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Por: Jenniffer Rueda Martínez
Se compara la vida con un camino que se recorre, camino que inicia desde el momento en que el espermatozoide emprende la carrera para fecundar el ovulo, el primer desafío que libramos, el cual da paso al maravilloso milagro de la vida.
Se da el proceso de desarrollo, que debe tener un comienzo y no culminar jamás, así como la vida que es dinámica y cíclica, el ser humano esta llamado a permanecer en constante evolución, en el que tenemos el deber con nosotros mismos de conocernos, aceptarnos, amarnos, descubrir todo el potencial del que estamos hechos, pero también a identificar y reconocer nuestras debilidades que nos muestran la vulnerabilidad de la que estamos hechos y nos conduce a vivir la humanidad.
Conocer que tenemos un cerebro que es una maquina con funciones infinitas, que está ahí, diseñada y dispuesta para sacarle todo el provecho a nuestro favor; una mente con unos pensamientos poderosos, con la facultad para fortalecernos o destruirnos dependiendo el filtro y la selección que hagamos de ellos; un ramillete de emociones las cuales dependiendo la gestión que hagas con ellas, unos días van a estar como un mar en calma pero en constante movimiento y otros serán la tormenta mas peligrosa que puede arrasar con todo lo que hayas construido hasta ese momento.
Tenemos un universo interno en espera para ser explorado, en esa misma medida nos estancamos o avanzamos, si permaneces en el mismo lugar y rutina, todos los días vas a recibir de lo mismo, como la carrera de la rata, se desgasta para terminar en el mismo lugar, pero si te atreves a utilizar las herramientas y recursos internos de los que estas dotado para pensar, sentir y actuar con hambre y sed de una versión cada vez más renovada y mejorada de ti mismo, cuando avances a niveles superiores, te vas a impresionar de la sintonía en la que vas a vibrar y lo que gracias a ella vas a empezar a atraer desde todas las dimensiones, áreas y esferas del ser humano, las personas que van a llegar a tu vida, así como las oportunidades realmente son milagrosas, tanto que estas despierto viviendo una hermosa realidad, pero como si siempre estuvieras nadando en lo que siempre soñaste para ti.
Cada persona, cada experiencia llegan a tocar nuestra puerta para cumplir un propósito y traer un mensaje, a ti te compete estar atento y aprender la lección, para avanzar a otro peldaño.
Date el permiso de vivir esta única oportunidad de vida como la aventura mas emocionante, cuando llegue la hora de partir a otro estado del alma podamos marcharnos con la mayor satisfacción del deber cumplido y la más profunda sensación de paz.
Nota: El contenido de este artículo, es libre, espontáneo y de completa responsabilidad del Autor. Jenniffer Rueda Martínez, Psicóloga
