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Por: Gloria Guzmán.

Ye es hora de declarar la alerta roja, en las ciudades y poblaciones con alto índice de ocupación de las Unidades de Cuidados intensivos a fin de poder brindar una atención integral y digna a los enfermos graves del covid-19 que se encuentran recluidos allí por los cuadros clínicos complicados relacionados con las afectaciones respiratorias y demás propias de la pandemia mundial.

Que los ciudadanos colaboren con las medidas del auto-cuidado personal, que el gobierno gestione las entregas de los respiradores a las clínicas y hospitales, que se pague al personal médico sus debidas prestaciones salariales, que se les cancele a las IPS y hospitales los rubros pendientes por concepto de prestación de servicios y que, el gobierno nacional les proporcione a los médicos y personal para-medico los elementos de bioseguridad necesarios para su protección personal, pues son los Médicos los más valiosos en la superación de esta grave crisis al contribuir con su profesión a curar a los miles de pacientes y la mejor manera de reconocer su bondadosa labor es contribuyendo a su protección y, podría reforzarse el tema de los intensivistas solicitando Misiones Medicas para nuestro país, ya que todos los Galenos prestan una atención sobre-humana y se hace preciso que la sociedad y el Estado los valore más como los guardianes y garantistas de los derechos fundamentales a la vida y salud de todos los ciudadanos.

Junto con ello, las autoridades deben decretar el Aislamiento OBLIGATORIO en todo el país como medida restrictiva prevalente para que se frene la ola desenfrenada de infecciones a nivel nacional pues debe predominar la VIDA como valor superior y supremo como lo prescribe el artículo 11 de la Constitución Nacional como responsabilidad esencial del Estado pues es el soporte sobre los cuales se desarrollan los demás derechos constitucionales y su plena protección corresponde a los fines del Estado Social de  Derecho.

Nota: El contenido de este artículo, es libre, espontáneo y de completa  responsabilidad del Autor. GLORIA GUZMAN. ABOGADA EXPERTA EN SALUD