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Por. César Gamero De Aguas.

Ante las omnipotentes declaraciones de nuestro querido burgomaestre en el sentido de realizar un circuito de Fórmula 1 en la ciudad, no podíamos dejar pasar por alto tal aseveración, sobretodo en esta época aún de pandemia. De momento el alcalde se preparó al mejor estilo y como si fuera una sustentación de una investigación para optar a un título de maestría o tal vez de  doctorado, presentó sus argumentos con datos estadísticos y financieros, comparó asertivamente los contextos de los países que suman más de una veintena , donde se celebran este tipo de competiciones y aseguró de tajo, que esta actividad deportiva y de talla mundial, traería sin perdida alguna la solución a los miles de problemas que aqueja esta gran ciudad. 

Ante un jurado excelso y muy bien calificado en materia de investigación y ciencia, donde se destacaba la presencia de nuestro sombrero vueltiao, lucido por un cachaco, que toca guitarra, hace pinolas, y hasta canta vallenato, quien seguía muy de cerca la espléndida narración del burgomaestre muy parecido a los concursos de cuentos orales y de decimeros que se celebraban en las plazas públicas en aquella Soledad de antaño. El jurado en su conjunto había escuchado aquella pausada verborrea sin límites, y terminó declarando antes de tiempo aquella intervención, con un sin número de aplausos que determinaron la tesis laureada, única, sin comentarios, ni preguntas. Solo se abrieron las ´puertas del cielo´ para que el jurado expresara que ya muy pronto venían los recursos para cristalizar tan magnifico evento. Había nacido un nuevo Mesías que traería consigo el trabajo y la comida que requieren los miles de curramberos en esta especie de Isla de la fantasía.

Desde ya me imaginaria las calles de la ciudad decoradas con cadenetas de colores rojo, blanco y azul a la espera del recibimiento de los grandes competidores, habría que buscar entonces un buen lugar para esconder los más de 50 carros de mula que circulan por los diferentes barrios, pues alguno de los competidores al ver semejante esperpento , no dudarían en preguntar , ¿ Qué es eso?, ¡Impresionante!, y tocaría entonces argumentarles que la ciudad está en un proceso continuo y de mejora educativa que incluye hasta los mismos caballos, yeguas y burros. ¡Vaya que grandioso! diría Yuki Tsunoda piloto japonés al servicio del equipo Honda.

Cuanta alegría y felicidad seria para muchos Ñeros que Michael Schumacher, despertara de su coma inducido y pudiera venir a esta cálida ciudad y contemplar la inmensidad de sus trancones vehiculares en las horas pico, y disfrutar de las acrobacias y las maromas que hacen artistas venecos para poder obtener a cambio unas cuantas monedas. No hay duda que el legendario piloto expresaría: ¡Guau mil veces mejor que las acrobacias que se presentan en el gran Circo de Moscú!

Me imagino el sitio de parqueo de los fogosos bólidos de Fórmula Uno, que recorren más de 400 kms /hora, un buen sitio seria el parqueadero contiguo a la Cárcel Municipal Modelo de la Vía 40, allí en ese cementerio de carros viejos y olvidados al igual que sus multas por comparendos, se podrían ubicar y ser resguardados celosamente por los celadores de los barrios populares, que con garrote en mano salen hacer sus conocidas rondas. No sería bueno y de ninguna manera que un vecino desadaptado de la cárcel sustraiga uno de los retrovisores de estas máquinas voladoras, pues entonces tocaría rescatarlo con prontitud en uno de los laberintos cercanos al barrio de Barlovento. Es mejor evitarle otro pago más de recompensas al burgomaestre.

Imaginaríamos un escenario de la ciudad militarizada para garantizar la seguridad a más de 300,000 personas. Ubicarlas en un gran cerco seria lo correcto, pues si éstas llegaran a sacar sus celulares de alta gama, “más duraría un merengue en la puerta de un colegio, que ese celular en las manos de un raponero¨, de esos que se hallan por ahí, como caimanes asoleándose en la playa a la espera de nuevas presas.  La paloterapia pedagógica conductual que se llevaría aquel desadaptado seria descomunal, los mototaxistas acostumbrados hacer respetar sus respectivos sectores, utilizarían ipso facto sus cascos para dar la consabida paliza, y sería entonces un espectáculo bochornoso que habría que ocultarlo diciendo: “Así de efusivos somos aquí, que celebramos los goles de   la selección y los cumpleaños con exageradas palmaditas, no más”.

Sería interesante ver a nuestros conductores de servicio público comunicarse en varios idiomas con nuestros veraneantes, lo ideal es que todos hagan un curso intensivo de inglés, francés, alemán, ruso, italiano, mandarín, para convertirlos en unos poliglotas excelsos, y de esta manera darles una buena impresión que supere la jerga popular barranquillera. Atrás quedarían entonces el uso de frases soeces como: ¡tronco de monda!, ¡me vale verga!, ¡vaya y coma mi…!, sería algo muy novedoso para presentar.

Luego de las carreras sin lugar a dudas, muchos de los visitantes se desplazarían a disfrutar un rato en esos sitios  considerados Templos de la música salsera y antillana, que escasean en la ciudad, y poder disfrutar allí de una helada cerveza para mitigar un poco el calor del día, y ya pasadas las horas de la noche, habría que evitarles a toda costa que presenciaran  de primera mano un enfrentamiento de piedras y botellas al que ya estamos acostumbrados todos los fines de semana en la ciudad. Aquello si sería complejo de explicarles a estos forasteros casuales estratos 14 en sus países de origen, tocaría manifestarles que es una muestra más del pensamiento oligofrénico de algunos habitantes de la ciudad, a quienes se les da un día del mes para realizar este tipo de acciones, como parte de un programa piloto basado en la inclusión que nos ha permitido avanzar en lo social. ¡Genial la idea!

Qué bueno sería que nuestro burgomaestre tuviera en cuenta este recurso humano que abunda en la ciudad al lado de los drogadictos, para que esos tres días de exigentes competencias, estos sean parte de la logística organizativa, bien afeitados y motilados, pasando la juma de ayer en las diferentes graderías del gran escenario a construir.

Durante el desarrollo de los circuitos habría que orarle de manera indefinida a San Luis Beltrán para que no se venga apreciar con el envío de uno de esos aguaceros machos, pues la ciudad y sus ahora desviados arroyos, serian una Venecia nerviosa de caudales sin control. Estos cuerpos de agua arrasarían como barcos de papel aquellos frágiles vehículos de carrera y entonces explicar estos efectos físicos, únicos en esta Isla de la fantasía no sería del todo fácil. Tal vez diríamos, que es una forma expedita de limpiar las calles y avenidas, con algunas interrupciones momentáneas de los buses y carros particulares, que poseen unos remos sofisticados en sus llantas y con ello flotan en estos ríos naturales de aguas sucias.

¿La verdad?, el burgomaestre la batió de jonrón, no me gustaría saber cómo van hacer con la premiación, y que ojalá no se les pierda con tanta cuenta chimba. Yo quizás me conformaría con conservar el render publicitario del escenario deportivo y olímpico a construir, para enmarcarlo y colocarlo en el Gran Malecón, para que por lo menos sirva de parasol a los miles de visitantes que a diario llegan y salen colorados por las inclemencias del sol y la escasez de árboles, en esta ciudad que una vez logró llamarse dentro del común de sus habitantes como La Arenosa.

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