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Por: Jorge Guebely
¿Por qué un excluido vota por los candidatos de la “gente de bien”? ¿Por los que hacen del gobierno cómplice de turbios negocios? ¿Por qué vota por las divisas tradicionales, donde pernoctan de—spiadados corruptos y temibles criminales? ¿Por conservadores o liberales carroñeros? ¿Por el Centro Democrático o Cambio Radical? ¿Por Federico Gutiérrez o simplemente Fico?
¿Por qué un desheredado elige el candidato de Uribe, político mañoso de relaciones peligrosas, con 6402 jóvenes excluidos asesinados por el ejército nacional durante sus mandatos? ¿Por qué vota la continuación del descalabrado gobierno Duque y su función de muñeco presidencial?
¿Por qué elegir el candidato de Luis Carlos Sarmiento Angulo, verdadero poder detrás de las sillas presidenciales, sagaz abusador de los dineros públicos del país, un potente incluido en un país de excluidos? ¿Por el candidato de David Emilio Bojanini, miembro importante del GEA, grupo económico inmoralmente insensible antes los desastres ambientales y humanos en la construcción de Hidroituango? Jamás ciudadanos de la elite votan por candidatos populares; entonces, ¿por qué un ciudadano popular vota por uno de la elite?
¿Por qué elegir el candidato de los Char, poderoso cartel político de barranquilla, corrupto como todos los clanes del país, infames negociantes de votos, saqueadores del erario público? ¿Por qué votar por el candidato de José Félix Lafaurie, presidente de Fedegan, temible Institución vinculada con paramilitares, despojos de tierra, masacres; origen del desplazamiento inhumano de campesinos pobres?
¿Para qué fomentar el desempleo, la inseguridad urbana, las masacres en los campos, la pobreza integral, la connivencia con narcotraficantes y paramilitares y la impunidad con la corrupción? ¿Qué sentido votar por la consolidación de un Estado estúpidamente clasistas, machista, racista, homofóbico, xenófobo, indolente, violento con las protestas legales y complaciente con los paros de ejércitos ilegales?
¿Qué sentido votar por un político cínico, que promete paz, pero cultiva guerras?, ¿Qué promete prosperidad, pero cultiva miseria?, ¿Qué promete justicia, pero cultiva impunidad? Quizás las miserias del excluido le impidan percibir su propia dignidad: las del estómago porque le nublan los ojos, las del cerebro porque le distorsionan la lucidez, las de la ignorancia porque le estimulan su arribismo, las de las ideologías porque son las peores miserias del alma.
Quizás piensa, este pobre integral, que un subsidio mezquino es el precio de su dignidad, que un salario miserable incluye su trabajo y vergüenza, Quizás desconozca que “Cuando alguien comprende que obedecer leyes injustas es contrario a su dignidad humana, ninguna tiranía puede dominarle” como lo comprendió Gandhi, semilla de la independencia política en la India.
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