Telatiroplena.com, periodismo serio, social y humano
Por: Jenniffer Rueda Martínez
Hablar de suicidio, es hablar de un acto soportado en pensamientos desesperanzadores, desencadenado por un problema de salud mental, donde la persona que lo ejecuta no quiere terminar con su vida, pero si con el dolor que interpreta como insoportable y sin solución. Sus inicios se remontan a épocas antiguas de la edad media, en la época de la esclavitud (esclavitud que actualmente continua pero camuflada), muchos esclavos se suicidaban al no soportar su realidad de vida, lo cual ni siquiera se reprochaba a sus verdugos, es decir no solo era normal, sino legal.
Con esto quiero decir que este tema es realmente un mal viejo que viene aquejando a la humanidad, ante lo cual cada noticia que se hace pública alcanza todas las reproducciones, los compartir, las etiquetas y las reacciones entre la más común que es escandalizarse, como toda noticia Bum del momento, se mantiene vigente por una semana y luego ya nos ocupamos de otra cosa que toma mayor protagonismo, hasta que aparezca otro lamentable caso.
Lo primeramente necesario en este interesante tema es informarnos y educarnos de fuentes confiables, es decir de las personas competentes especialistas en salud mental. El suicidio tiene mayor prevalencia en edades opuestas, es decir o se presenta a muy temprana edad, siendo las mayores victimas niños y adolescentes y en el caso de la tercera edad, de los adultos mayores.
A continuación, te comparto datos y cifras según la OMS:
- Cada año se suicidan cerca de 700.000 personas.
- El suicidio es la cuarta causa de muerte entre los jóvenes de 15 a 19 años.
- La ingestión de plaguicidas, el ahorcamiento y el disparo con armas de fuego son algunos de los métodos más comunes de suicidio en el mundo.
Con relación a la prevalencia, a pesar que las mujeres son quienes más presentan pensamientos y conductas suicidas, son los hombres los que ejecutan más esta acción, la razón radica en que cuando las mujeres pasan por una situación difícil se atreven a hablar y piden ayuda y con ello previenen llevar a término el macabro plan. Por cada cuatro hombres, una mujer comete suicidio.
A los caballeros, culturalmente se les enseña que ellos mismos deben aprender a resolver sus problemas y que no pueden, ni deben, externar lo que están sintiendo, recuerdan las famosas frases estúpidas machistas “los hombres no lloran”, “sea un macho”, “no llore como niña”. Esto ocasiona que sientan que para ellos está prohibido mostrar sensibilidad y vulnerabilidad lo cual ocasiona que se vean acorralados y presionados a decidirse por opciones catastróficas.
Las causas son muchas, situaciones de crisis como la depresión, consumo de sustancias sicoactivas, los problemas económicos, las rupturas de relaciones o los dolores y enfermedades crónicos, vivir conflictos, catástrofes, actos violentos, abusos, pérdida de seres queridos y sensación de aislamiento, los grupos vulnerables y discriminados, como los refugiados y migrantes; los pueblos indígenas; las personas pertenecientes a la comunidad LGBTIQ+ y los reclusos.
Después de educarnos sabiamente en el tema, hay que empezar a abandonar mitos que minimizan la gravedad del asunto, sosteniendo con falsas creencias que las primeras muestras que da una persona, lo cual es el momento perfecto para intervenir y actuar en la prevención, se puede tratar de cualquier forma.
Expresiones populares como “el que se va a matar no avisa”, “esa maricada que tiene ese ‘pelao’ se quita con una buena tunda”, solo llevan a ignorar las señales de alerta roja que todos debimos haber prestado la debida y oportuna atención.
Recomendaciones:
- En estos días compartí una publicación en mi cuenta de Instagram @psicologajennifferrm, acerca de dos videos que se encuentran publicados en el canal YouTube, de un personaje que se hace llamar “MIKECRACK, SONRIE MAS” tiene parte 1 y 2, hasta el momento con 120 millones de vistas, increíble.
- Mírenlos y analicen la letra, es una invitación a perder toda clase de esperanza en ti mismo y te muestra como única solución morirte, eso señores, es lo que está educando a nuestros hijos.
- Dicho esto, hago un llamado a padres, cuidadores e instituciones educativas acerca del contenido y la información que están recibiendo por cualquier medio nuestros niños y adolescentes. Siempre estar atentos, alerta, pendientes, supervisar, no confiarse, no bajar la guardia, ellos no necesitan un aparato que los entretenga, ellos nos necesitan a nosotros sus adultos” responsables”.
- Abrir espacios en familia que inviten y faciliten la confianza, el dialogo y tratar clara y abiertamente cualquier temática.
- Buscar ayuda profesional inmediata ante cualquier muestra o señal de desesperanza hacia la vida, no subestimar expresiones como “me quiero morir”, “no me gusta mi vida”, “no quiero vivir más” o cambios repentinos en el estado de ánimo, muy ausentes, encerrados, callados, tristes, irritables, agresivos, se despiden, regalan sus mas preciadas pertenencias, escriben notas expresando su sentir.
- Desde muy temprana edad fomentar la autoestima, el crecimiento espiritual, manejar la consigna que todo tiene solución y que no están solos.
- Por más independientes que queramos que sean, no dejarlos mucho tiempo solos, la presencia y atención de un adulto amoroso y responsable es necesaria.
- Normalizar, poner de moda hablar de la salud mental y tomarla en serio, buscar ayuda psicológica ante la primera señal, ya basta de tantos mitos, estigmas y tabús alrededor de este tema que lo único que hace es cobrar vidas por no actuar a tiempo.
- Ojos y oídos bien abiertos, prevenir en lugar de lamentar, velar por la salud mental de las personas debe ser prioridad.
Nota: El contenido de este artículo, es libre, espontáneo y de completa responsabilidad del Autor. Psicóloga, Jenniffer Rueda Martínez