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Por: Luz Patricia Martinez Arias
Somos seres humanos, y como tal nos es difícil llevar una vida totalmente desapegada. Sin embargo, la perdida no es más que una ilusión. En el universo de Dios nada se pierde, solo la forma cambia y desaparece. Los ciclos de la vida y la muerte son inevitables, y nos invitan con contundencia a soltar un mundo para reconocer otro: el necesario para nuestra felicidad y evolución.
El universo está programado para que seas feliz y compensa automáticamente en el reino de lo espiritual cualquier reducción en el plano material. Cómo elegimos pensar en medio de las dificultades determina la rapidez con la que nos llega la luz.
Cuando nuestra felicidad depende de algo fuera de nuestro propio Ser, nos volvemos esclavos de las circunstancias externas. El desapego nos permite ser felices sin ninguna razón: disfrutar del mero hecho de la existencia, la forma en que un niño es feliz. Esta es la verdadera libertad.
Abrirse al cambio es soltar el control con confianza y aceptación, así la vida te permite crecer y evolucionar desde el amor y no desde el sufrimiento.
Lleva contigo estas 3 afirmaciones hoy para empezar a vivir la Ley del Desapego:
-Me permito a mí mismo y a las personas que me rodean ser exactamente como son.
-No trato de forzar soluciones a problemas. Confío en que si permanezco presente y abierto, surgirán grandes ideas y soluciones.
-Acepto la incertidumbre como un ingrediente esencial de mi experiencia. Cuando no impongo rígidamente mi idea de cómo deberían ser las cosas, entro en el campo de infinitas posibilidades.
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