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Por: Jairo Eduardo Soto Molina

“No hay que apagar la luz del otro, Para lograr que brille la nuestra” Gandi

En nuestros últimos escritos hemos estado promoviendo el consenso y pensamos que esta idea ha prosperado al interior de la comunidad académica universitaria para establecer un acuerdo en conformidad con las ideas u opiniones a los que pertenecemos a esta colectividad.

El consenso debe observarse como un acuerdo logrado por la mayoría de los integrantes que conformaban la discusión alrededor de lo que debe ser el rector en propiedad, que regirá los destinos de la institución por los próximos 4 años. De esta manera se atenúa la opinión de la minoría para lograr una decisión satisfactoria para todos o la gran mayoría.

Eso último es importante, para lograr la plena legitimidad de la escogencia y obtener una gobernanza que redundará en progresivo desarrollo de la institución que es necesario ante la crisis que padece en los actuales momentos.

El consenso permite alcanzar grandes acuerdos sociales como la paz, y una convivencia armónica en el cual se respete la decisión de la gran mayoría de los individuos. Por su parte, lo contrario de consenso es disenso, esto, alude a la discordancia que existe entre los individuos en relación con una idea en particular, no obstante, esto no es siempre sinónimo de enfrentamiento, sino de tolerar la opinión de los demás a propósito del bien común como hemos equiparado a la educación superior en consonancia con la UNESCO. Los sinónimos de consenso son consentimiento, asentimiento, aprobación, unanimidad, conformidad, acuerdo.

Esta tolerancia se alcanza con un pensamiento que comprenda la alteridad como principio regulador del entendimiento y comprensión del otro que piensa distinto, La alteridad es un concepto filosófico que consiste en comprender y tolerar el pensamiento del otro individuo, tomando en cuenta las creencias y conocimientos del otro y apropiarse de ese pensamiento. Etimológicamente, el término alteridad es de origen latino “alter” significa “otro”. Como tal, alteridad es colocarse en posición del otro individuo, presente en las acciones desarrolladas por los sujetos en ambientes interculturales. La alteridad de los ciudadanos puede abrir el espacio de convivencia intercultural según auténticos principios de democracia social.

Tradicionalmente, en la universidad se ha entendido la política como una extensión de la guerra y lo contrario del mismo modo. Pensamiento que debemos cambiarlo radicalmente y procurar que la universidad sea un escenario de sana convivencia y esto se logra con un acuerdo en los pensamientos, sentimientos, y acciones que caracterizan a un grupo o sociedad determinada. Por ejemplo, con respecto a sus objetivos, funciones, misiones, entre otros factores, que explica la importancia para la manutención y existencia del equilibrio social.

Se espera que uno o dos de los 9 aspirantes que deben subsanar el aporte de los requisitos mínimos pasen para que no sea una elección de 5 para 5. No tendría sentido, si tenemos en cuenta que los requisitos mínimos son muy elementales. Seguimos considerando que el consenso debe gravitar en torno a 4 nombres y que allí hay aspirantes que no tienen nada que hacer. Incluso fueron funcionarios en la institución y no se distinguieron por ser muy honestos en sus funciones. Esperemos a ver si una semana y media tenemos los candidatos para trabajar concretamente el consenso, pero desde ya esta idea está prosperando.

Notas al cierre: intentar entender al otro significa destruir los clichés, que lo rodean, sin negar ni borrar su alteridad: Umberto Ecco.

“Hasta que el sol no te excluya, yo no te excluiré”: Walt Whitman

Tomemos un tinto, seamos amigos: Café Águila Roja

Sigan siendo felices Jairo les dice

Nota: El contenido de este artículo, es libre, espontáneo y de completa responsabilidad del Autor, Jairo Eduardo Soto Molina, Profesor de tiempo completo titular, investigador 1279 (80), Doctor en ciencias Humanas, Par académico MiniCiencias-MEN