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Por: Alfredo Felipe Martìnez Agamez

Los que tenemos el privilegio de nacer en el caribe colombiano, podemos describir lo que nuestro paladar siente cuando disfrutamos de un buen pastel.

Recorriendo este maravilloso caribe buscando la ruta de la migración en el Golfo de Urabà, obligatoriamente pasamos por Corozal, municipio del departamento de Sucre, y la parada para ir al baño, ingerir una bebida y comer un pastel de cerdo o pollo, lo que para esta zona se ha vuelto punto obligado y referente para llegar. Se trata de OLGA PIÑA, un paradero con mas de 20 años de tradición, donde están las fotos de la señora Olga Regina Pèrez Gòmez, propietaria y matrona del sitio, donde dicen que ella es la mamà del finado Diomedes Dìaz, de igual manera, se pueden apreciar fotos con distintas personalidades de la música, política, arte y la actuación.

La verdad yo disfrutè de un pastel de cerdo, y debo decir, que tienen el sello de nosotros, AY QUE RICO, bien deliciosos y le comenté a mi amigo Luis Arley Cuesta, quien me acompañaba en esta aventura “no joda, son buenos y bien ricos”

Quisimos hablar con la matrona de los pasteles, pero fue imposible, ya que se encuentra delicada de salud producto de una cirugía, nos informo una de sus nietas quien atiende el lugar.

También nuestro lente pudo captar que las artesanías y los comestibles están a las ordenes del viajero.

La magia de nuestro caribe es inagotable, puro y sin prejuicios.

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