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Por: Jorge Vergara Carbó

Con la venta del 57,6% de Isagen, dejamos de recibir US$712 millones y perdimos la regulación del sector. Es decir, su manejo por parte del Estado.

No solo perdimos US$ 712 millones del año 2015 al cerrar negocio con un solo proponente un año después. Su valor en pesos se tasó en $6,5 billones en el año 2015 y se utilizó el mismo valor para el 2016. Pero la Tasa Representativa del Mercado varió sustancialmente de un año al otro de $2.406,71 a $3.268,37, una diferencia significativa, lo que implico dejar de recibir US$712 millones, producto de restar US$ 2.700,8 millones ($6,5 bil/2.406,71) de US$ 1.988 millones ($6,5 bil/3.268,37). Dinero que se invertiría en obras de infraestructura 4G, a través de la Financiera Nacional de Desarrollo, una locura en un sector donde la corrupción es la razón de ser (ver documento de JVC de enero 12 del 2016), caso Odebrecht, Navelena, Sacyr en Puerta de Hierro – Sabanagrande, obra que no terminó Sacyr y no le declararon la caducidad, al igual que lo hicieron con Odebrecht en la Ruta del Sol II, para no afectar a Sarmiento Angulo.

La verdadera pérdida en esa negociación fue perder el poder de regulación del costo de generación a los consumidores. Isagen representaba el 19,2% del mercado, generó utilidades del 2010 al 2014, por $2,2 billones, de los cuales $1,28 billones las recibió el gobierno colombiano.

El gobierno Santos, con Mauricio Cárdenas le mintieron al país con el apoyo de varios medios de comunicación cuando afirmaban que las utilidades de Isagen eran de $80.000 millones, y que la venta no incidiría en el precio de la tarifa de energía. Isagen ha generado utilidades del 2016 al 2022 de $3,7 billones. Solamente en el año 2022, sus utilidades fueron de $1,23 billones. En dólares, la utilidad en ese periodo fue de US$1.034,1 millones. Quienes nos opusimos a ese negociado de los ministros Tomás González, Mauricio Cárdenas y el presidente Juan Manuel Santos, no nos equivocamos. Isagen era y es la joya de la corona, no solo por las utilidades que genera sino porque era el soporte para que el gobierno no perdiera lo que perdió: poder sobre la regulación de la generación de energía. Ese poder hoy está en manos de los 4 grandes generadores, que manejaron la Comisión de Regulación de Energía y Gas, CREG, a su antojo, integrados, en su mayoría por ex empleados de esas empresas o futuros trabajadores de ellas.

Hoy el gobierno de Gustavo Petro está enfrentado a un problema tarifario creado por los funcionarios de la CREG, el expresidente Duque y su ministro de Minas y Energía. Para solucionarlo está haciendo lo adecuado; recuperar el poder regulatorio y control de ese sector para el Estado. Esa soberanía que nos da la Constitución nunca ha debido perderse y sino la recuperamos, el caos será grande. En esta lucha los grandes ganadores han sido los generadores hídricos cuyas utilidades del 2016 al 2022 han sido astronómicas: ENEL, $8,7 billones; EPM, $19,2 billones. Y los perdedores, los usuarios y especialmente los caribeños por la alta tarifa que nos impusieron los expertos de la CREG que legislaron todo el tiempo para favorecer a las empresas y una Superintendencia de Servicios Públicos Domiciliarios sin poder de control.

Se equivocaron de pies a cabeza, porque consolidaron con esa venta un oligopolio que anteriormente el gobierno frenaba como propietario de Isagen y de Urrá. Los cuatro grandes generadores ENEL, EPM, ISAGEN y CELSIA, dominaron a la CREG, logrando sacar 2 resoluciones, una de capacidad de respaldo que la pagamos con la tarifa a pesar de que su costo variable es cero (0), el agua. Y la otra pagamos el KW no por el costo de generación de la hídrica, sino por el costo de la térmica que se despache. Esto significa que si EPM genera a un costo de $100 y entra una térmica a $ 500 o $1.000, los KWs de los hídricos se negocia en bolsa a $1.000 el KW.

Debido a esa metodología es que no se puede entender que estando los embalses en un 80% de su capacidad, el precio en bolsa no esté entre $50 y $100 el KW. Ese excedente se lo han llevado los generadores que representan el 40% del valor de la tarifa al usuario final.

Petro publicó en su cuenta X: “La “opción tarifaria” es el mecanismo que usó Duque para rebajar tarifas a los usuarios en tiempos del COVID pero no fue un regalo ni se pagó con las utilidades de las empresas del sector eléctrico, como yo mismo pedí, sino que se volvió una deuda para los usuarios; las rebajas las pagarían los usuarios con más altas tarifas después, hoy esas deudas se han transformado en déficit de las comercializadoras de energía, la mayoría públicas. El déficit supera los 5 billones de pesos.

La posibilidad de pago de los usuarios ha sido dañada por la actividad especulativa de las generadoras que han elevado en casi 5 veces las tarifas de generación aun con los embalses llenos.”

La crisis de algunas comercializadoras y distribuidoras es que no cuentan con contratos a largo plazo porque no tienen como cumplir los requisitos que le exigen los generadores firmándolos a comprar en bolsa a precios monopólicos.

En un país como el nuestro con esas dos resoluciones y un mercado oligopólico, comprar en bolsa es un suicidio.

  • Ese es el problema que enfrentan las comercializadoras pequeñas y medianas que son públicas en su mayoría. Decidieron, al no facilitarles contratar por lo menos el 90% de su energía a largo plazo, tener que recurrir a la bolsa asumiendo un riesgo alto en un mercado oligopólico. El negocio de las comercializadoras y distribuidoras es comprar a largo plazo a una tarifa razonable, no ponerse a especular en la bolsa cuando no tienen poder para controlar el precio.
  • Esa es la realidad, el presidente Petro no se puede dejar chantajear por los “ex” que piensan en sus intereses personales y en parte son culpables de lo que sucede hoy día.
  • Lo peor de esos “ex” es que para nada tocan la problemática del Caribe que es producto del sobreprecio que pagamos por las resoluciones de la CREG en pérdidas de energía no técnicas (robo) y por el Ministerio con su Resolución 40272 sobre comercialización. Ahí callan esos “ex”, donde hay caribeños firmando el documento.
  • Estos “ex” son iguales o peores que los gremios del Atlántico y Cámara de Comercio de Barranquilla, que lo único que les interesa es defender el bolsillo de Alberto Ríos y sus socios por debajo de la mesa, como se comenta en Barranquilla.

Nota: el 9 de noviembre del 2015 escribí un artículo publicado por Radar Económico donde describo las amenazas de un posible apagón por el fenómeno de El Niño en febrero y marzo de 2016. Idéntico al debate de hoy sobre el tema, siendo el gas el principal motor. “No se buscan culpables, pero sí respuestas”.

Nota: El contenido de este artículo, es opinión y conceptos libres, espontáneos y de completa responsabilidad del Autor.