpreta al Centro Democrático, institución política que alberga todos machismos posibles, unos para gobernar y otros para aterrorizar. Presidente que, con frases grandilocuentes oculta los desafueros de su administración. Al delito de mercadear votos, responde: “No acepto apoyos de ningún delincuente en mi campaña”; a la podredumbre del clientelismo: “El gabinete no lo voy a repartir entre partidos o amigos”; a la mediocre respuesta al coronavirus: “El covid-19 se combate con generosidad y no con caridad”. Ante la enorme evidencia de su gobierno clasista: “Promover la lucha de clases es una vieja pócima fracasada”, y frente a la evidente inferioridad administrativa comparada con la alcaldesa de Bogotá: “Aquí no hay espacio para ningún liderazgo individual, estamos todos como nación trabajando con un solo propósito”.
Machismo implacable que contamina a todo el uribismo. No admite ninguna disidencia a su voz. Los disidentes son condenados al escarnio público. Momento en que aparece el machismo salvaje del Centro Democrático, el vulgar. El instante en que todas las fórmulas adiestradas se van al basural, en que las víctimas tienen que padecer la hoguera pública.
Claudia López padece, por estos días, la hoguera uribista. Un periodista educado la señala como gamín por no ser educada. Un tuiter la califica como “…soberbia, grosera y violenta”, que recuerda a la izquierda. Otro: de “…triple hijueputica, gamin, carroñera de mierda…”. Y otro: “degenerada, lesbiana, grosera, machorra, payaso, inepta, gamín, estorbo, burla, asco, corrupta, mentirosa…”.
Machismo que hace parte de la fuerza bruta ancestral. La del abuelo chimpancé que, en en vez de construir seres humanos, los destruye, los convierte en cosas, en esclavos, en miserias humanas. El peor enemigo de los colombianos, pobres y ricos.
Nota: El contenido de este artículo, es libre, espontáneo y de completa responsabilidad del Autor.