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Por: José Luis Martínez Juárez

Parece que cada día hemos normalizado la violencia en cualquiera de sus manifestaciones. Cuando hablamos del apasionado y dulce amor, bajo este manto puro y sagrado, convertimos a la violencia como una verdadera manifestación del amor que siente nuestra pareja. Le damos un toque de una muestra de cariñitos o bromas que día con día van vulnerado nuestra individualidad y nuestro espacio físico y emocional.

La influencia de la cultura se impregna de mucho sentimiento que se inyectan de forma colectica por medio de la música, se genera un pensamiento disfuncional de concebir que sin dolor no hay amor. Se generaliza que los problemas productos de relaciones tóxicas se solucionan con solo pronunciar dos palabras mágicas, y a partir de ahí todo regresa a la normalidad. Más allá de toda la disfuncionalidad lo que se desea obsesivamente es mantener la fuente de nuestro apego emocional.

Cuando se llega a este punto, la dependencia emocional se hace presente en los integrantes de la relación. Esto no es exclusivo de un género, es un aspecto emocional que pueden desarrollar tanto mujeres como hombres. Este tipo de dependencia se genera cuando le brindas mayor importancia a tu relación sentimental, con ello vas generando una dependencia excesiva y a la vez, disfuncional.

Hablamos de dependencia emocional en toda aquella recurrencia excesiva en la demanda afectiva de la pareja, además, hay un desequilibrio por la idealización y la sumisión a la que se somete. Entonces, estamos diciendo que es un patrón persistente de necesidades emocionales las cuales se intentan satisfacer de manera inadaptada con otras personas. Esta situación tiene su nombre específico dentro del Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-5), como un “desorden de personalidad dependiente”.

Diferentes teóricos sitúan el origen de este problema en la infancia, tal es el caso de la teoría del apego de Bowlby. Su idea es muy clara: el tipo de apego que cada individuo desarrolle posteriormente dependerá de sus experiencias con sus primeras figuras de apego. Podríamos decir que quienes desarrollan una dependencia emocional existe la posibilidad de tener un apego desorganizado.

Es aquí, donde podemos encontrar el posible origen de los problemas de dependencia emocional y su relación con la violencia de pareja. Si desde pequeños se ha visto que el amor se condiciona con rasgos de violencia: gritos, golpes, empujones, palabras ofensivas, discriminación, desvalorización entre otros. Esa forma de relación es la que esperamos en la edad adulta. Si la situación no se presenta como tal, muchas veces se generan los mecanismos para que tales situaciones se vayan propiciando.

Después de leer las anteriores líneas, son un bosquejo a grandes rasgos de la relación entre violencia en la pareja y la dependencia emocional. Es necesario seguir promoviendo la importancia de la atención en salud mental. Muchos de los problemas que tenemos hoy en día en la inseguridad, adicciones y crimen organizado, tienen su base en la disfuncionalidad emocional que se sigue generando y transmitiendo de generación en generación.

Llegó el momento de trabajar en uno mismo, de brindarse el espacio para buscar el apoyo psicológico que permita modificar nuestros pensamientos disfuncionales que tenemos sobre nosotros mismos y los demás; necesitamos hoy en reflexionar en nuestro amor propio y a partir de ahí las cosas fluirán de una manera asertiva en nuestras esferas de vida.

Nota: El contenido de este artículo, es libre, espontáneo y de completa responsabilidad del Autor, psicologojoseluismartinez@gmail.com